ZOE
Nikolai decidió traerme a su casa sin que yo pudiera tener objeción alguna. Solo pude ver a mi hermano unos cuántos minutos, me quedé con el alivio de que estaba bien. No le habían logrado hacer nada, y Nikolai me había prometido que le daría una recompensa por haber defendido a mi hermano.
Tan pronto llegué a su casa, lo primero que hizo fue llevarme a su habitación y abrir la regadera. Me prometió que Asher y yo estaríamos a salvo, me dio un beso en la frente y me dejó ropa limpia de él, para poder cambiarme.
El vapor del baño cubría el espejo por completo. El agua caliente caía sobre mi piel como una tregua, arrastrando con ella el miedo, la rabia y las lágrimas que me quedaban. No sabía cuánto tiempo llevaba ahí, bajo esa cascada que parecía la única capaz de sostenerme.
Solo
