Discución

1632 Words
_ Creo que ya puedes irte también. _ Me dijo irónicamente cuando regresó. _ O pretendes quedarte para cuidar que Luis no regrese.? _ Me levanté de golpe y quedé frente a ella. - Es necesario? _ le pregunté. _ Acaso él va a volver? _ _ Noah..._ puse mis dedos en sus labios para que guardara silencio. _ Sschh!!_ Miró la mano y luego me miró a los ojos. _ No digas nada Em. créeme que soy capaz de quedarme. _ De pronto se aparta de mí, dando unos pasos atrás. Su mirada fija en la mía. _ Es… es en serio Noah? _ su mirada parecía confundida. _ qué pasa contigo? _ Susurró, moviendo la cabeza de un lado a otro, despacio, asombrada, desconcertada, como no creyendo lo que sucedía. A estas alturas, ni yo lo entendía. _ ¿Sabes… _ titubea, buscando las palabras que correspondían_ sabes acaso que me ofendes? Que… _ No. No, no. _ Me acerco rápido a ella e intenté tomarla de las manos, pero no me lo permitió. _NO es eso Em Yo…. _ me interrumpe con un grito enojada. _Y entonces qué es Noah? ¡Dime! _ _ Em por favor escucha… _ quería poder explicarme. Pero no me dejaba hablar. _ Creo que me equivoqué. No debí confiar en ti Noah. _ - No. Escucha… _ Creo que has malinterpretado lo que te dije y crees que soy una, que, a pesar de estar casada se acuesta con cualquiera.!? _ Perdóname, pero no. No es lo que creo… _ no me dejaba hablar. Creo que apenas si escuchaba lo que yo decía. _ Es por eso por lo que has intentado besarme varias veces? _ me dijo disminuyendo el tono de su voz. Aquello me dejó sin palabras. Nos miramos unos minutos sin decir nada. Yo quería hablar, pero no podía. Me parecía injusto que pensara así. Me dolía en verdad y sentí que la cosa se estaba poniendo embarazosa. ¿Cómo podía creer eso de mí? Su voz se escuchó cansada, más calmada cuando me dijo: _ No soy una puta Noah. _ Fue como un golpe en el estómago. Cerré los ojos tratando de procesar lo que había escuchado. Respiré hondo. _ Tal vez te di esa…. _ Cállate Em! _ pegó un salto, del susto que se dio, por el alto tono de mi voz al mandarla a callar. _ Tienes razón. Debo irme ya. _ El día no podía estar terminando más mal. No podía seguir oyendo lo que ella decía o no respondería. No recuerdo otro día en el que me halla sentido como hoy. Celoso, confundido, Enojado que hubiese querido tener un saco de boxeo delante de mí. Y ese, no soy yo. No lo soy. No era así. Todavía nos mirábamos sin decir nada. Ella parecía ahora asustada, arrepentida de haber dicho lo que dijo. _ Será mejor que no siga escuchándote Em. _ Le dije y caminé a la salida. _ No. Noah. _ Me toma del brazo. Me volví para mirarla. _ Ya te dije que es mejor no escuchar las barbaridades que estás diciendo Em. Deja que me valla ahora. _ ella, impredecible, suelta mi brazo. _ Sí. Vete. _ camina hacia la puerta y la abre. _ Será mejor que te vayas ya. Tienes razón. _ Me quedo perplejo con sus cambios repentinos. _ Yo soy la ofendida y no tú. No quieras cambiar el curso de las cosas, haciéndome sentir culpable ahora. _ No pude más que sonreír con pura ironía. Era mejor. Por los dos. Avancé hasta la salida. _ Noah. _ susurra cuando estoy ya afuera. Ese susurro de mi nombre en su boca que toca las fibras de mi ser, y que domina mis sentidos... Me detengo, pero dándole aún la espalda. “ No voy a cerde.“ Pienso, pero deseando hacerlo _ Adiós Em! _ digo a mi pesar _Te vas a ir sin decir nada? _ Su tono era una vez más, un poco alterado. _ No tengo nada que decir. _ seguí caminando. Ella vino detrás de mí, tratando así de alcanzarme. _ ¿Entonces confirmas lo que dije, yéndote así no más, es cierto? _ No hice caso de lo que dijo. Prefería no hacerlo. Corre para sobrepasar mis pasos y se pone frente a mí, poniendo sus manos en mi pecho, haciendo que me detuviera. _ Maldita sea Noah, respóndeme. Di algo por favor. No te vayas así_ Y, por si fuera poco, en ese momento, las luces de un auto que venía entrando, nos alumbra. Los dos miramos en la misma dirección. Sorpresa la mía cuando veo, que es... el insípido de su amigo, quien se desmonta del mismo. La primera impresión que tuve fue desconcertante. No podía creer lo que mis ojos veían. La miré con un pensamiento fijo en mi mente: " a ver qué me vas a decir ahora Em". Me miró asombrada. Todavía con sus cálidas manos en mi pecho. Creo que entendió perfectamente lo que dije con mi mirada. Pude notarlo en su semblante. _ Noah. _ Susurró sumisa, suplicante una vez más. y aunque llegó a mi alma esa suplica, y entendí que, en verdad no lo estaba esperando, tomo sus manos, todavía mirándola a los ojos, y las aparto de mí. _ Adiós Em! _ y esta vez me fui. Pensaba que Viviana estaba dormida, cuando llegué a casa y no la vi por ningún lado. Así que me sentí aliviado por ello. Sin embargo, cuando entré a la habitación, allí estaba ella sentada en la cama, reclinada al espaldar, leyendo un libro. Maldije por lo bajo. Estaba enojado y no quería tener que dar explicaciones algunas. Cuando entré ella dejó el libro a un lado y me miró. _ Hola. _ le dije- _ Hola amor. _ Me respondió. Me miró por unos minutos mientras me quitaba la ropa. La miré de reojo y pude ver una sonrisa en la comisura de sus labios. Se levantó y vino hacia mí. Ya estaba preparándome para pedirle que no me molestara, cuando ella comenzara a cuestionarme. Pero Me ayudó a desvestirme mientras me decía: _ Debes estar cansado. ¿Quieres darte una ducha? Así estarás mejor. _ supe por el tono de su voz que no estaba enojada. Se sentía más bien preocupada. Lo cual me asombró, pero me trajo alivió. _ Sí. Voy a la ducha ahora. _ la vi ir al armario para sacar ropa para mí. _ Randy llegó temprano. _ Me detuve de camino a la ducha cuando mencionó a mi hijo. La miré con enojo. Ella vino hacia mí y quedamos frente a frente. _ Nos fuimos juntos a comprar las cosas para la barbacoa de tus amigos el domingo. Así tendremos tiempo mañana para hacer algo con él. Queremos ir al centro de Ocio a jugar Auto Scooter. _ me dijo mientras me ponía el pijama en las manos, como si no hubiese notada que me había disgustado. _ Por qué no me dijiste que él estaba aquí.? _ Le dije, y mi tono se sentía enojado a pesar de que intenté disimularlo. _Bueno yo… pensé. No pensé que lo habías olvidado. Además, sabía que estabas ocupado con tus amigos, no quería molestarte con eso. Él estaba aquí, conmigo. Perdóname. No pensé que tuviera que decirte. _ Titubeaba al hablar. Como si tuviera miedo, o como si estuviera buscando una respuesta adecuada para no enojarme. Mi corazón se estrujó como un papel, al mirar su cara triste, su mirada asustada y sumisa, su atención hacia mí. Hacia mi hijo. Me reprendí a mí mismo por ingrato. Había olvidado por completo que Randy pasaba este fin de semana en casa y hasta de la barbacoa del domingo. Ella había pensado en todo. Y aquí estaba yo, queriendo descargar mi enojo en ella. Suspiré profundo y la atraje hacia mí. La abracé y pude sentir el latido asustado de su corazón. Le di un beso largo en la frente para tranquilizarla y luego me fui a la ducha, sin decir nada más. Estuve más de una hora dejando caer el agua en mi cuerpo. Quería no pensar más en lo que había pasado. Trataba de evitar pensar en ello, pero cuando me daba cuenta, estaba perdido en mis pensamientos. Estaba esperando que Viviana se durmiera, para ir a la cama. Tratando de evitar una conversación, o cualquier otra cosa por el estilo. Deseaba quedarme dormido sin pensar. Lo intentaría. Cuando me acosté, supe por la respiración de Viviana que ya se había dormido. Cerré los ojos agradeciendo, y me subí a la cama con cuidado de no despertarla. Negándome a pensar en nada tomé un libro que estaba leyendo de la mesita de noche, y comencé a leer con la intención de quedarme dormido rápido. Estaba seguro dentro de mí, de que Emily no tenía nada íntimamente con ese insípido. Podía descifrarlo en su rostro y en sus palabras al decírmelo. ¿Pero por qué regresó? ¿Lo habían planeado así realmente? No. En su mirada vi sorpresa cuando lo vio bajar del auto. No lo esperaba. De eso estoy seguro. Pero me molesta el hombre. No sabía que podía ser tan celoso. Con su maldita cara risueña. Como si se burlara todo el tiempo. Tan seguro de sí mismo. ¿Quién se cree que es? Pero ella… cómo puede pensar que la creo una… creo que esta vez te pasaste Em. Otra vez me encontré con el libro abierto como si estuviera leyendo, pero mis pensamientos estaban dominados una vez más, pensando en lo ocurrido. Sacudí la cabeza para ahuyentarlos y solté el libro. Me giré y abracé a mi esposa. Tenía que conciliar el sueño y olvidarme de todo.
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