Un diario

1283 Words
La llamada fue rápida. No duró más de 5 minutos. En el momento que pasé al baño pude escuchar que ella le decía a la persona con la que hablaba algo así como: _ Noah? ¿Y preguntó por mí? _ a lo que no le di importancia alguna. Solo se, que después de aquella llamada, su semblante se tornó un poco triste. Salí del baño y la encontré mirando por el balcón. _ Está todo bien? _ Se vuelve hacia mí. Me abraza y me besa _ Sí. Todo bien. _ La abrazo también tomándola de la cintura. _ Escucha, no quiero que te enfades con lo que voy a decirte ahora. _ Ella arruga la nariz y me mira de lado, desconfiada. _ Me gustaría hacer algunas cosas antes de irme. Quiero… _ Me suelta de repente y se aparta mirándome con asombro _ Antes de irte dices.? ¿Qué significa antes de irte? _ Bueno yo… ya sabes... _ Sí- _ me interrumpe y me habla calmadamente. _ Claro que lo se. En eso tienes razón. Pero… la verdad es que me creí eso de que, si te lo pedía, te quedarías. _ me miró por un par de segundos. _ supongo que me equivoqué, es eso? _ No. O sí te equivocas chiquita. Verás yo tengo que irme. Pero vol... _ Entonces no era más que un maldito juego. Hmm! _ Vuelve a interrumpirme. La calma con la que hablaba me asustaba un poco. _ Te aseguro que no es un juego para mí. Yo… _ Ah no? Y entonces qué fue eso hace una hora atrás. _ Ahora comienza a manifestar su enojo, alzando la voz y gesticulando cada una de sus palabras. Un gesto que me he dado cuenta es propio de ella. _ te dije que era consciente de lo que debía suceder. Pero tu maldito ego necesitaba engrandecerse un poco más, ¿es cierto? _ Escúchame un momento por favor. _ No quiero seguir escuchándote. _ Entra a la habitación y comienza a vestirse. Yo comienzo a sentirme desesperado, porque sospechaba lo próximo que venía. Entro detrás de ella y la tomo por un brazo _ Si me dejas explicarme podrás entenderlo. _ Se aparta de mí con un tirón. _ Suéltame. No quiero que me toques. Conozco tus trucos. Y no voy a caer en ellos una vez más. _ se acerca y toma su bolsa. Vuelvo a tomarla del brazo cuando se dirige hacia la puerta. _ Chiquita por favor escucha… _ No me llames chiquita_ Grita y Se vuelve mirándome fijamente a los ojos. _ Mi nombre es Emily. _ Me quedé sorprendido por su reacción. _ Está bien, como quieras. _ Intenté calmarla un poco, pero no puedes irte así… _ Quién lo ha dicho? _Su ímpetu me deja estupefacto por un momento. _ Sí puedo. Y lo haré. Y No podrás impedirlo. _ Su voz ahora más baja y calmada. Todavía mirándome fijamente a los ojos. Con una mano sostenía la bolsa y con la otra en la manilla de la puerta. _ Porque no me molesta que tengas que regresarte a tu país. _ Toma aire y luego lo suelta. _ Seré tonta para caer en tus juegos y hacerme suplicar que te quedaras. Pero No soy tan tonta como para no saber que eso tenía que suceder sí o sí en cualquier momento. Lo que Me molesta es que… hayas descubierto mi debilidad y.… que me hayas utilizado con eso. _ Por primera vez en mi vida, estaba en una situación con una mujer sin saber qué hacer. Buscando las palabras correctas para que no se enojara y que no se fuera. La verdad no quería que me vieran en este momento y en esta situación, ninguno de mis amigos. Tenía que regresar a casa. Pero haría todo lo que pudiera para volver con ella lo más pronto posible. Y temía que, si se iba, era porque lo que vivimos tal vez no haya sido suficiente como para que ella… yo…. De repente me llegó un pensamiento que me hizo perder el hilo por un momento. “No. No puede ser.” Me decía a mí mismo. Creo que mejor dejo que se valla. Creo que toda esta situación me está volviendo paranoico y... _ Sabes yo, _ Me saca de mi pensamiento y la miro, sintiendo el corazón locamente acelerado. _ también disfruté de este tiempo contigo. Me… gustas mucho de verdad. Yo… no había, disfrutado tanto del sexo como... ahora contigo. Y fue tanto así que _ Suelta una risa baja, como burlándose de ella misma, mientras desvía su mirada, avergonzada, _ creo que lo he hecho más en estos dos días… contigo, de lo que lo he hecho desde que me inicié en… esto. _ entonces vuelve a mirarme. Una mirada que envolvió mi corazón y aumentó la incertidumbre en mí. - De verdad lo amé Fabio. Pero quiero que te vayas tranquilo. No me debes nada. Igual disfruté de ti todos estos días. Me has hecho sentir única y amada, por un hombre guapo como tú. Ni siquiera en mis sueños más locos pude imaginar vivir algo tan lindo, como lo que me has hecho vivir en estos días. _ Amaba lo que estaba escuchando. Amaba su dulce mirada suplicante. Pero lo que me había impactado y que me había dejado sin palabras, era la revelación que me había llegado. Mi alocado corazón me decía que no la dejara ir. Pero mi conciencia me decía lo contrario. _ Adiós Fabio. Qué tengas buen viaje. _ cuando me di cuenta ya había cerrado la puerta. Yo todavía sin ropa. Solo con el bóxer que ella misma me había dado, para que no anduviese totalmente desnudo en la habitación. Salgo corriendo a vestirme para ir a detenerla. Me pongo el primer pantalón que encuentro y salgo desesperado sin zapatos, y con una camisa en la mano, tratando de ponérmela mientras corría, y a la misma vez abotonando el pantalón, sin éxito. Pero ya no estaba. Pregunté y me dijeron que la habían visto tomar un taxi. Terminé de acomodarme la camisa y de abotonar el pantalón. Llevo mis manos a la cabeza, respiro profundo sin poder creer que la había cagado. Me había quedado sin palabras mientras ella hablaba. “ ¿ Cómo voy a arreglar esto ahora? “ De seguro que ha mal interpretado mi silencio. Estuve alrededor de 2 horas sentado en un banco que encontré dentro del área del hotel. Reflexionando sobre lo que debía hacer. No podía ignorar el hecho de que quería desesperadamente volver a verla, estar con ella. Había pensado quedarme cuando se lo dije. Pero mi padre me recordó las obligaciones que tengo y entonces, supe que tenía que volver. Un frio invadía mi estomago solo de pensar que no volvería a verla. Pero también creo que sería mucho más prudente irme y ver qué pasa. Porque; “qué tal y en verdad… es lo que sospecho y… rompo todas las reglas, los mitos y retos que me he forjado yo mismo con respecto al amor.?“ Decidí volver a mi habitación y recoger todas mis cosas. Pero me di cuenta de que salí sin la llave de la puerta. Maldije por lo bajo y fui a pedir ayuda a la recepción. Mientras recogía mis pertenencias y me debatía entre lo que dictaba mi conciencia y lo que suplicaba mi corazón, ví que no era solo yo el que había olvidado cosas por aquí. Mi chiquita había olvidado sobre la cama, el cuaderno en el que la vi escribiendo. Me siento en la cama y lo tomo. Era un diario.
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