Invitación a Europa

1607 Words
_Eras así cuando éramos adolescentes también. No lo olvido. _ tomé un sorbo del café y sin apartar mi mirada le dije: _ Perdóname por eso. _ le dije irónicamente. _ No quiero que pienses que te juzgo… _ No.? _ Me interrumpe ella_ Estás seguro de que no es eso lo que haces? _ Sus palabras sonaban dolidas, lo que hizo que mi corazón se estremeciera, sintiendo un poco de culpa. Miré hacia abajo para evitar su mirada. _ A mí me parece que es precisamente eso lo que haces Noah. Ya te dije que no tengo nada con Luis. ¿Si así fuera, por qué te mentiría? _ Volví a mirarla _ Está bien Em. Otra vez te pido que me perdones. _ Trato de justificarme. _ No es mi intención juzgarte. Después de todo, mi amiga aquí eres tú, ¿no? _ Se lleva la tasa con el café a la boca y bebe. Luego pasa su lengua por sus labios, y entreabre la boca como degustando el sabor del líquido que había bebido. No sabía si era el sol, que para esa hora ya estaba brillando tan fuerte, al punto de parecer quemar lo que encontrara en su camino, o si era yo, que comenzaba a arder con el solo hecho de verla hacer esos simples gestos. Me incliné hacía adelante, en un movimiento, tratando de parecer inexpresivo, para ocultar un poco mi incomodidad, pero también ella se acomoda en su asiento corriéndose un poco hacia adelante, supongo por el sol, al mismo tiempo que yo, de modo que casi nos rozamos. Pude sentir el aroma de sus cabellos, y aquello alteró más mis sentidos. Nos miramos. Mis ojos se posaron en sus labios todavía entreabiertos y luego a sus ojos. Tragué en seco, porque sentía que estaba perdiendo el control y esta vez, no podía permitirlo. No. No quería seguir haciendo el ridículo delante de esta mujer. ¿En dónde estaba mi orgullo? ¿Acaso estaba perdiendo la rozón? pero ella no me podía mentir del todo. Notaba su mirada. los ojos que son la lámpara del cuerpo hablan más que muchas palabras dichas. _ Quieres beber algo más? _ Me dijo repentinamente, alejándose de mí, pero sin quitar sus ojos de mis labios, Pude notar que ella también estaba perturbada. Que estaba haciendo un esfuerzo por parecer tranquila. Pero algo en ella me decía que no era así. _ Tengo... que irme. _ Decidí de momento en mi mente, y lo dije, mientras mi mirada seguía perdida en sus labios, sin darme cuenta de que había expresado mi pensamiento. Pero sí, Tenía que irme si quería mantener mi palabra a mí mismo. Olvidaría esto como había decidido, y no alimentaré un amor que es imposible. Así que después de un largo suspiro, y sumido en una gran confusión, tomé sus manos _ ¿Nos vemos mañana? _ Le pregunté. _Te invito para almorzar juntos. ¿Te parece? _ Está bien. Entonces nos vemos mañana. _ Paso por ti a las doce. _ ella asintió con un movimiento de la cabeza y una sonrisa melancólica. _ Me hubiera gustado que te quedaras un poco más. Desde que llegué, no hemos podido tener una conversación civilizada. Creo que nos quedamos varados en nuestro tiempo de adolescentes. Es como si no hubiésemos dejado de vernos y pelear como hacíamos antes. _ Sus palabras me sacaron una sonrisa. Porque así me sentía yo precisamente: varado. En aquel tiempo donde quería hacerla mía y no pude. Sí. Creo que ésta es la respuesta a esta incertidumbre que me embarga desde que ella apareció en mi vida otra vez. También quería quedarme, pero no respondía de mí si lo hacía. _ Tengo cosas que hacer. Pero mañana paso por ti. Voy a llevarte a un lugar hermoso. Te va a gustar, ya verás. Pasa un lindo día, ¿quieres? _ Siento como ella aprieta mi mano. _ Sí. Gracias. También tú. _ Aprieta los labios y levanta los hombros dejándolos caer rápidamente otra vez- _ Entonces nos vemos mañana. Supongo. _ Y la abracé. Volví a aspirar su delicioso aroma, que me dejaba la ligera sensación de flores y madero, pero no sabía definir cuales exactamente. Solo sabía que iba perfecto con ella, con su piel, con su personalidad. Emily No podía sentirme más mal conmigo misma, por el hecho de tener estos sentimientos hacía Noah. Lo deseaba. Deseo sentir sus besos. Anhelo sentir sus manos en mi cuerpo y ser acariciada por él. Pero esto me hacía sentir tan culpable como si los hubiese consumado todos mis pensamientos. No podía seguir así. No sé si fue buena idea venir hasta aquí. Incluso me cuestiono si Luis tenía razón al decir que hice mal incluso en buscarlo. Que esto solo iba a despertar sentimientos que era mejor dejar tranquilos en la oscuridad de los sueños. Pero seré fuerte. Fabio no merece esto. Ni tampoco la esposa de Noah. Que, aunque no la conozco, sé que existe. Luis vino a buscarme para salir a comer y luego para ir al Bowling. Cenamos en un restaurante de comida italiana y luego nos fuimos como acordamos para divertirnos un poco jugando y bebiendo algo, mientras la pasamos bien. Ya nos habíamos cambiado de zapatos y estábamos yendo a encontrar un lugar para jugar, cuando veo a Luis mirando hacia la entrada con una mirada un tanto hostil, y entonces veo a Noah acercándose a nosotros con una mujer que supuse, era su esposa. _ Hola Luis! _ Lo veo saludar a Luis primero, dándole la mano, y Luis le devuelve el saludo. _ Hola Noah! _ le responde Luis_ _ Hola Em! _ Me dice y me da un beso. _Al final decidí venir. _ Me dijo y me pregunté si yo lo había invitado. Tal vez lo olvidé. Me dije a mí misma. Y disimulando muy bien, finjo que estaba bien, para no crear confusión alguna. _ Ah que bueno! ¡Me alegro! _ Y miré a Luis que me observaba, con una cara de sorpresa, a la que le respondí, con un gesto de la boca y un movimiento de un hombro, diciendo, “Ni idea,” lo cual él captó al momento, y que esperaba que los demás no lo hayan notado. _ Ella es mi esposa, Viviana_ Me dijo Noah presentándome a su esposa. _ Viviana, ella es Emily _ Hola Viviana, me da mucho gusto conocerte al fin. _ le dije extendiéndole mi mano. Ella me respondió de la misma manera muy amable. _ Él es Luis. Un amigo. _ Hola Bienvenida. _ Le responde Luis dándole también la mano. _ Gracias. _ responde Viviana. _ También me alegra de conocerte Emily. Noah también me habló de ti. _ Sí, que bueno. Púes ya que estamos aquí pidamos algo de beber y juguemos. Así nos conocemos mejor. Estaba asombrada realmente de la actitud de Noah. Me sentía un poco enfadada con él, pero muy en el fondo de mi corazón me sentía feliz, por su llegada inesperada. Al fin y al cabo, vine hasta aquí para verlo a él y estar tiempo con él. Pero me sentía un poco enojada porque, sé que él piensa mal de mi relación con Luis, y pensé que era ese el motivo por el que había venido. Cuando tuve la oportunidad le pregunté: _ Te invité en verdad? Porque no lo recuerdo. _ No exactamente. Pero decidí venir para divertirnos un poco. _ Me dijo mirándome a los ojos. _ Ah sí? Solo por eso.? _ Te dije que no te dejaría ir otra vez Em. Que no te sería fácil deshacerte de mí otra vez. _ Me dijo y no tuve más que reír. El también comenzó a reírse, entonces le tocaba jugar. Fue una noche agradable. Viviana resultó ser muy amable. Conversamos mientras tuvimos oportunidad y me expresó su deseo de visitar Europa, dejándole yo una invitación directa para que pudiera realizar su sueño. _ Creo que esta vez voy a convencer a Noah para al fin poder ir a Europa. Noah Cuando dejé a Em en su casa, estaba decidido a dejarla tranquila. Pero mientras transcurría el día no podía dejar de pensar en ella, como ya se estaba haciendo costumbre en mí. Llegué a la oficina y no pude concentrarme en el trabajo. A pesar de que me había explicado todo, no salía de mi cabeza el hecho de que ese tal Luis estaba allí cuando llegué. Y eso era poco al imaginar qué podía pasar esa noche, que iban a estar juntos en el Bowling. Pensé en ir, pero luego me decía a mí mismo que no, que no era adecuado hacerlo. Me lo repetía tantas veces, pero en realidad la idea de ir se estaba haciendo potente en mi cabeza. Ella había venido para estar conmigo, y no con él. Sin pensarlo más tomé el teléfono y llamé a Viviana. _ Prepárate que hoy vamos a ir al bolín. _ Le dije dándole forma a mis ideas, que la mejor manera de llegar, sin ser invitado, sería con mi esposa para que ellas se conocieran y así no parecer tan patético. _ Al bolín? _ Me pregunta ella. _ Sí. Allí estarán Emily y Luis, un amigo de ella. Te aviso tarde porque no estaba seguro de ir, pero si tienes otra cosa, igual y no vamos. _ No, no. Si quiero ir. _ Ok. Entonces iremos. Sentía que estaba perdiendo el sentido de diferenciar entre lo bueno y lo malo. Pero sería solo por esta vez. Me lo prometí a mí mismo.
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