Nicolás: Llevaba días sin saber nada de ella. La última vez que me respondió fue hace más de dos semanas, y desde entonces no ha vuelto a contestar ni una sola llamada o mensaje. En su último mensaje, me explicó que había extraviado su teléfono, y por esa razón tardó en comunicarse conmigo. Después de que yo también perdiera el mío, todo comenzó a parecer extraño. Odiaba estar tanto tiempo lejos de mi colibrí, sin poder tocarla, besarla, o perderme en sus bellos ojos. Me estaba volviendo loco. Era como si una parte de mí estuviera incompleta, como si mi vida se detuviera cuando no la tenía cerca. Mi mente vagaba constantemente hacia ella, preguntándome qué estaría haciendo, con quién estaría hablando, si pensaba en mí tanto como yo en ella. Me torturaba imaginar que tal vez ya no me ex

