33|Perdidas y entierro

1149 Words

—Perdón que te lo diga, pero esa gente nunca ha sido buena —me comentó Poli, mientras movía la cabeza con desaprobación. Le había contado lo que pasó cuando fui a las oficinas de la corporación Alarcón para pedir explicaciones sobre el seguro médico de mi madre. Le relaté cómo me trató el padre de Nicolás, pensando que, a diferencia de su esposa, sería más accesible o al menos humano. Pero resultó igual, o incluso peor. No podía entender cómo alguien podía ser tan frío, sin un ápice de remordimiento por sus empleados. Aunque, pensándolo bien, ¿cómo esperar compasión de alguien que tal vez ni sentimientos tenga? —Tu mamá me contó cosas terribles sobre ellos —dijo Poli en voz baja—. No eran rumores, eran historias que ella misma escuchó de empleados cercanos y no tan cercanos. Lo que suce

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