La Socia Del Tirano

Ya le demostrare

PDV Sarah

El ultimo mes se fue bastante rápido, los 100.000 dolares que Dante nos había dado para poder invertirlo en la mejora de mi prototipo se fueron muy rápido.

Para mucha gente, esa cantidad de dinero podria ser mucha, pero honestamente, para una empresa, aun asi sea pequeña, 100.000 dolares era mas bien bastante poco, aun asi, servia para muchas cosas.

En menos de 2 semanas había gastado todo el dinero de Dante, y luego de eso me puse junto a mi equipo y Dalia a mejorar el prototipo que teníamos, el anterior era muy dado al fallo, y teníamos que mejorar eso.

No se por que, pero le puse muchas mas ganas en esto por alguna razón, quizas fue por que por primera vez alguien tenia “fe” en lo que hacia, Dante no lo había dicho con esas palabras explicitas, pero aun asi, nadie daba 100.000 dolares a otra persona, a menos que tuviera confianza en esta.

No quise fallarle, asi que me meti 12 horas en las oficinas de “Pear” en el ultimo mes para poder mejorar todo lo que teníamos faltante.

—Sarah, ¿Quieres ir a dormir? La ultima vez te encontré despierta cuando llegue aquí, asi no vas a poder mantenerte en pie cuando vayamos al resort —me dijo Dalia en cierta ocasión cuando me quede toda la noche en las oficinas.

—Ya se, ya se Dalia, no te preocupes por mi, se lo que hago —fue lo único que le respondi en ese momento.

Dalia siguió preocupándose por mi despues de eso, pero nada sirvió, al final termine por tener un pequeño colapso mas o menos en la 3 semana de trabajo, en ese momento Dalia me dio un ultimátum, y luego de eso me envio a casa y no me dejo regresar a la oficina la ultima semana que nos quedaba.

—Para algo contratamos ingenieros ¿No? deja que ellos se encarguen de los trabajos finales, no te voy a dejar salir de aquí, maldición, ya tuve que llevarte al hospital, no lo hare de nuevo —solto Dalia mientras cerraba la puerta de mi habitación con seguro.

Al final no pude ganarle y le hice caso y en la ultima semana que quedaba para ir al resort, me tuve que quedar en el departamento, eso si, aun estuve pendiente del progreso del prototipo a pesar de las quejas de mi amiga.

Esta ultima siempre que llamaba colgaba el teléfono y no me respondió sin importar cuanto lo hiciera, por suerte me sabia muy bien el numero de mis otros trabajadores y pude llamarlos a ellos, aunque Dalia al final se dio cuenta de mi treta e hizo que todos bloquearan mi número.

—Hija de… —murmure.

Por suerte para mi, al final Dalia si hizo su trabajo, y 1 dia antes de que tuviéramos irnos al resort, llego al departamento con el dispositivo en sus manos, estaba feliz por lo que habían hecho nuestros ingenieros, y me lo mostro.

Pase el resto de ese dia revisando que todo estuviera bien hasta que Dalia me envio a dormir para que no tuviera otro colapso en medio de la isla.

—Ni pienses que voy a ponerme a gritar como loca por ayuda como la ultima vez cuando te desmayaste, duérmete y no quiero verte hacer nada mas, sino voy a romper esta cosa en 1000 pedazos —me dijo.

—Si lo haces, te juro que te voy a matar con mis propias manos tonta.

—Huy que miedo, mírate nada mas, ¿Y asi piensas que vas a poder matar a alguien? Descansa y recupera fuerzas a ver si de verdad tienes lo que se necesita para cumplir con tus palabras… tuvimos un mes muy fuerte, unos días en isla privada y de lujo nos va a caer muy bien a ambas —solto Dalia mientras salia de la habitación.

A la mañana siguiente, ambas tomamos nuestras cosas, y todo lo que nos hacia falta y nos fuimos directo a un pequeño puerto el cual nos llevaría al resort del cual nos hablaron.

El sitio estaba lleno de los emprendedores que habían logrado pasar la primera fase del concurso y sus equipos los acompañaban, Dalia y yo estábamos solas otra vez, nuestro equipo de solo 2 personas, en realidad era bastante pequeño cuando lo comparabas con esos grupo de hasta 20 miembros de otras empresas.

—¡Sarah! —dijo Dalia.

Gire mi mirada hacia su dirección y alli pude ver a Dante, el cual caminaba acompañado de Frank, y otras personas que parecían ser importantes, todas ellas estaban siguiendo a una mujer, la cual reconoci como organizadora de este concurso.

No era mucho mayor que nosotras, debia tener entre 25-30 años de edad, era la mujer que heredo la multinacional de su padre, y ella siempre fue nuestro objetivo en primer lugar.

Si “Pear” podía tener una asociación con ella y su empresa… podrías crecer mucho… eso era lo que pensaba, pero me enojo ver a Dante acompañándola de forma tan cercana.

Parecían ser amigos.

—¿Quieres que lo llame? —me pregunto Dalia.

—… no, déjalo asi —solte.

—¿Segura? Vamos Sarah, te esforzaste como loca este ultimo mes para poder impresionarlo, al menos vamos a ir a presumir.

—Oye… yo no hice esto por él tonta.

—Si, aja, claro, por eso te desvelaste tantos días y te habías puesto loca sin motivo, ni siquiera te pusiste asi cuando le mentimos a los inversores sobre lo que queríamos hacer con la empresa Sarah… a mi no me vengas con mentiras mira que te conozco bien.

—Tu… solo cállate y vamos a subir —solte.

Dalia se rio, pero no siguió molestándome por suerte, en poco tiempo, todos los grupos empezaron a subir al barco que nos llevaría al resort en la isla privada, y luego fue nuestro turno.

Mi mirada cayo en Dante, quería ver si este ultimo me llegaba a notar, pero nunca lo hizo.

Su mirada siempre se mantuvo en la CEO de la multinacional que organizo este concurso o en Frank, nunca me dio una mirada.

Ya le iba a demostrar.