Capítulo 02. De regreso a la escuela.

1471 Words
La semana pasó muy apresurada y como papá me lo había advertido, me llevó prácticamente obligada a dicha escuela, recuerdo que recorrimos un camino como de unos veinticinco (25) minutos en auto, al llegar allí, el chofer nos abrió la puerta del auto, mi padre me tomó de la mano para guiarme hasta la entrada, mientras caminábamos me susurró al oído   —Eres mi hija y te amo, no quiero que pienses que esto lo hago para molestarte ni mucho menos, lo único que quiero para ti y para tu hermana es que les vaya bien en la vida, por favor no me odies, créeme esto es lo mejor para ti amor—   —Padre, no te odio, al contrario, te amo y mucho, pero lo que no me agradó fue tu actitud al momento de exigirme volver a la escuela, sabes que no estoy preparada para esto, te dije  que no quiero que mis compañeros se burlen de mi, sabes que ya no puedo escribir, ni leer, ni mucho menos tomar los apuntes del pizarrón ¿acaso no te importa mi bienestar mental? —   —Amor porque pienso en tu bienestar es que te cambié de escuela, está es una escuela para personas especiales, como tú, aquí hay chicas y chicos con tu condición, aquí aprenderás otra vez a leer, pero esta vez lo harás con tus hermosas manos, a veces puedo ser obstinado e insoportable, pero nunca te haría daño, en esta escuela descubrirás y aprenderás muchas cosas, solo te pido que pongas de tu parte y que no te desesperes ¿de acuerdo? —   —De acuerdo papá—   —Ahora vamos, te presentaré las personas que serán tus maestras, por cierto la encargada de esta escuela es mi amiga, crecimos juntos y cuando ella se enteró de lo que te había pasado se ofreció a ayudarte, con ella estarás en muy buenas manos —   Papá me presentó ante las personas que allí estaban, la encargada de la escuela se acercó a mi, me dijo con una voz muy bajita y dulce, “aquí estarás bien, no te preocupes yo me encargaré de que estés bien, se lo debo a tu padre” no entiendo porque ella dice que le debe algo a papá, lo más probable es que él le prestó dinero y por eso ella dijo eso, en fin, no puedo decir que la escuela es acogedora porque no lo sé, pero de lo que si me di cuenta, es que aquí hay una hermosa vibra, se siente un ambiente bonito, no necesito de mi vista para ver la hermosa labor que está haciendo está escuela, y ya que me empecé a sentir a gusto decidí aceptar estudiar en esta escuela. Nos quedamos solo unos minutos y nos fuimos a casa, papá solo me matriculó, y me presentó ante el personal que allí labora, las clases las empezaré oficialmente en dos días, estaba muy ansiosa y al mismo tiempo con miedo, es difícil volver a empezar de cero, aprender a como leer con mis manos, aprender a hacer silencio para poder captar el mensaje de las personas que están a mi alrededor, sé que voy a poder con esto, estoy segura de que aprenderé a vivir así. Llegamos a casa y Rumina me abordó de inmediato   —Gema hermanita ¿cómo les fue en su viaje fugaz? Supe que papá te sacó muy temprano de casa —   —Me llevó a la escuela nueva, cumplió su promesa y no se esperó ni un minuto más —   —¿Enserio? Pensé que él no lo haría, creí que tendría más paciencia y más consideración contigo, pues por tu condición, papá es muy insensible —   —No Rumina, al principio pensé lo mismo que tú, pero ¿no te haz puesto a pensar que tal vez sea lo mejor para mí? Yo necesito volver a empezar, necesito aprender a valer me por mi misma, y hoy en esa escuela me di cuenta que es mi oportunidad, una oportunidad que no puedo dejar ir, hermana, volveré a ser la Gema de siempre, la niña feliz que le gusta la lectura, que le gusta el estudio, y esa escuela me está brindando esa felicidad —   —Tienes razón hermanita, perdón si te hice sentir incómoda con mis comentarios, sabes que soy una torpe, que lo único que hace es embarrarla, por eso es que papá me odia, por ser una tonta —   —Rumina, papá no te odia, el te ama y mucho, sabes que no sabe expresar bien sus emociones y por eso a veces nos hace sentir como si no le importáramos, hoy cuando me llevó a la escuela especial me sentí un poco incómoda, creo que más que incómoda, insegura, pero papá fue quien me elevó el ánimo y quitó ese temor de mi, somos apenas unas adolecentes y no entendemos aún como se manejan los adultos emocionalmente —   —Por eso es que eres mi hermanita preferida, a veces pareces la mayor, pero bueno, ya dejemos estás charlas aburridas para cuando seamos adultas, jajajaja… ven conmigo Gema, te ayudaré a vestirte cada día que estés en esa escuela, no permitiré que asistas sin un buen vestuario, para el primer día de clases vestirás unos jeans azules, un top blanco con chaqueta de cuero negra, y por último, unos zapatos cerrados también de color blanco, ¿Qué te parece el outfit que te armé? —   —¡Ay Rumina! no cambias, en primer lugar, no usaré un top en mi primer día de clases, y mucho menos una chaqueta de cuero, ya estoy ciega, no me quiero quedar también sin piel, de te olvida que la temperatura está demasiada caliente, el clima es un caos, pero, los pantalones y zapatos te los acepto —   —Tienes razón, se me olvidaba que la temperatura está muy alta, no puedes culparme por eso, sabes que vivimos dentro de un frízer, papá no apaga el aire de la casa ni un segundo y a veces pienso que afuera también está así de frío, ay Gema, estoy tan emocionada por ti, porque ya estás saliendo adelante, estás superando todo esto y por fin decidiste acoplarte a tu nueva vida, te prometo hermanita que nunca te dejaré sola, siempre estaré aquí para ti, para lo que necesites, te amo mucho—   —Gracias por esas palabras tan hermosas, yo también te amo mucho, y tú tampoco dudes en contar con mi apoyo para lo que necesites — Los dos días pasaron y yo asistí a mi primer día de clases, como ya estaba acordado, la encargada de dicha escuela me recibió con mucho amor, al menos eso fue lo que sentí, me acompañó a mi aula y me ayudó a identificar el lugar donde me sentaría desde hoy en adelante, me sentía bien y a gusto. El día pasaba sin mucha novedad, cada uno de mis compañeros se presentó a la clase, incluyéndome a mi, éramos un total de cincuenta estudiantes, y todos los que estábamos en aquel lugar, es no vidente. Los días siguieron pasando y ya me estaba emocionando por estar en clases, aunque las materias no eran parecidas a las de mi antigua escuela, en esta nueva escuela el saber escuchar detenidamente era una materia, es como decir que hoy iré a clases a escuchar a los pájaros cantar, lo importante de ese momento es enseñarnos a ver a través de nuestra audición (en sentido figurado), ahora le dedico más tiempo al ruido que está a mi alrededor, gracias a papá podré salir adelante, no me quedaré estancada, sé que en un futuro seré la Licenciada Gema Pompeyo. Desde que tengo uso de razón he querido ser abogada, odio las injusticias y siempre he pensado que si me convierto en abogada podré defender a los más indefensos, a aquellos que están culpados injustamente, aquellos que por su situación económica no pueden tener acceso a una mejor defensa, yo quiero llegar a ser esa parte de la justicia que es justa, que escuchará antes de juzgar. Mientras decía esas palabras en clases, todos estaban en silencio, lo sé porque escucho su respiración y siento el calor de sus cuerpos, pasados unos escuché un fuerte aplauso, todos en el aula me aplaudían, eso me emocionó aún más y empecé a llorar, la maestra se acercó y me susurró al oído, “No tengo duda alguna de que serás la mejor abogada de todas las Vegas Nevadas, yo confío en que así será” esas palabras me dieron aún más aliento para seguir adelante. Ese año escolar ya estaba llegando a su fin y yo estaba a punto de pasar a segundo grado, ya llevo un año y medio en esta maravillosa escuela, lugar que al final se convirtió en mi refugio.  
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