
Había una vez un magnate multimillonario llamado Liam Blackwood. Era un hombre poderoso y exitoso en el mundo de los negocios, pero su vida estaba vacía de afecto y cariño.Liam nunca se había casado ni formado una familia, pues su ambición y dedicación al trabajo siempre habían estado por encima de todo lo demás.
Un día, mientras se encontraba en una de sus lujosas mansiones revisando documentos financieros, recibió una misteriosa carta sin remitente. Al abrir el sobre, se sorprendió al encontrar una fotografía de una hermosa mujer y un niño sonriente. Al darle la vuelta a la fotografía, descubrió una emotiva carta escrita por la mujer, llamada Anna.
En la carta, Anna le contaba a Liam sobre una breve pero apasionada historia de amor que habían compartido muchos años atrás. Le confesaba que, como resultado de ese amor, había nacido un niño, Ulises, que ahora tenía seis años. Anna le explicaba que había decidido criar al niño por su cuenta, lejos de la opulenta vida deLiam, pero que se había encontrado con un grave problema: Ulises había sido diagnosticado con una rara enfermedad y necesitaba un trasplante de médula ósea para sobrevivir.

