Punto de vista de Maximiliano
Me despierto antes que Mateo. Está dormido sobre mi pecho, respirando suave, como si el mundo no pudiera hacerle daño. Ojalá fuera así.
Ojalá yo pudiera garantizarlo.
Pero sé que no. Sé que lo que viene es peligroso, y que tarde o temprano, tendrá que conocer la verdad.
Mi celular vibra en la mesa, un mensaje, un solo nombre en la pantalla me congela la sangre:
“HABLAMOS. YA.”
Tio.
Me levanto con cuidado para no despertarlo. Me visto rápido y salgo de la cabaña, el frío pegándome en la cara como una advertencia. Mi tio no manda mensajes así a menos que algo grave esté pasando o esté a punto de pasar. Cuando lo llamo, no me saluda.
Maximiliano, ¿estás con él? su voz es tensa, dura, como si luchara por mantenerse en control.
Sí, respondo, aunque sé que no le gusta oírlo, hay un silencio. No uno normal, uno cargado.
Necesito que vuelvas a casa ahora mismo. Hay algo que debes saber. Algo que Mateo no puede enterarse todavía, su tono me eriza la piel, mi tio no teme a nada, si está así, esto es peor de lo que imagino. Dime la verdad, exijo él respira hondo.
Mateo, no es quien tú crees, mis puños se cierran solos. ¿Qué estás insinuando? Tu primo, el padre de Mateo no murió en un accidente dice, y siento el mundo detenerse, ¿Qué…? Lo asesinaron. Y no fue cualquiera, fue alguien que está buscándolo desde hace años. Y acaba de descubrir que está contigo, mi corazón golpea mi pecho.
¿Por qué lo buscaría? ¡Mateo no ha hecho nada! Otro silencio, el más largo. Porque tu primo, antes de morir descubrió algo que podía destruir a una familia muy poderosa. Y Mateo es la única pieza que les falta para cerrar ese asunto para siempre. No, susurro, dime que esto no es lo que creo.
Y entonces mi tio lo dice, la frase que me corta el aire. Mateo, no solo es tu sobrino, es el heredero de un secreto que muchos matarían por ocultar.
Y ahora… vendrán por él.
Mi visión se oscurece, mi respiración se corta, mi tio continúa:
Max, no te va a gustar escuchar esto, pero debes hacerlo. Lo que sientes por él, no te atrevas escupo, la furia quemándome la garganta. Es peligroso, para él, para ti y para todos nosotros. Siento un rugido atrapado en mi pecho, si alguien se atreve siquiera a tocarlo, los mato a todos.
Voy a protegerlo, digo con voz grave, casi animal. Mi tio aprieta la mandíbula al otro lado del teléfono. Entonces prepárate para la verdad completa. Porque lo que viene, será peor de lo que crees.
Punto de vista de Mateo
Me despierto solo.
Al principio pienso que Maximiliano solo fue al baño o a buscar agua, pero cuando toco el lugar donde debería estar, la cama está fría frunzo el ceño.
Algo se siente raro, la cabaña está demasiado silenciosa, como si el bosque contuviera la respiración.
Me levanto, me pongo una polera y salgo. Lo encuentro a unos metros de la entrada, mirando su teléfono con el ceño fruncido y la mandíbula tensa.
Max, mi voz sale suave, adormecida, él gira hacia mí, pero su mirada está diferente.
No fría.
No distante.
Duele.
Como si quisiera decirme algo y no supiera cómo. ¿Pasa algo? pregunto, sintiendo un nudo en la garganta, Max intenta sonreír, pero no puede.
Se nota.
Osito, ven aquí, me acerco. Él me abraza fuerte, demasiado fuerte, como si temiera que pudiera desaparecer de sus brazos.
¿Por qué siento que me ocultas algo? Susurro contra su pecho, él me sostiene la cara entre las manos, su frente contra la mía, su respiración temblorosa.
Mateo, hay algo que debes saber. Algo que tu padre jamás quiso que descubrieras.
Mi corazón se detiene.
Mi padre repito, sin aliento.
Max cierra los ojos un segundo, como si estuviera tomando fuerzas.
Los que quieren verte muerto, ahora vienen por ti. Mi mundo se rompe en un segundo.
Todo mi cuerpo se estremece.
Mi piel se enfría.
Mis ojos se llenan de lágrimas.
Max ¿qué…? ¿Por qué…? Apenas puedo hablar.
Él me abraza con desesperación, con esa fuerza posesiva que siempre me hace sentir seguro. Voy a protegerte promete, su voz grave y peligrosa. Aunque tenga que incendiar el mundo entero.
Pero algo en su tono…
Algo en su mirada…
Me dice que viene algo aún peor.
Algo que puede destruirnos.
Max susurro, temblando. ¿Qué más estás escondiendo?
Él cierra los ojos y sé que la parte más oscura del secreto…
aún no la he escuchado.