Minutos después… Pasaron varios minutos y el obispo los observó a ambos con una expresión de preocupación clara en su rostro. Finalmente, decidió hablar y les transmitió sus inquietudes de la siguiente manera: —No entendí nada. Devon Johnson y el reverendo Josh intercambiaron miradas confundidas ante la afirmación del obispo. —¿Cómo es posible? —exclamaron al unísono, incapaces de captar el significado de sus palabras. Una pequeña sonrisa se dibujó levemente en el rostro del obispo, indicando que había hecho una pequeña broma. —Es solo una broma—Sin embargo, su expresión rápidamente pasó a una de seriedad al abordar la gravedad del asunto—Pero, en realidad, el asunto que nos ocupa es de suma importancia y requiere toda nuestra atención —declaró el obispo, su voz resonando con un ton

