Una hora antes…
Pasados unos minutos, después del incidente de la cocina, Antonio se encontraba en medio de la sala elegantemente vestido, sosteniendo su bata de medico en uno de sus brazos y a la vez su maletín en una mano despidiéndose de Laura con entusiasmo y nerviosismo.
—Bueno, ya es hora de irme Laura—respondió Antonio en un tono muy firme ocultando sus nervios y a la vez su emoción—, recuerda siempre tener el telefono en la mano porque me voy a estar comunicando contigo en todo el día tú sabes, para ver que estes bien. No es que… no confíe en ti, pero como es tu primera vez como ama de llaves a lo mejor tal vez te sientas nerviosa.
Laura con sus manos hacia adelante en señal de nerviosismo también, estando de pie frente Antonio, le respondió:
—¡No se preocupe doctor, yo no
