El humo comenzó a disiparse y, poco a poco, la situación se fue controlando. Antonio miró a Laura, quien aún estaba atónita y asustada. Rápidamente, la tomó de la mano y la guio hacia la ventana, abriéndola para permitir que el humo saliera de la cocina.
—¡Doctorcito, por favor no se enoje conmigo, yo… yo…yo sé que hice un desastre pero yo lo voy a remediar!
Mientras que Antonio mirando a Laura quien estaba muy asustada le dijo:
—Tranquila fue solo un accidente. Lo importante es que estás bien —le aseguró, tratando de transmitir calma y consuelo tocando su cabeza nuevamente traspasando de nuevo, la línea de jefe/empleada.
—¿Pero no me va a botar?
—Claro que no Laura, fue solo un accidente.
—¡Es que… no sé lo que pasó de repente todo se hizo fuego, a lo mejor el señor de las tiniebla
