Al momento que llegué al clímax mi cuerpo comenzó a temblar mientras él todavía estaba dentro mí y continuaba penetrándome.
¡Oh, Dios mío esto se siente tan bien! pero luego veo como él abre su boca y con sus manos debajo de mi espalda me aprieta más hacía él y me mira fijamente, se nota que ya va a llegar, entre jadeos tratando de meterme de nuevo en el papel de su maestra le digo apretando mis manos sobre sus glúteos:
—¡Acábame adentro doctor!
Fue muy buen estudiante y no sé en realidad en que está pensando para durar, pero lo ha hecho muy bien. Entre gemidos entrecortados, puedo sentir que su cuerpo se tensa y sus ojos brillan con deseo. Sus embestidas se vuelven más vigorosas y rápidas, indicando que está cada vez más cerca del clímax.
—¡Ven, ven, acábame adentro doctor!
Al deci
