CAPITULO 3

1980 Words
NIKKI Entro a la cabina privada, me estoy muriendo de los nervios. Desde hace mucho tiempo no estoy con un hombre a solas en una habitación desde lo que pasó con Alan, no pude volver a tener una relación medianamente normal. Odio estar a solas con un hombre, detesto que me toquen, entro en pánico si los siento cerca. He tomado terapia, mi psicóloga dice que todo es duro proceso, pero que, si pongo de mi parte, podré avanzar. El evento traumático que viví me ha dejado marcada. He querido tener citas, salir como cualquier otra mujer, no voy a negar que también siento deseos por tener relaciones sexuales, pero las pocas veces que lo he intentado he entrado en pánico y los hombres terminan por decirme que estoy loca, y que con mujeres traumadas no van a estar. La cabina tiene una luz tenue, alumbra lo necesario. Tomo aire, y me obligo a caminar. No puedo perder este trabajo y no puedo defraudar a mi jefe. Solo espero que le haya advertido a su amigo como son las cosas conmigo. No voy a decir que no me emocionó cuando Eros me dijo que su mejor amigo, el hombre delicioso que estaba devorándome con los ojos mientras bailaba había pagado por un baile en privado. Por lo que escuché decir a las chicas, el hombre casi no viene por aquí. Cuando viene siempre solicita la asistencia de Sara, y pocas veces cambia de mujer. Las que han tenido la dicha de estar con él, dicen que es alguien frio por fuera, pero caliente a la hora de follar. Tambien se ofrece ese servicio, aquí en este club hay de todo. Solo espero que no pretenda que este baile vaya más allá, porque no quiero entrar en pánico en mi primer baile. Pude notar como Sara se disgustó porque el hombre esta vez pagó por mi y no por ella. Quise averiguar un poco sobre él, pero las chicas solo dijeron que era el mejor amigo del jefe, que era millonario, que tenía un gran m*****o, que solo follaba por detrás, y que no se quitaba la ropa, tampoco permite que nadie lo toque, cero contactos físicos, no le gusta que le hablen y odia que lo besen. Es como si las mujeres que toma fueran una muñeca inflable con las que él se sacia y después las abandona. La música se escucha entre los altavoces. Camino contoneando mis caderas. La melodía de So Hard de Nolo Wrldpul resuena en la cabina. Al entrar lo veo sentado en unos de los sillones. Tiene una postura relajada, la chaqueta de su traje reposa aun lado, solo tiene el chaleco, y la camisa remangada hasta los codos, el cabello le cae por la frente como si se hubiera estado pasando los dedos repetidamente. Llevo mi mirada hacia su rostro y siento que el aire se me tasca en los pulmones, nunca había visto un hombre tan hermoso. Su rostro me impresiona, sus rasgos son oscuros y afilados, y sobre todo inexpresivo. Es como si el mismo lucifer hubiera reencarnado en él. Se sabe que Lucifer fue alguna vez fue un ángel, fue el mas hermoso. Fue expulsado de los reinos de los cielos, por tratar de enorgullecer a su padre y probarle que podía dar más. decidió elevar su trono al de Dios y queriendo ser el creador como castigo fue denigrado y expulsado del cielo, ahora vaga por la tierra tentando de la forma mas hermosa a las personas para hacerlas pecar. El hombre tiene un vaso de liquido ámbar en su mano derecha, uno de los botones lo tiene abierto, deja ver parte de su pecho y lo que supongo que es un tatuaje. Me gustaría saber que es. Jesús. Este hombre es tan hermoso, como esos animales exóticos, pero que sabes que por mas bellos que sean son peligrosos. Sabes que debes mantenerte alejada, porque mientras mas te acerques, mas probabilidades hay de que te coma viva. Siento su mirada en mi cuerpo y nunca me había sentido tan caliente, es como si la llama de una hoguera se estuviera enciendo en mi cuerpo. Comienzo a mover el cuerpo, contoneo mis caderas, paso mis manos por todo mi cuerpo al ritmo de la música. Lentamente me voy acercando a él, es como si su cuerpo tuviera una energía que me atrajera él. Como si yo fuera una luciérnaga atraída por la luz. Sé que debe desvestirme, eso hace parte del show, y aunque le dije a Eros que no me podían tocar, si podía hacer esto. Doy gracias porque no se pueden ver las cicatrices de mi cuerpo. Llevo mis manos a la corredera que está en la parte delantera de mi body, poco a poco lo voy bajando. -No – Su voz profunda y firme me detiene. ¿Se puede tener un orgasmo con solo escuchar el tono de voz de un hombre? -¿No quiere que me desvista? – Pregunto nerviosa. Lo veo negar con la cabeza. -No aquí – Frunzo el ceño – Una malen'kaya mysh' tan bella como tú, no puede estar exhibiendo su cuerpo en un lugar como este. Trato de que el aire llegue a mis pulmones, intento calmar mis nervios. El calor que se está formando en mi centro, es abrumador. Hace tiempo no me sentía tan bien en la presencia de un hombre, a pesar de que el tipo trasmite peligro, algo dentro de mí, me dice que estoy segura. Siento como si con él pudiera olvidar todo el peligro que hay afuera, como si la oscuridad que trasmite sea mi refugio. Es algo loco, pero siento como si la maldad que trasmiten esos grandes ojos color verde esmeralda pudiera ser mi santuario, como si la perversidad que denota pudiera ser mi terapia y el monstruo pudiera convertirse en mi amante. -Dante la vuelta – Demanda. Me siento como hipnotizada con el sonido de su voz, es como si mi cerebro hubiera dejado de funcionar y mi cuerpo hubiera tomado el control. -Ty slishkom prekrasna – No sé mucho de idiomas, pero la profundidad que toma su voz cuando habla asi hace que me caliente más. Poco a poco me voy acercando a él. No sé qué tiene este hombre que atrae mi cuerpo a él. Me sigo moviendo, lentamente, contoneo mis caderas, relamo mis labios y paso las manos por mi cabello. Él tiene ambos brazos en los reposabrazos, mueve su vaso y no aparta la mirada de mí. Nunca pensé que podría volver a sentarme en el regazo de un hombre sin sentir repulsión. Me siento en sus piernas y comienzo a mover mi culo, lo siento tomar aire, suelta un gruñido y puedo sentir ¿Su erección? Santa madre ¿Esa es su polla? Es como si tuviera otra pierna. -No te muevas asi malen'kaya mysh – Sisea – No me haré cargo de lo que pueda pasar. Me levanto un poco y me abro de piernas, quedo ahorcajadas sobre él, con ambas piernas a los lados de su muslo. Mi coño queda en la protuberancia de los pantalones. -¿Sabes que no puedes tocar? – Le susurro en su oído. Veo como aprieta los reposa brazos, la respiración se le está agitando. Da pequeños gruñidos y muerde sus labios. -Eres una chica mala malysh – Dice entre dientes – Una chica muy mala. Comienzo a restregar mi coño en su erección. No sé que diablos me ha poseído, pero quiero dejarme tentar por el diablo, quiero poner la cerilla que encienda esta hoguera y quemarme en las llamas de su infierno. -¿No te gustan las chicas malas? – Ronroneo. Madre mía. Este hombre debe follar duro y debe partirte en dos. El tipo no es muy musculoso, es delgado, pero puedo sentir que hace ejercicio. Huele delicioso, como a pecado y tentación. -Me encantan las chicas malas - Ronronea - ¿Sabes que les hago a las chicas malas? – Inquiere. -¿Qué? – Jadeo. Dios. Estoy tan caliente y excitada. Prácticamente me estoy masturbando con su pierna. Solo nos separa la ropa. -Las amarro a mi cama, de espaldas. Les amordazo la boca, les levanto el culo, tomo una correa de cuero y les zurro el culo. Cuando ya lo tiene rojo e hinchado, les paso mi lengua, hasta llegar a su coño y me doy un festín. Cuando siento que se van a correr les niego el orgasmo. No las dejo venirse hasta que a mi se me de la gana. Jesucristo. La voz de este hombre, combinado con esas guarradas están haciendo estragos en mi cuerpo. Siento que estoy a punto de correrme, los mis jugos tienen que estar empapando su pantalón y sé que me voy a morir de vergüenza después. Me alegro porque en ningún momento me ha tocado, ha dejado que yo haga todo el trabajo, y aunque tiene una erección que debe estarle doliendo, aunque está respirando con dificultad sus manos se han mantenido alejadas de mi cuerpo. Ha respetado mi condición. -¿Quieres correrte, nena? – Gruñe – Córrete en mi pantalón, déjame los rastros de tus jugos. Comienzo a moverme mas rápido, desesperada por encontrar la liberación que hace mucho no tengo. El corazón me late rápido, siento la cara caliente, el cuerpo me arde, la sangre es como lava que recorre mis venas. Mis jadeos y gemidos se pierden entre la música. -Déjate ir – Sisea – Déjame escuchar esos hermosos gemidos. Mis manos se apoyan en sus hombros. El hambre que denotan sus ojos hace que me encienda más, la oscuridad que ella trasmiten, el deseo, el hambre me hacen sentir hermosa. Se humecta los labios y sus ojos van a mi boca. -Vente por mi malen'kaya mysh. -¡Oh, Dios! – Gimo con desespero. Lo veo clavarme esos hermosos bosques que tiene por ojos en mí. -No nena, no es la pierna de Dios con la que te estas masturbando. Y no es él. el que te va a escuchar gemir. Es Mattia Lander el único que podrá escucharte jadear de ahora en adelante. Siento como mi cuerpo vibra, mi centro se contrae, algo dentro de mi explota y grito de placer. -Eso – Gruñe – Así, mójame toda la pierna nena, deja rastros de tus jugos en mí. -¡Oh! – Jadeo. Lo veo tomar aire, sus ojos son mas oscuros que verdes. -¿Puedo tocarte? – Jadea. -No. Lo siento suspirar. -Vente para mi malen'kaya mysh – Es la ultima orden que me da, y mi cuerpo explota. Es como si una tormenta arrasara con todo mi razonamiento. Mi cordura se fue a la basura y mi alma ha abandonado mi cuerpo. -Que buena chica. Ambos tenemos la respiración agitada, el pecho nos sube y nos bajan rápido. Yo rápidamente me levanto de su regazo, puedo ver como se acomoda la erección. Le da un sorbo a su bebida. -De ahora en adelante solo me puedes bailar a mí. Mi boca se abre y mi mandíbula se desencaja. -Esté es mi trabajo. -No estoy diciendo que no lo hagas, solo que solo a mi me bailas. -Lo siento, pero no porque me haya corrido en tus pantalones significa que puedes venir a mandarme. Veo como se acomoda y encuadra los hombros. -Eso ya lo veremos – Dice en un tono bajo, pero peligroso. -Que tenga buenas noches. Salgo de allí como alma que lleva el diablo, me estoy muriendo de la vergüenza. Aunque fue una situación bastante estimulante y pude volver a tocar un hombre, a estar cerca de uno y a correrme, soy consiente de que soy una mujer mas de las que él usa para su beneficio. No me voy a dejar cautivar por su hermosura, lo hermoso a veces resulta ser dañino.
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