CAPITULO 2

2912 Words
MATTIA Siempre he pensado que la grandeza es algo que se hereda, el poder es algo que se construye y el dinero algo que se gana. Vengo de un legado basado en todas esas tres palabras, mi abuelo fue el antiguo Pakhan de la mafia rusa, y el líder de la pirámide. Una organización que reúne a las mafias mas poderosas del mundo. Cuando mi abuelo murió le heredó el puesto del Pakhan a su sobrino y el puesto del líder a mi madre, bueno mi madre tomó el puesto ya que nadie sabia de la existencia de ella y cuando mi abuelo dejó este mundo olvidado por Dios se armó una guerra entre los jefes de las mafias por el poder. Mi madre había sido criada en las sombras por mi abuelo, debido a su condición pasó un año en un psiquiátrico y cuando se dieron cuenta que no estaba avanzando simplemente la dejaron libre, ella salió se convirtió en la ejecutora y mano derecha de mi abuelo, pero siguió en las sombras, mi abuelo, sabía que en el momento en que la organización supiera de la existencia de mi madre, la cazarían y la matarían, ya que era una hija ilegitima y la mafia rusa es delicada en ese sentido. Pueden tener todas las sumisas y amantes que quieran, pero no pueden tener hijos fuera de la organización y mi abuela no era parte de ella. Mi abuelo la entrenó y la convirtió en lo que suele llamarse para nuestro legado "el masacrador" que básicamente es el ejecutor que se encarga de exterminar y castigar a todo aquel que traicione o se vaya en contra del mandato del líder de la organización, la mantuvo a su lado, todo el tiempo. Cuando mi abuelo murió mi madre se tomó un tiempo y luego fue por lo que le pertenecía, mató a todo aquel que quisiera tomar lo que por derecho era de ella. El puesto del Boss o el pakhan lo heredó su primo, ya que esa fue la voluntad de mi abuelo, por lo que sé de la historia eso no le hizo mucha gracia al hombre, ya que él quería todo. Mi madre estuvo a cargo de la organización durante diez años, pero la manejó desde las sombras, nadie conocía su rostro, pero eso no le impidió sembrar el miedo y el terror que se necesita en este mundo para que no te quieran destruir. Yo nací con la misma condición de mi madre, lo que debo decir que a mi padre biológico no le agrado mucho, siempre decía que he sido un error, una anomalía en su vida, ya que, a pesar de ser un chico con un coeficiente intelectual alto, que habla varios idiomas, tenía una condición que no me hacia perfecto, y para él tenia que serlo. Cosa que nunca me importó, realmente lo que suela pensar la gente de mí, me vale mierda. No vivo para ellos, y ellos no son los que me dan de comer. Yo sé lo que valgo, lo que soy y lo que puedo llegar a conseguir. A mi manera soy perfecto, y a mis ojos soy la mejor creación del ser que haya creado a los humanos. Tengo claro que el único que conozco con el potencial para frenarme, aparece cuando me miro al espejo. Mi madre me crio a su manera, me formó para que fuera el mejor en lo que hacíamos, nunca me mintió y siempre me habló con la verdad, siempre tuve claro de donde venia nuestras riquezas, quien era ella y que seria yo. Su puesto estaba destinado a ser mío. Yo sería el rey, y todos los demás serian mis peones en este juego. Ella confío mas en mí, que en el hombre con se casó y por eso a una temprana edad me convertí en su ejecutor o como bien nos llamaban su masacrador, impuse el terror desde una edad temprana, maté a mi primera persona a la edad de cinco años, soy capaz de eliminar cualquier amenaza y de ejecutar un plan bien formado en minutos. Soy todo lo que está bien en este jodido mundo. Soy la grandeza, el poder y el miedo de cada persona que me conoce. He trabajado duro para llegar a donde estoy. Ya perdí la cuenta de cuantas muertes pesan sobre mis hombros. Soy todo lo que la gente quiere ser, pero nunca podrá serlo. Por eso maté a todo aquel que intentó destruirme. Eliminé a todo aquel que me traicionó y que intentó herir a los míos. Quizás no sepa que es sentir amor. Lo que me parece el sentimiento más patético y débil del mundo. Ese sentimiento te hace débil, les da a tus enemigos las armas para atacarte. Si no tienes nadie que te importe, no tienen como herirte. El sonido del taladro me saca de mis pensamientos. Paso el dorso de mi mano enguantada por mi frente y me limpio las gotas de sudor que recorrer mi rostro. rodeo la mesa de metal y camino hacia la rata que pensó que podía venir a mi territorio y vender droga sin mi permiso. -¿Quién te envió? – Pregunto por milésima vez. Puedo decir que el mierdecilla tiene aguante, llevo una hora intentado sacarle información de quien es el jefe de este grupo que se ha desplegado por mi ciudad y se ha dedicado a vender droga en los diferentes clubes sin mi permiso. -Solo mátame ya – Escupe. Chasqueo la lengua. Eso no tendría sentido, por qué lo mataría de inmediato, no sería rentable para mí. A los depredadores nos encanta jugar con la presa. Ya que el juego previo es lo que mas nos excita, ver el miedo en sus rostros, saber que podemos infringir dolor y tenemos en nuestras manos la capacidad de quitar o mantener la vida de alguien. -No te afanes, la muerte te llegará en cualquier momento – Coloco el taladro en una de sus rotulas y comienzo hacer un aguajero – Pero ese momento lo decido yo. Los gritos inundan la vieja bodega, la sangre salpica mi rostro y la adrenalina invade todo mi torrente sanguíneo, disfruto el calor del liquido carmesí gotear de mis manos, me excita ver como la vida de mis presas se apaga. Es una sensación de poder y dominio que me embriaga. Todo ser humano tiene un vicio, ya sea la droga, el alcohol, el sexo o cualquier otra actividad que lo lleve al límite. La persona que diga que no lo tiene, miente, porque todos somos pecadores y todos nos embriagamos de una manera diferente. El olor a cobre y a muerte invade mis fosas nasales, todos mis demonios salen a jugar un rato, y la pizca de humanidad que tengo se apaga en estos momentos. Los gritos de las personas que le arranco la vida es mi mejor melodía. -¿Estas seguro que no me vas a decir quien es tu jefe? – Con un tono calmado hago la misma pregunta. El tipo que tengo sentado delante de mi jadea, la cara la tiene llena de golpes, y sangre seca, el cabello se le pega a la frente, la nariz la tiene rota, uno de sus ojos casi no se ve, por todos los golpes que ha recibido, uno de sus brazos está en un ángulo bastante doloroso. Está sentado y sin camisa. Lo veo sacudir la cabeza. Suspiro y tomo aire. No va a hablar y no puedo seguir perdiendo el tiempo. Apago el taladro y lo dejo caer al piso. Me encantaría acabar con él, pero me gusta tomarme mi tiempo, y eso es lo que en estos momentos me falta. -Llama a Pavel – Le ordeno a uno de mis hombres – Dile que venga a encargarse de esto. Necesito que le saque toda la información que pueda y si no, sáquenle la lengua y los ojos. Déjenlo en el mismo lugar donde fue encontrado, que esa sea la primera y única advertencia para su jefe. Pavel es mi mano derecha y me ejecutor, lo que seria mi masacrador. Debo decir que ese papel debería tomarlo mi heredero, ya que es lo que se viene haciendo por décadas, pero no pretendo tener legado, ni hijos, ni mucho menos pretendo casarme. Joder, no tengo madera para eso. ¿Qué haría con un mini humano? Además, no creo que el mundo esté tan dañado como para permitir que yo engendre a alguien. Como no está en mis planes tener una familia, dejé que Pavel, un chico que conocí en uno de mis viajes a Rusia. Nos hicimos cercanos, mi padrastro Hades, el nuevo esposo de mi madre y una de las personas que mas admiro en el maldito mundo lo tomó bajo su poder, lo entrenó y dejó que estuviera a mi lado. Me quité los guantes de cuero y lo tiré a un lado de la mesa. Caminé con las manos metidas en los bolsillos, hasta mi McLaren. Necesito un baño y un trago. Quizás dormir unas cuantas horas seguidas, ya que no sé que es eso. Suelo tener problemas de sueño. Los desarrollé cuando creía que mi madre había muerto y pensaba que mi padre biológico podría volver por mi en cualquier momento. Me mantuve por días despierto, y eso para un niño de 9 años no era bueno. Cuando por fin atrapar a mi padre, vengarme por lo que hizo, seguía sin poder dormir, sentía que me habían quitado una parte de mi vida, la parte mas esencial. A ella. La mujer que me trajo al mundo y que por muchos años fue mi pilar mas preciado. Nunca se lo dije y nunca se lo diría, tiene el ego de un rascacielos de Dubái y decírselo solo hará que se eleve más. Cuando por fin apareció un día, sentí que me habían devuelto la pieza que me hacia falta, pero seguí sin poder dormir, tenía la sensación de que en cualquier momento me levantaría y ella no estaría allí. Tomo el mando y abro el auto. Me subo y me dirijo a mi ático, está ubicado Belgravia uno de los barrios más lujos de Londres. Necesito dormir por tres días, pero mi trabajo no me lo permite. Así que, me tomaré un trago en mi casa y me pondré investigar quienes son los hijos de puta que están invadiendo mi territorio. Después de unos minutos llego a mi ático. Me quito la ropa y me doy un baño. Cuando salgo mi mejor amigo Eros me llama y me dice que vaya a uno de sus clubes a tomarme una copa con él. Me coloco un traje, me peino y tomo el mando de mi McLaren, me subo en él y me pongo en marcha, cuando llego al club que está ubicado en unas de las áreas más lujosas de Londres, estaciono el auto, me bajo y camino hacia la entrada como ya me conocen me dejan entrar sin problemas. Camino esquivando al mar de gente y enseguida me arrepiento de haber aceptado la invitación. Odio estar rodeado de personas. Odio que me toquen. Odio escuchar sus voces y sentir que me roban mi preciado oxígeno. -¡Ey! – La voz profunda y divertida de Eros me llama la atención. Lo veo acercarse a mi con una gran sonrisa, el tipo tiene mi edad, es el hijo del antiguo Don de la mafia italiana, es un dolor en el culo. -Ya vine y ya me voy – Me giro para irme. Necesito salir de aquí. Necesito la tranquilidad de mi casa. Me toma del hombro y me detiene. -No vas a ningún lado, deja de ser tan aburrido – El tono burlón hace que quiera borrarle la sonrisa con un rayador de concina – Ya sé por que toda tu familia te dice "Gato" Gruño y le doy un codazo en las costillas. Odio ese apodo. Mi madre me lo decía cuando era niño y ahora que soy grande sigue diciéndomelo. Es como si ella no fuera igual a mí. -Vuelves a decirme así, y te voy a sacar la lengua – Ladro. Eros suelta una carcajada y comienza a guiarme hacia una de las zonas VIP del club. -Deja de ser tan gruñón amigo. Recuerda que solo se vive una vez. Sacudo la cabeza, ese su lema "Solo se vive una vez" y con eso se ha follado a casi media población femenina, ha destrozado cuatro autos y ha matado a unas cuantas personas. -Solo un trago y me voy – Advierto – Tengo seguir investigando quienes son los hijos de putas que se han metido en mi territorio. -¿No habías atrapado a una de las ratas? – Su tono era mas serio. Nos sentamos en un cubículo, una de las mesaras nos traen los tragos, como ya saben quien soy no es necesario que diga que quiero. Vengo aquí regularmente, cuando quiero tener algo de acción. -Si, en eso estaba, pero el mierdecilla no soltó ni una sola palabra, así que se lo dejé a Pavel, él sabe como sacar información. Tú sabes que yo me emociono y voy a ir más allá. Lo veo sacudir la cabeza. -Si, ese es tu deporte favorito. Desvivir a las personas – Sonríe. Me encojo de hombros. No voy a negarlo, no tiene caso. -¿Qué ha dicho el consejo? El consejo, es como ahora se llama la organización. Ese fue el nombre que cree. Después de todo el problema que hubo con mi madre, y la guerra que se formó, cuando tomé el mando, decidí crear una nueva estrategia, un nuevo pacto de paz, donde las mafias mas poderosas que habitaban Londres pudieran trabajar sin problemas. Somos cinco mafias. Cada una tiene su líder. La mafia italiana tiene a Eros, la mafia londinense me tiene a mí, que heredé el poder de mi madre, la mafia rusa tiene a Vladislav Popov, la mafia serbia esta a cargo de Darko Markovic un serbio que se puede decir que está mas desquiciado que yo, y tenemos un m*****o de la Yakuza. Koji Yamada, un asiático que es un genio de las computadoras. Vlasdislav se encarga de transporta armas, Eros y yo nos encargamos de los cargamentos de drogas, el serbio trabaja con piedras preciosas y bueno, el asiático es un gran estafador. Todos tenemos casi la misma edad, el único que es un poco mayor es el ruso, nadie sabe como llegó al poder, dado que ese puesto era del primo de mi madre. El hombre no tuvo hijos, por ende, cualquiera podía tomar su lugar. Y eso fue lo que hizo Popov. Tomé un trago. -Pensaba decirlo en la reunión que tenemos dentro de una semana. -Sabes que para eso se creó el consejo – Me da una palmada en el hombro – Siempre te cubriremos la espalda. Tomo una bocanada de aire. -Lo sé, también sé que debo ponerme en contacto con el segundo al mando del ruso, pero creo que ahora se debe tratar con la hija del hombre, que es la que está luchando por ese puesto. -Dicen que es igual de psicópata al padre. -Algo he escuchado. -El ruso dijo que está librando también una guerra con líder de la mafia irlandesa. Sacudo la cabeza. -Tenemos que encargarnos de estos hijos de putas que creen que pueden venir a nuestro territorio hacer fiesta. Veo a Eros acomodarse. -Estoy de acuerdo contigo hermano. Ahora quiero que veas la nueva bailarina que comenzó a trabajar para mí. Es una belleza. -¿Ya estas pensando en meterle la polla? – Me burlo. -Solo si ella quiere. Niego con la cabeza. El bastardo se folla a todo lo que se mueva. Las luces se apagan y el telón se abre. Mis ojos se posan en la hembra que cuelga de la barra de metal y siento como el aire se escapada de mis pulmones, el vaso se me queda a medio camino de mis labios, el corazón comienza a martillarme como si una embestida de toros corriera por todo mi pecho. La garganta se me seca y la sangre comienza a irse para mi ingle. Maldito infierno. La mujer que tengo en frente delante de mí es una jodida diosa. Su cuerpo delgado, su largo cabello en ondas, esas largas piernas, pequeña cintura, tetas que son perfectas. Ese jodido body que se le pega al cuerpo. Siento que me han robado la capacidad de pensar. La quiero para mí. Tengo ganas de caminar hacia ella, tomarla entre mis brazos, echarla a mi hombro y sacarla de esa maldita pista. Porque sé con certeza que no solo yo está babeando como un jodido animal, todos los hombres en este maldito club están teniendo los mismos pensamientos que yo en estos momentos. La miro como si estuviera bajo un hechizo, su cuerpo se mueve al ritmo de la música, y nunca había sentido tantos celos por unas manos, como ahora. Quisiera ser esa barra de metal, quisiera ser sus manos para recorrer su cuerpo, pasar mi lengua y saber cual es su sabor, quisiera hincar mis dientes en su cuello. Le doy otro sorbo a mi trago, la polla me duele, siento como presiona mis pantalones y lucha porque le den atención. Mis ojos se encuentran con los de ella. He encontrado una hermosa ratoncita y este gato quiere jugar con ella.
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