No podía creer hasta donde llegaba el egoísmo del ser humano, esas personas pusieron en pausa mi vida y todo por codicia, perdí no solo a mi madre sino también a mi padre y muchos años de vida. Solo esperaba que ellos recibieran su merecido castigo. — Muy bien, iremos al mausoleo pero me tienes que prometer que te vas a mantener fuerte. Sé bien que no será fácil pero pudiste aguantar tantas cosas terribles, creo que podrás soportar esto. Asentí y nos fuimos al mausoleo, por una de las rendijas miré la tumba de mi papá. Solamente podía ver su nombre, no me importaba. — Papá, papito — lancé un beso con mis manos — ya soy una mujer libre, te extraño y te amo. Espero que tu alma encuentre consuelo, saluda a mi madre de mi parte. En el momento que me iba a ir con Matteo, miré a un hombre ma

