La verdad de todo.

928 Words
No voy a mentirme a mi misma, estoy realmente aterrada, pero tengo que hacer todo lo que esté en mis manos para que mi jefe me perdone. Llegó a la casa de mi jefe, le pago al taxista y camino hacia la entrada, todo está realmente hermoso justo como lo pedí, espero que a ese cara de hielo le guste. Si no estaré en más problemas aún. Al entrar me recibe la mujer que fue mi asistente en la organización de la fiesta. —Buenas noches, Martina, todo está excelente justo como lo planeamos. —Buenas noches, señorita Erika, me alegro de que le guste al jefe también le gusto. —¿Él ya está aquí? Creí que vendría más tarde. —Él llegó temprano y lo primero que hizo es preguntar por usted. Eso me eriza la piel, realmente ahora sí estoy muerta, debería de pedir mis lápidas ahora mismo. —Gracias, Martina, espero que tú también disfrutes de la fiesta. Entro y me dirijo a la oficina de mi jefe. Al mal paso darle prisa, no voy a mentir tengo mucho miedo en este momento, pero tengo 21 años tengo que actuar como una adulta en este momento. Subo por las escaleras de la lujosa mansión hasta llegar a la oficina. La casa de mi jefe es una verdadera mansión, he estado aquí muchas veces. Llegó a la puerta, estoy a punto de tocar. Tocó sin pensarlo más. Escucho esa voz grave y varonil detrás de la puerta. —Buenas noches, jefe. —Disculpe señorita, Erika, lo siento, pero yo ahora ya no soy su jefe lo olvida o tengo que recordarle sus palabras. —Tiene razón, jefe le pido una disculpa, pero usted también quiero que me entienda, estaba realmente molesta, llevo dos años en su empresa y nunca me ha dado un aumento o un mejor puesto, todos han sido hacendados menos yo. —Tengo que recordarle todo, señorita Erika, llega tarde plática muchas veces con sus compañeros en horas laborales. —Lo sé, pero dígame, ¿cuándo le he fallado? Nunca, mejor dígame de una vez, ¿qué hice para que me odie tanto? Usted dice que era el mejor amigo de mi padre, entonces usted no era su amigo, o solo fingió serlo. —No mezcles las cosas, Erika, tu padre era mi mejor amigo, pero tú no pareces su hija, él era una persona respetable. —Veo que usted es una persona sin corazón, mire cara de hielo yo tampoco lo soporto, y creo que me merezco algo por soportarlo dos años. —En serio, Erika, ¿Crees que puedes vencerme a mí, pequeña diablilla? —No me diga así, soy más madura que usted, mañana estaré temprano en la oficina para renunciar, realmente lo siento, porque pensé que en ese corazón frío podría haber un poco de compasión, pero ahora me doy cuenta de que no. Salgo muy molesta de la oficina, arrojó la puerta con todas mis fuerzas. —De eso es lo que hablo, eres realmente inmadura, actúas como una niña haciendo rabietas —escucho que me dice tras la puerta. ¡Imbécil! Tengo que vengarme de él, no descansaré hasta vengarme de él o dejo de llamarme Erika Angélica Hernández. Salgo muy molesta de la mansión de ese imbécil, estoy a punto de tomar un taxi, pero me doy cuenta de que no está mi billetera, solo eso me faltaba. Entro a la mansión y subo por las escaleras hasta llegar a la oficina de ese imbécil, pero antes de llegar alguien me toma del brazo. —Hola, Erika, ¿cómo estás? —Buenas noches, Sonia, es un gusto saludarte. No puedo creer que Sonia sea un amor. Ella es la esposa de la cara de hielo. Tiene 25 años y parece una modelo, pero lo que la hace más especial es su personalidad. —Estás sudando, ¿te sientes bien? —Sí, estoy bien, es solo que deje algo en  la oficina de su esposo y voy por a traerlo. —Está bien, saluda a tu mejor amiga de mi parte —me dice Sonia, mientras deja un beso en mi mejilla. Continuó subiendo por las escaleras, quiero irme de una vez, tengo que encontrar mi cartera para pagar el taxi. Estoy a punto de tocar, escuchas ruidos extraños, o el jefe está viendo una película para adultos o está engañando a Sonia. Tomo el celular de mi bolso, siento que todo está a mi favor en este momento, la puerta está entre abierta, puedo grabar claramente la situación. Espero 20 minutos hasta que estos dos terminen su encuentro casual, para entrar por mi billetera. Hasta que al fin sale Susana arreglando su ropa. Espero que ella se vaya. Entro a la oficina y el cara de hielo no está, después escucho ruido en el baño, esto es aún mejor, tomo mi cartera y salgo corriendo, no quiero que él me vea por ahora, pero mañana conocerá realmente quien soy. Sé que esto está mal, pero se lo merece, solo le daré un pequeño castigo, realmente se lo merece. Salgo de la mansión y llamo otro taxi, me siento en las nubes en este momento, creo que no seré despedida incluso puedo predecir que mañana podría tener un ascenso. Llegó a casa, le pago al taxista y me dirijo a casa, pero antes de entrar cambio de opinión, tengo que contarle todo a Sara. Subo por el ascensor y después tocó la puerta del apartamento de Sara, quiero contarle todo a ella para pedirle su opinión.
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