37. Una ardua noche de pasión con Alexa Price. Así lo hacemos y, desnudos como estamos, nos abrazamos sin parar de besarnos y acariciarnos mientras nos susurramos palabras cariñosas y nos decimos mutuamente al oído lo mucho que hemos gozado. Nuestras manos se pierden por todos nuestros encantos. Alexa sabe tocar la pija con tal destreza que inmediatamente me la pone tiesa. Apenas rozándola, sus dedos la recorren de arriba abajo con una delicadeza única. El efecto es mágico e invariable, sin que importen las veces que follemos. Dicha destreza es casi indispensable debido a su temperamento ardiente y a su lujuria desmedida. Es una de esas mujeres libidinosas por naturaleza que pueden estar a la vez con varios hombres. Esta vez nos damos satisfacción a todos nuestros deseos más desaforados

