22. El susto de mi maestra Sofía. El encuentro con mis hermanas me permite soportar el freno que mi maestra me ha impuesto al apetito que siento por su cuerpo, para mostrar una sensatez que es incompatible con mi carácter. Al día siguiente,a pesar de que me dijo que nos veríamos, tampoco accede a brindarme la oportunidad que tanto anhelo. Comienzo a creer que es por temor a ser descubiertos, ya que no hay ningún motivo justificado que le impida estar a solas conmigo, decido hacerme al enfermo en la tarde del día siguiente. En el aula, ya sin ganas de realizar mis deberes, me llama: —Henry, acércate por favor —parece que está molesta conmigo, pero al mismo tiempo se sonroja. —¿Qué cuento es ése de que estás enfermo, Henry? Si no haces ahora mismo tus deberes, no voy a tener más remed

