+MATHIS+ Estoy llegando a Canadá. El frío me recibe de golpe, como si el aire helado supiera que por dentro estoy igual: congelado, inmóvil, atrapado en pensamientos que no me dejan respirar. No debería estar aquí. O tal vez sí. No lo sé. La muerte de mi abuelo ha cambiado todo. Mi abuelo... Él era más que familia. Era mi equilibrio. Mi escape de las pretensiones diplomáticas de mis padres, de los trajes incómodos, de las sonrisas falsas y los brindis vacíos con gente que solo buscaba influencia. Él me enseñó a arreglar un reloj sin abrirlo, a oler un buen café y saber de dónde venía, a distinguir entre una buena persona y una bien entrenada. Él me entendía. Y ahora está muerto. Ni siquiera me dejaron tener un respiro. Aterrizo y me esperan dos autos negros. Uno me lleva directo a la

