+LILIANE+
Estamos en el jardín, sentados sobre una manta que Viktor había tirado con desgano, como si fuera un pícnic improvisado, pero sin comida ni copas. Solo nosotros, el césped recién cortado, el aroma a flores de jazmín que llegaba desde el muro, y una conversación pendiente que ya no podía postergarse.
Viktor me mira desde su lado de la manta, con el ceño levemente fruncido, como si tratara de entender algo que se le escapa.
—¿Dónde estarán esos dos? —pregunta, ladeando la cabeza como si eso lo ayudara a escuchar mejor.
Yo sonrío con malicia, cruzando las piernas mientras acomodo mi vestido que ya está un poco arrugada.
—Seguro están follando. O arreglándose como adultos disfuncionales que se creen adolescentes eternamente enamorados —dije con tono burlón.
Viktor suelta una ri
