Dime que esto es real

1378 Words

Él se levantó de la silla de golpe, caminó unos pasos, volvió, se pasó las manos por la cara. —Voy a quedarme —dijo, más tranquilo—. Esta noche. Y mañana hablaremos. —¿Para qué? —le pregunté—. ¿Para que me odies con más razones? Él me miró. No con rabia. Con tristeza. —Para no quedarme con la duda —susurró—. Porque aún no sé si quiero odiarte… o si quiero seguir amándote. Se dio media vuelta y se fue caminando hacia la casa. Y yo… yo me quedé ahí, con la copa en la mano temblando, con Viktor en silencio a mi lado, mirándome con esa cara que decía “te lo advertí” sin decir nada. Mi pecho ardía. Mis ojos querían llorar, pero no. No ahora. No delante de Viktor. No delante de los árboles iluminados y las copas de champán y las flores blancas que adornaban todo como si esto fuera el event

Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD