+++ Salgo de la habitación. Bajo las escaleras con paso lento, midiendo cada movimiento. Mi vestido se desliza como agua por mis piernas, y los tacones golpean los peldaños con ese sonido agudo, elegante y provocador. Y entonces los veo. Todos los invitados abajo. Hombres con trajes de gala, mujeres con vestidos largos, joyas, copas de champán. Todos giran a verme. Mi estómago da una vuelta. Esto… esto parece mis quince años, pienso, pero mis padres nunca me los celebraron. Quizá este es su intento tardío. Cuando llego al último escalón, veo a Viktor. Me espera, impecable, de traje oscuro, corbata vino, con esa sonrisa encantadora que le sale tan bien. Me extiende la mano. Un camarero se acerca con dos copas. Las tomamos. Entonces él empieza a hablar, fuerte y claro, mirando a todos. —A

