++++++++++ Al salir del cuarto, todo el pasillo parecía en cámara lenta. O quizás era yo, caminando como si tuviera un ejército detrás, marcando el ritmo. Cada paso era una declaración de guerra. Cuando bajé las escaleras, lo vi ahí. Mathis. De espaldas. Con la camisa medio desabotonada, el cabello despeinado como si acabara de salir de la cama. O de una fantasía. Al escuchar mis botas, se dio vuelta y me escaneó de pies a cabeza. —¿Y esa entrada triunfal? —dijo con una media sonrisa. —¿Te gusta? —le pregunté mientras me acercaba—. Es mi look “quiero volverme loca esta noche”. —Creo que necesitas ponerle otro nombre. Ese look no solo dice “locura”, también dice “peligro”, “tentación” y “tu hermano va a asesinarme”. —Entonces no te acerques tanto, que podrías morir. —Le guiñé un ojo m

