+ANA+
Estoy en la sala de la casa de Viktor, sentada como si nada, metiéndome una cucharada de helado como si el universo no se me estuviera cayendo encima. Estoy alterada, sí. ¿Y qué? El helado es mi única terapia en este momento, y ni siquiera el sabor a chocolate logra apagar el volcán que tengo dentro del pecho.
Entonces, la puerta se abre y entra ella.
Liliane, mi mejor amiga, mi hermana del alma, entra como una maldita diosa triunfal, con ese vestido que grita pecado y esas botas que parecen haber salido de una fantasía que no debo tener. Viktor, tan elegante como siempre, le sonríe y dice:
—Te esperamos en la piscina.
¿Piscina? ¿Qué carajos me he perdido?
Antes de que pueda reaccionar, el universo decide darme otro golpe bajo: Niklas entra por la misma puerta. Y ahí va mi cuch
