Entraron juntos a la Villa, y Peri quedó abrumada por la opulencia. Muebles antiguos y obras de arte cuidadosamente seleccionados decoraban el interior, realzado con delicados objetos de porcelana y mármol. Con su mente ágil y en constante trabajo, estaba segura de poder nombrar a varios de los artistas representados en esa sala cuando un grito de alegría la devolvió al presente y una mujer corpulenta y sonriente corrió a agarrar a Josh, lo agachó hasta quedar a su altura y lo besó con fuerza en ambas mejillas.
"Debes ser su chica", dijo la mujer radiante, abrazándola con fuerza y besando a Peri en las mejillas. "¡Eres adorable! Ven, ven. Lo tengo todo listo, Andreas lleva horas quejándose de que su estómago cree que le han cortado la garganta". Tomando a Peri del brazo, la guió por la
