A la salida se encontraba Paola detrás suyo, mientras comenzaba la persecución por molestarla más, puesto que sabía que no había sido la seleccionada.
—Te lo dije Andrea, no sé cómo es que puedes estar tan confiada de ser la elegida cuando todavía te falta mucho por mejorar, incluso cuando pareces presumir de ser tan perfecta, en realidad solo te mientes a ti misma tienes que aprender de Brenda y de mi, nosotras si vamos forjando la profesionalidad ante todo, no como tú que pareces a seguir tomando todo este camino como un hobbit o un pasatiempo simplemente deberías de plantearte si realmente vas a convertirte en un artista o en cualquier pintora sin importancia.
...
Y durante todo el trayecto se estaba preguntando si ella tenía razón. Al final había quedado afuera, tal como le había asegurado que sería. Furibunda llegó a su casa, cuando Mercedes le preguntó qué era lo que le sucedía, simplemente se dirigió a su habitación sin hablarle, era demasiado triste volver a perder porque no era la primera vez que le pasaba, con el profesor anterior también se había hablado sobre la exposición de pinturas en una galería importante pero ella no había logrado quedar y ahora volvió a suceder lo mismo, pero no llegaba al punto de preguntarse si realmente debía de cambiar de carrera.
Ella amaba demasiado pintar y sabía que podría mejorar, que tenía la capacidad suficiente para hacerlo mejor y dar lo mejor de ella. No ponía en duda sus capacidades, así que no tenía que hacerle caso a Paola. Y ella realmente se toman en serio lo de la pintura y no lo veía como un pasatiempo tal como había asegurado la muchacha, que siempre era molesta con ella. De verdad odiaba que fuera una persona tan prepotente que siempre se creía mejor que los demás.
Entonces dejó la pintura que no había sido seleccionada allí y descubrió la otra que en cambio había ocultado de los ojos del mundo, por temor a ser descubierto lo que sentía. Bufó al darse cuenta de que estaba allí todavía, la pintura que tanto le había gustado.
Incluso imaginaba verla colgada una galería pero eso sería demasiado absurdo y arriesgado tomando en cuenta que Alexander era alguien importante reconocido y obviamente se trataba de él, no habían palabras para describir lo bien que se sentía al ver esa obra.
Era tan bonita.
De pronto su compañera de apartamento ingresó, y la había descubierto mirando la pintura y ella intentó taparla, pero era en vano porque ya había visto lo que pintó y solo abrió la boca sorprendida. Mercedes dio un paso más, estaba boquiabierta, al darse cuenta de lo que había hecho. Era una verdadera obra de arte.
—¿Es lo que estoy pensando que es o estoy equivocada? —es lo primero que le dijo aunque había ido a su habitación con la intención de invitarla a salir, y así salir un poco de la rutina.
—¿Eh?
27. Capítulo
Al otro día Andrea no quería levantarse de la cama, sentía que no valía la pena ir a la universidad del Mercedes, estaba allí para animarla y ser su despertador, y más cuando ignoró el hecho de que la alarma no había dejado de sonar repetidas veces, antes de que la muchacha terminara por tirarla al suelo, afortunadamente el aparato había sobrevivido a la caída y seguía funcionando, aunque eso ahora le daba igual, ahora solo quería dormirse sin ser molestada por nadie. En serio, es lo que más deseaba, y más ahora que nunca que estaba desanimada.
—Oh vamos, por favor. Desde la salida de ayer pensé que había sido suficiente para que pensaras en lo bueno que está por venir, y no en lo que has pedido. Yo también he recibido rechazos y malas calificaciones, aunque te cueste difícil de creer porque siempre saco buenas notas, para llegará un momento en el que llega lo malo, no te rindas. ¿En serio crees que es la última vez que tendrás la oportunidad de exponer tu obra en alguna galería? Estoy segura de que vendrán más oportunidades y por eso no te debes rendir ahora, levántate de la cama o buscaré un cuenco de agua fría y la echaré sobre ti.
Ni siquiera porque Mercedes la estaba amenazando con echar sobre ella agua helada, ella había apartado las sábanas de su cuerpo, más bien se aferró más a ellas y seguía gruñendo para que su compañera la dejara en paz, porque en serio estaba decidida a ni ir a la universidad ese día.
En poco tiempo, su compañera había abandonado la habitación. Y ya estaba afuera, en el exterior, Andrea se destapó y bufó. Qué insistente era.
Cuándo se dio cuenta de que Mercedes no estaba bromeando y regresaba con cuenco de agua entonces se puso en pie si la
—Detente, que ya me he levantado, en serio eres bastante molesta, solamente quería seguir durmiendo un rato más, ya ves que no la estoy pasando nada bien y no pareces entenderme.
—Porque justamente te comprendo es que te estoy animando para que no dejes de estudiar, eso es ridículo, que no vayas a la universidad solamente porque no has sido seleccionada. ¿Acaso crees que tus demás compañeros no van a ir solo porque no fueron elegidos al igual que tú? Apuesto a que no quieren atrasarse con alguna de las actividades. Así que anda a ducharte y vístete pronto, todavía tienes chance.
—¡Agh! En serio hablas como si mi madre se hubiera metido en tu cuerpo. Fíjate que me voy a duchar y me voy a vestir, no porque me lo estás diciendo tu, sino porque en serio tengo que ir a la universidad —aseguró mirándola con los ojos entrecerrados solo para no darle la razón y Mercedes negó con la cabeza después salió de allí.
—¡Por supuesto! Solo no quieres admitir qué tengo toda la razón del mundo. ¡Te dejaré el desayuno listo! —exclamó con voz fuerte.
Mercedes seguía siendo considerada.
—Gracias —susurró debajo de la cascada de agua.
Cuando estaba a poco de ponerse la ropa, su teléfono sonó rítmicamente sobre la cama y decidió mirarlo, era un mensaje de texto de parte de Alexander.
«Hola Andrea, ya se ha asignado una fecha para la boda quiero que sea todo bajo discreción por lo que no hay necesidades de hacer una fiesta de compromiso, o una celebración después del casamiento, todo se llevará a cabo mediante el civil nada más y así no se levantarán sospechas»
Andrea sintió ese bajón dentro de su cuerpo, los nervios que siempre le revolvían el estómago y la volvían una persona tan temblorosa. Sentía que le faltaba el aliento, siendo que ya se tenía una fecha real para la boda, todo se sentía más terrorífico por así decirlo, y ella estaba más de convencida de meterse de lleno en ese papel que le había otorgado tanto dinero.
Por supuesto, no podía dejar de pensar en que las cosas saldrían mal. De pronto ya se ponía demasiado nerviosa y eso hacía que los demás dijeran que todo se trataba de una falsedad. Sabía que en el momento de que se convirtiera en la esposa de Alexander, tendría que presentarse en diversos eventos, reuniones incluso frente a sus conocidos y eso sí que ya la ponía a temblar sin parar.
Pensaba que Mercedes se había ido ya, pero la encontré comiendo y le hizo señas a la muchacha cuando la vio para que se acercara y empezara a desayunar, ya que todavía le quedaba tiempo.
—¿Y...? Supongo que ya te sientes un poco más animada, se te nota en el rostro así me gusta verte, no triste o floja, eh.
—Ya se ha escogido una fecha para la boda, acabo de recibir un mensaje de parte de Alexander, todo será discreto y lo más posible para no llamar la atención.
—¿Es decir que no hay necesidad de que vayas a comprar un vestido? ya me estaba haciendo a la idea de acompañarte para comprar una ropa bonita, aunque supiera que todo es mentira —mencionado dejando de beber café.
—No, me ha dejado claro que se llevará a cabo de forma simple y todo será discreto. No hay necesidad de hacer eso. La boda será civil —le recalcó —. Y yo estoy bien con eso, no me miraba capaz de estar sonriendo falsamente delante de un montón de personas como si fuera una novia feliz. Todo es solo un contrato.
—Aun así, bueno, si no es ahora, será luego cuando te enamores de verdad de una persona y todo sea real, sin contratos, y te prometo que estaré allí para conseguir un vestido de boda que sea hermoso, eh —apuntó y ella solo sonrió, comenzó a engullir —. ¿Todavía sigues molesta por lo de la galería o ya no?
—Sí, sigo sintiendo furia, porque me merecía un lugar allí. ¿Sabes cuando me esforcé para hacer esa pintura? No puedo aceptar la derrota como si nada. Pero... Tampoco hacer nada para cambiarlo.
—Aunque no puedes cambiar el resultado, si puedes cambiar lo que pasará en el futuro, tal vez tienes talento pero a veces no lo es todo, es algo que al principio me había ha costado aceptar, pero a medida de que he pasado por diferentes semestre, me doy cuenta de que todo comienza por aceptar que necesitamos mejorar algunas cosas y cambiar el chip. Tu profesor Alexander está haciendo su trabajo y no tiene nada en contra de ti, si es lo que estás pensando. Ahora bien, ¿Pensarías que eres su favorita si te hubiera elegido? Piensa en eso, no creo que lo haya hecho porque se trata de ti, Paola y la otra chica de seguro se merecen sus puestos y por eso ha logrado llegar hasta allí, ¿Has mirado sus obras de artes?
—Tengo que admitir que son muy buenas en lo que hacen, y siento un poco de envidia por eso, es que estos no tienen una sola pizca de humildad, sé que son buenas en lo que hacen, pero odio que se porten tan soberbias siempre, digo... no es necesario humillar a los demás solo porque eres buena en algo, eso es lo que me da más rabia, ahora que han sido elegidas, imagínate cómo se pondrán. Será peor aún.
—Vaya, pero solo debes ignorarlas, no eres la única que tiene que lidiar con ese tipo de personas en mi universidad, también están en ese tipo de estudiantes que se creen mejores que los otros, cuando en realidad no debería de ser así pero no se puede hacer nada. Al final, toda esa soberbia en algún momento se opacará y por eso me quedo tranquila. Deberías de hacer lo mismo, no hacerle caso a lo que digan, siempre van a buscar la forma de hacerte sentir mal.
—¿Sabes una cosa? Me han señalado solamente por una chica que ha ganado una beca, la única razón por la que estoy allí. A diferencia de Paola y Brenda que han ingresado a la universidad, porque sus padres son adinerados y tienen las posibilidades darle incluso la oportunidad de estudiar en el exterior. Ojalá les hubieran enviado a otro lado entonces no tendría que estudiar con ellas.
—Sinn embargo, te aseguro que en su lugar estarían otros personajes con su misma personalidad, nunca falta quiénes son presumidos en la clase. Ya te dije, solo no les hagas caso. Siempre se terminen cansando y te dejarán en paz.
Andrea asintió. Cómo si la vida no fuera lo suficientemente difícil y complicada para que ellas sumaran un peso más sobre sus hombros haciendo de sus días un mal momento, horas en las que debía ser de aprendizaje nada más, pero ya estaba acostumbrada a esa situación. Aunque en el fondo esperaba ansiosamente verlas sufrir por el karma. Sentía que las dos necesitaban aprender una lección urgentemente. Así dejarían de ser tan aberrantes. Y chicas tan pesadas que caían de la patada.
—¡Me voy a la universidad! Sin embargo espero volvernos a ver temprano. Aunque no prometo nada.
—¡Gracias por la comida!