1. Capítulo

2067 Words
De camino a la universidad increíblemente le quedaba un poco de tiempo y aprovechó para ejercitar sus piernas, hace semanas que no caminaba por lo que tomó la ruta con dirección a la universidad, a pies, asegurando que sería bueno para su salud hacer un poco de ejercicio temprano. Ya llevaba más de quince minutos caminando cuando empezaba a sentir el cansancio, y con más razón debía hacerlo con regularidad para acostumbrarse y no sentirte pronto así de exhausta. Así que se lo propuso, pero no era el tipo de persona que siempre cumplía lo que se estaba trazando. Un claxon la sacó del pensamiento, no se quería girar y mucho menos quiso detener el paso porque sabía que podría tratarse de Alexander, y ese sonido ya se volvió familiar y pronto la había alcanzado un comvertible blanco que no había visto antes. No le quedaba otra opción que detenerse. —¡Sabes que soy yo! ¿Por qué acelerar el paso? —exclamó Alexander y ella resopló antes de seguir su camino. Pero Alexander no se quedaría dentro de su auto prefirió aparcar un momento y perseguirlo hasta lograr victoriosamente detener su avance. La había detenido otra vez, aferrando su brazo. Y ella estaba un poco enardecida por eso. —¿Siempre quieres atenazar a la fuerza para que me quede? Ya sueltame, por favor. —¿Sabes una cosa? pienso que eres increíble, todo esto enfado que tienes es porque no te escogí el día de ayer y creo que eso te hace una persona inmadura, no creí que fueras ese tipo de chica. ¿Por que te enfadas si sabes perfectamente que habían otras obras mejores que las tuyas? Pensé que eras consciente de admitir que habrá siempre quienes te superen. Cuándo aprendas a aceptar una derrota podrás mejorar, mientras tanto te quedarás atascada en el mismo lugar y seguirás actuando de la misma forma infantil Además de que la llamó una niña y también le dijo madura, le sentó mal a la chica, que se sacudió de su agarre y siguió su camino. Alex volvió a alcanzarla, sus piernas eran más largas que las suyas y le permitían ir a un ritmo más acelerado. Ella hastiada volvió a detenerse. —No me sigas, ya basta. ¿Es que no me puedes dejar de perseguir? Llegaré tarde a la universidad por tu culpa, así que ya basta. —En ese caso, deja que te lleve en mi auto. Ven —tomó su mano, y a pesar de que a toda costa ella quiso impedir que la arrastrara consigo a su auto y no pudo evitar sentir esa atracción, la electricidad que enviaba al cuerpo de ella era descomunal, y ese momento en el que sus manos se encontraban enlazadas, de pronto se sintió en cámara lenta, pareciendo mágico, profundo. A través de todas esas oleadas intensivas, empezaba a experimentar un poderoso efecto en su cuerpo, que solo lograba despertar con su toque. ¿Qué clase de persona podía hacer tanto en una persona? Con solo un roce... Una mirada. Alexander Bradstone era capaz de eso y más. —Te debo una disculpa Alexander, solo sentí demasiada frustración porque había estado trabajando demasiado en esa pintura y sentí que mi trabajo no estaba siendo recompensado como sería lo justo, no es que no admita que los demás también se hayan esforzado y puesto mucho empeño en sus obras, solo ha sido rechazada dos veces, una galería es una oportunidad que quisiera tener alguna vez y en esta ocasión tampoco ha podido hacer. Para mí como pintora eso significa algo... —No lo consideres un fracaso Andrea vendrán más oportunidades. ¿Quieres que te diga algo? Tu obra ha sido la única que ha captado mi atención de forma diferente, pienso que es perfecta para ser colgada en alguna galería pero su peculiaridad es algo que me puso a dudar, al tiempo de pensar que podría se perfecta también. ¿Estarías dispuesta a venderme la pintura? —le preguntó mientras comenzaba a acelerar el auto. —¿Qué? No... Es decir, ¿por que te interesaría comprar la pintura cuando me has rechazado. No me digas qué ahora has cambiado de parecer solamente porque estoy así. ¿Acaso me estás pidiendo comprar la pintura solamente porque sientes lástima? —Solamente me ha gustado y quisiera colocarla en mi piso. —¿En tu piso? Yo creí que vivías en una mansión enorme —mencionó. —¿De que hablas? Vivo en un piso y la mansión en realidad es propiedad de mi abuelo, aunque legalmente está dentro de la herencia que me ha dejado. En todo caso, es el piso mi hogar. —Oh, todas maneras no tengo ninguna intención de venderte mi pintura, no lo haría, así que olvídalo. —Pensaba darte dinero por la pintura, porque me interesa. ¿Qué tal cien mil dólares? —¿Eh? Con todo respeto te lo diré, creo que te has vuelto loco, despilfarras dinero por doquier, probablemente no sea nada para ti y pueda considerarse una pequeñez, incluso una propina, pero yo no lo creo de la misma, manera pienso que deberías pensar más, antes de... —No hay nada que pensar. La pintura que has hecho, me ha parecido magnífica es estupenda y puede colgarse en una pared, así podría mirarla todos los días, tiene una mezcla de sensaciones que nunca antes había percibido de otra obra y por eso estoy interesado en comprarla creo que lo que te estoy ofreciendo es justo lo que puedes obtener por la pintura, aunque ninguna otra persona te daría tanto como yo, es decir, no le vería el mismo valor que yo. ¿Qué dices? —Todavía debería pensarlo ,no le daré ahora mismo una respuesta, después de todo se trata de mi pintura y no tenía ninguna intención de venderla, la cosa sería diferente si hubiera sido seleccionada para estar en la galería, pero cuando no ha sido seleccionada me doy cuenta de que podría ser parte del destino, tal vez me la deba quedar. Es maravillosa igual, me gustó mucho. —¿Lo ves? —le dijo mirándola con una gran sonrisa y ella lo miró confusa. No entendía a qué se refería Alexander, de seguro estaba loco. —No, no entiendo en absoluto a que te refieres con eso —declaró suspirando. Y él volvió a sonreír. Ya solo quería llegar rápidamente a la universidad, necesitando estar en un lugar tan pronto fuera posible, lejos suyo, pero seguía allí, cerca suyo. —Que ahora que te he ofrecido dinero, prefieres no aceptarlo, porque te das cuenta de que tu obra es valiosa. Ahora eso me deja saber que sigues creyendo en ti, Andrea. Es todo. —¿Así que me has estado engañando con lo de comprar la pintura? Ya creía que te habías vuelto loco al prestar tanto dinero por solo una obra de arte. —¿Acaso de verdad estás dispuesta a ofrecerme tu pintura? —No, no quiero venderla. Ahora me la quedaré y probablemente en algún futuro no muy lejano cuando tenga mi propio departamento, puede colocarla donde más quiera, así la miraré cuando quiera. Es lo que he decidido —aseguró y él suspiró. —¿Y porque no te compras un departamento ahora mismo? tienes el dinero suficiente para comprarlo. Incluso creí que tenías dentro de tus planes mudarte y ya no compartir un departamento. Pero veo que no es así. Pensó en Mercedes. durante mucho tiempo había compartido con ella, por eso no quería mudarse y dejarla sola. Sentía que eso la podría un poco triste y por eso se lo estaba pensando mejor, antes de finalmente dar ese paso. —Yo... No es una decisión que puedo tomar de la noche a la mañana tengo que pensarlo un poco. Pero si está dentro de los planes. —No seas tan indecisa. —¡No lo soy! Todavía faltaba un poco antes de que llegara a su destino. Alexander estaba conduciendo demasiado lento o el tiempo extrañamente estaba transcurriendo a la velocidad de una tortuga. En todo caso, solo quería llegar a la universidad, y dejar de estar tan incómoda, en un espacio que parecía haber sido reducido de pronto. —Andrea... ¿me contarías cómo es que decidiste desde un día pintar? La pregunta surge de pronto y aunque era lo que le ponía sentimental también resultado especial porque no sabía que bocado al elegir la carrera. —Papá... Por mi padre decidí seguir este sueño. Era pequeña cuando descubrí que mi padre tenía un maravilloso talento para pintar. En realidad nunca lo vi hacerlo. El caso es que en el sótano había una pintura que mi padre hizo, tenía su firma, y me llamó la atención, al final mi madre me reveló que fue él quien la pintó, la sigo conservando. —De forma que has heredado el talento de tu padre, deberías con más razón sentirte orgullosa de eso. —No hay un solo día en que no piense en eso, Alex. —¿Sabes? Me gusta cuando me llamas Alex. Y sus mejillas se pusieron rojo carmesí ante su comentario. Al menos, el incómodo silencio que se formó luego del comentario de Alexander había sido roto, porque ella había recibido una llamada y era su tía, solo en ese instante volvía a recordar que con ella no había vuelto a hablar. Así que le contestó. —Tía... —¡Andrea! Creí que te habías olvidado de mí, y pensé, que chica tan mala. Ni siquiera se toma un momento para llamarme tengo que ser yo siempre la que te contacte para saber cómo te encuentras. ¿Todo anda bien con la universidad? Espero que sí. —Pues sí, la verdad estoy bien tía. Lo siento, estaba por hacerlo. —No te creo, ven a visitarme cuando puedas, que sea pronto te hecho mucho de menos y si no voy a visitarte es porque estoy ocupadísima últimamente y sé que tú podrás sacar un poco de tiempo para visitarme, no te olvides de mí. —¿Por que haría eso, tía? Sabes que eres mi persona favorita del mundo. Además, también tengo que hablar algunas cosas contigo. ¡Iré pronto, es una promesa! —le dijo antes de colgar. —¿Así que tienes una tía y no me habías hablado de ella? —Yo... Lo siento, en algun momento lo haría. De verdad que sí. —¿Acaso tu tía es consciente de que vas a casarte? No es como si fuera demasiado fácil, dado que ella es tu familia, después se puede entrar en cualquier momento eso me preocupa, imagino que la pondrás al tanto, debes hacerlo. —Se supone que no es real, que no nos casamos porque nos queremos o toda esa cursilería, así que a mi tía no le he dicho sobre la boda. Eso sería algo tonto tomando en cuenta que no se hará ninguna celebración y solo será por civil, lo que le dejará saber que no hice nada serio y que de seguro le estoy mintiendo. Mi tía es una persona muy conservadora y es de las que siempre ha soñado con verme casada pero todo está sucediendo de una forma diferente y ella no lo entendería. Por otra parte sí soy sincera con ella, de todos modos se enfadará conmigo, porque jamás ella aprobaría una boda en estas condiciones y menos por dinero, primero haría todo lo posible para conseguir el dinero para el semestre, que permitir que me case por un contrato. —Bueno, lo que te sugiero entonces es que le digas que la boda es real o no le menciones lo del casamiento, solamente que estamos saliendo y todo es de verdad, después podrás decirle que decidimos casarnos discretamente porque yo no quería tener los focos encima, es lo que puedes hacer, Andrea. —Suena como si fuera pan comido, eh. —...o tienes que engañarla a ella, porque si piensas que será un problema más adelante, lo mejor es que le digas que todo es una falsedad. Para él sonaba completamente fácil. No era así. Se lo tenía que pensar mucho antes de contarle a su tía. Qué siempre había sido muy cuidadosa con ella. No la quería defraudar o que se enfadara con ella. Eso pasaría. —No puedo hacer eso, Alex...
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