DUO

2920 Words
Lilian se encontraba con su ceño fruncido a causa del malestar que estaba sintiendo en esos momentos. Ninguna de las los bailarinas podían creer lo que había pasado, así que la rubia se estaba centrando en ello con evidente enojo. — Te juro que ya no puedo soportarlo –— Volvió a hacer una mueca y tomó un sorbo de su malteada — ¡Sigo sin poder creer lo que te dijo hoy enfrente de todas! — Jade se encogió de hombros restándole importancia al asunto. — Ya es algo normal Lilian, no tienes porque darle importancia. Además, yo fui la culpable, me merecía el regaño. — Ni estando loca te lo creería Jade, no puedo creer que dejes que te griten de esa forma — Negó rotundamente — Cuando se acabe este semestre, yo misma le gritaré sus verdades. — Tú bien sabes que no lo vas a hacer — Le sonrió divertida por su rabieta — Te van a regañar Lily. — A mí eso no me importa. Mis padres están pagando mucho dinero como para que me puedan regañar. Jade abrió sus ojos de par en par al escucharle decir lo último. Lily era una persona demasiado extrovertida y directa, por lo que nada sé guardaba. — Lilian — La reprendió — No puedes decir eso aquí. — Nadie me conoce Jade — Se encogió de hombros — Así que a nadie le va a importar lo que grite en medio del centro comercial. — No quiero saber la regañada que tú mamá te daría por eso… — Negó con su cabeza. — Mi madre no me va a regañar Jadesita — Soltó una carcajada — Ella nunca lo ha hecho y nunca lo hará. Jade rodó sus ojos ante la terquedad de su amiga y se decidió por ignorar la plática que habían estado teniendo. — Pero tú novio si te puede regañar. Lilian abrió sus ojos de par en par al escuchar una voz grave a sus espaldas. Jade sonrió de oreja a oreja al ver la reacción que estaba teniendo su amiga y se recargó en el respaldo de la silla en la que se encontraba sentada. — Ni de broma — Negó con su cabeza al mismo tiempo que volteaba a verlo — Esto es una broma — Volteó a ver a Jade aún sorprendida. — No lo es Lily — La castaña le contestó manteniendo la sonrisa en su rostro. — ¿No vas a saludar a tu novio? — El susodicho se cruzó de brazos y alzó una de sus cejas para retarla. — Idiota — Lily soltó una carcajada y se paró de su silla para poder abrazarlo de forma efusiva — ¿Qué haces aquí? — Alzó su mirada para poder verlo directamente a los ojos. — Llegué en la madrugada del viaje y le mandé mensaje a Jade para saber en dónde iban a estar hoy — Se encogió de hombros. — Yo pensé que llegabas hasta mañana — Hizo un fugaz puchero con sus labios. — Sorpresa — Se acercó al rostro de su novia y le plantó un beso. — No puedo creer que estemos los tres juntos después de un mes sin verte — Ambos se sentaron frente a Jade. — El trabajo me tiene muerto — Bufó cansado — Este mes se me hizo eterno. — Ni que lo digas — Jade rodó sus ojos al recordar todo lo que había pasado durante esos días. — ¿Ya les dieron el papel? — Gabriel miró a su novia y a Jade con interés. — Lily ya tiene su papel — Le sonrió a su amiga sin mostrar sus dientes. — ¿Y el tuyo? ¿Aún no te da el papel? — El novio de Lily miró a Jade con el ceño fruncido. — Créeme que estoy igual de sorprendida que tú — Su novia le contestó. — Este año tenemos que hacer audiciones para el papel principal — Jade agregó. — Pero eso nunca lo han hecho — Soltó una carcajada burlona. — Jade debió de haber obtenido ese papel hace un mes — Su amiga se cruzó de brazos — Realmente no entiendo a qué están jugando. — ¿Y no estás nerviosa por la audición que debes de hacer? — Gabriel le preguntó. — La verdad es que a este punto ya no me importaría ser un personaje secundario en la obra — La rubia rodó sus ojos y negó con su cabeza al no estar de acuerdo con lo que Jade estaba diciendo. — Yo ya no puedo seguir escuchando las tonterías que salen de tu boca Jadesita — Lilian se paró de su silla y se acomodó su bolso de diseñador en el hombro — Mejor regresemos a la academia, se nos va a hacer tarde. — No se preocupen — Gabriel detuvo a su novia agarrándola de la mano — Yo las llevo. Durante todo el camino de regreso a la academia, Jade se mantuvo entre risas al escuchar la historia que sus amigos le estaban contando (la cual ya se sabía al derecho y al revés). Ambos hablaban gustosos por revivir esos recuerdos, por lo que su sonrisa se ampliaba cada vez más. — Cambiando de tema… — Gabriel observó de reojo a las das mujeres que se encontraban en su auto — Necesito saber si ambas me van a acompañar el viernes. — Claro que sí vamos a ir — Su novia le contestó aferrada. — ¿A dónde vamos a ir el viernes? — Jade frunció el ceño mientras observaba a ambos. — El viernes es la fiesta anual de la empresa de Gabriel — Lily fue la primera en contestar su pregunta — Así que estamos invitadas a ir con él. — ¿No hay ningún problems con que vayamos las dos? — Preguntó interesada — Lo digo ya que nosotras no tenemos nada que ver con tú empresa. — No Jade, no hay ningún problema con qué vayan las dos — Le sonrió y la observó de reojo sin quitarle la mirada al camino. — ¿Y por qué van a hacer esa fiesta? — La empresa cumple veinte años este fin de semana, por lo que mi jefe y la junta directiva estuvieron de acuerdo con realizar una fiesta en grande — La castaña asintió. — ¿Pero en verdad puedes llevarnos? — Jade volvió a insistir con su pregunta. — Tú bien sabes que eres una persona muy importante para mí, claro que estás invitada — Lily asintió con una sonrisa en el rostro al escuchar a su novio decir eso. — Por favor Jade, tienes que acompañarnos — La rubia volteó a ver a su amiga para intentar persuadirla — Te prometo que nos vamos a divertir — Hizo un puchero. La castaña hizo una mueca al no sentirse convencida de asistir, por lo que se mordió su labio inferior al no saber qué contestarles. Pese a que estaba a punto de decir que “no”, su mejor amiga se apresuró a interrumpirla para poder insistirle un poco más antes de recibir su respuesta. — Aparte, no puedes decirme que no — Jade frunció el ceño ante eso — Ya tengo tú vestido listo en mi casa, así que vas a tener que ir con nosotros — La castaña abrió sus ojos de par en par por lo que su mejor amiga le dijo. — Ni de broma tienes un vestido para mí en tu casa Lilian — Intentó retarla. — Claro que lo tengo — La miró con indignación — Si quieres vamos a mi casa después de clases para que lo veas. — Lily… — La miró con reproche — No puedes hacer eso, no me gusta que me compres ropa. — Eso ya lo sé Jadesita — Suspiró — Pero yo sabía que te ibas a negar a ir con nosotros, así que considéralo cómo un pequeño empujón de mi parte. — Te juro que no puedo contigo Lily — Negó con su cabeza y se cruzó de brazos — ¿Tú sabías de esto? — Señaló al novio de su amiga. — No, yo no sabía nada del vestido — Se encogió de hombros — Pero comprarlo fue una muy buena idea. — Increíble… — Murmuró para ella misma sin poder creerlo. — Yo sé que irás con nosotros Jadesita, así que necesito escuchar un “sí” de tu parte. — ¿A qué hora debemos de estar listas para el viernes? — Jade ignoró a su amiga por completo. — Yo le mandaré mensaje a Lily en la mañana, tú no te preocupes por eso. — ¡Qué emoción! — La rubia gritó de alegría — Ya quiero que sea viernes. — Primero preocúpate en llegar a clase a tiempo — La castaña bajo su mirada hacía su celular para ver la hora — Vamos a llegar demasiado tarde a clase — Hizo una mueca. — Ya casi estamos llegando — Gabriel señaló el monitor para poder tranquilizarla — así que no te preocupes por eso. — Te prometo que no me enojaré si aceleras un poco más — Jade alzó ambas manos para poder agarrarse de los asientos delanteros y se inclinó hacía ellos — Necesitamos llegar a tiempo. — Tú tranquila Jade, el maestro no nos puede decir nada — Lily se encogió de hombros sin preocupación alguna. Aunque fueron nada más y nada menos que diez minutos para llegar a la academia, la castaña había estado mordiéndose las uñas con evidente preocupación, por lo que una vez que llegaron al lugar, Jade se apresuró en despedirse de su amigo para poder adentrarse rápidamente a su clase. — Deberías de decirle a Jade que se relaje — Observó las puertas que la susodicha había cruzado con rapidez. — Créeme que ya lo he hecho — Suspiró cansada — Nos vemos el viernes amor — Le sonrió sin mostrarle los dientes. — Hasta entonces — Se acercó a su novia con rapidez para poder plantarle un fugaz beso en sus labios. Durante el trayecto hacía su salón, la respiración de la castaña comenzó a acelerarse, por lo que tuvo que detenerse durante unos cuantos segundos para poder recobrar el aire que sus pulmones necesitaban, causando que abruptamente chocara con alguien. — Fíjate por dónde caminas niña. La susodicha hizo una mueca de desagrado al escuchar la forma en la que le había hablado una persona totalmente ajena a ella. — Fíjate por dónde caminas tú — Le contestó de forma seria. — ¿Acaso estás insinuando que yo fui el despistado? — Le preguntó de forma burlona. — No lo estoy insinuando — Se cruzó de brazos sobre su pecho — Simplemente lo estaba afirmando. — Vaya, vaya — Sonrió de lado al no haber esperado esa respuesta de su parte — Veo que a alguien le gusta pelear… — Alzó sus brazos para poder cruzarlos de la misma forma que la castaña — y mentir. — ¿Disculpa? — Preguntó indignada — Yo no estoy mintiendo señor, yo simplemente estoy diciendo la verdad — Habló entre dientes. — Señorita Jade — El director logró captar su atención — recuerde que no puede correr en los pasillos — La reprendió. — No estaba corriendo — Negó con su cabeza — Simplemente estoy un poco apurada para poder llegar a clase a tiempo. — ¿Y a eso no le llamas correr? — El sujeto soltó una carcajada burlona — Vaya señorita Jade, aparte de mentirosa, también es impuntual. La castaña abrió sus ojos de par en par mientras que su cuerpo comenzaba a calentarse de enojo por el comentario que llegó hasta sus oídos. — Ni de broma se atrevió a decir eso… — Bajo ambas manos hacía sus costados y las apretó en forma de puño — No voy a permitir que nadie me diga mentirosa o impuntual, aquí el que tiene esos adjetivos es usted, así que no se venga a proyectar en mí. — Ya veo, eres atrevida. — Sonrió de oreja a oreja y la observó de arriba a abajo para lograr incomodarla. — Señor Black, le pido que disculpe las molestias, un altercado de este tipo no pasará de nuevo — Jade observó al director cómo si se hubiera vuelto loco por darle de su lado — Si quiere podemos continuar con el recorrido hacía la salida, para que de esta forma la señorita Jade llegue a su salón a tiempo. — Me parece perfecto, — El susodicho asintió — pero no sin antes escuchar a su alumna pedirme disculpas por lo sucedido. — ¿Acaso se ha vuelto loco? No pienso pedirle disculpas por algo tan tono. Sean bajo bajo su mirada hacía su reloj de mano y sonrió de lado al notar la hora que era. Sin que un minuto pasara después de la respuesta de Jade, comenzaron a escucharse las campanas de la academia que daban por inicio del siguiente curso. — El maestro me va a matar — Jade cerró sus ojos con fuerza ante la impotencia que estaba sintiendo — No tengo tiempo para seguir hablando con usted. Sean alzó la miró con sorpresa e intentó no reírse frente a ella, por lo que se esforzó en mantener un semblante serio. — Sergio — Sean observó al director — Yo creo que un regaño no será lo mejor para ella en estos momentos ¿estás de acuerdo con eso? — El susodicho frunció el ceño al no saber de dónde provenía esa pregunta. — Supongo que estoy de acuerdo… — Perfecto, eso es lo que quería escuchar — Se encogió de hombros — Nosotros te vamos a acompañar a que entres a tu clase sana y salva — Jade no entendía muy bien el por qué hacía eso después de la calurosa conversación que había tenido con él. La castaña negó con su cabeza al saber que eso no le iba a ayudar en lo absoluto con su problema. — No creo que sea la mejor idea señor Black, se lo agradezco pero prefiero ir yo sola — Sean alzó una de sus cejas sorprendido. Pese a que el director estaba a punto de acceder ante esa petición, el empresario negó con su cabeza al no estar de acuerdo con ella. — Yo creo que no es muy buena idea negarte a nuestra propuesta Jade — Comenzó a retarla. — Pero… — Sean negó con su cabeza ante su terquedad. — Señor Black, yo creo que la señorita Jade sí puede ir a su salón sola. — Pues yo no lo creo, así que iremos después de usted señorita — Señaló hacía el pasillo para invitarla a caminar. Jade entrecerró a sus ojos hacía él con un muy evidente desagrado por lo que estaba haciendo, pero no tuvo de otra que dar su brazo a torcer, por lo que todos procedieron a caminar hacía el salón de la bailarina. — Bueno, aquí me quedo yo — Señaló la puerta — Gracias por su compañía, ya se pueden retirar. — Claro que no — Sean negó con su cabeza — Quiero que toques la puerta para ver que te abran y te reciban. La castaña no podía creer la impotencia que estaba sintiendo al escucharlo hablar de esa forma. Ese completo desconocido no tenía nada que ver con su persona, por lo que las ordenes hacía ella comenzaron a molestarla. Sin tener otra opción en esos momentos, procedió a tocar la puerta del salón, rezando internamente para que su maestro no se enoje con ella. — Y así se acaba mi sueño de ser la protagonista — Pensó que lo había murmurado solamente para ella, pero Sean logró escucharla. El maestro no tardó en abrir la puerta de par en par con evidente enojo por la interrupción que le estaban ocasionando. — Señorita Jade — Habló con desdén — ¿Qué necesita? — Vengo a clase profesor — Bajó su cabeza con evidente pena por la situación. — Mi clase empezó hace más de cinco minutos, usted conoce las reglas, así que le aconsejo que se de la vuelta y no vuelva — Le sonrió con evidente malestar, causando que el director frunciera el ceño al notar la forma en la que su trabajador se expresaba. — No fue culpa de la alumna — Sergio dio un paso para poder defender a Jade — Su llegada tardía fue causada por motivos externos a ella. — ¿Disculpa Sergio? — Le preguntó sin poder creerlo — Yo no sabía que los directores podía venir a defender a sus alumnas cuando rompen una regla. — Ella no ha roto ninguna regla, Jade estuvo con nosotros, así que le pido de la manera más atenta y respetuosa, que la justifique en su clase. — Ya veo — Se cruzó de brazos de una forma altanera — No sé si puedan notarlo, pero esta conversación me está haciendo perder mi tiempo y el de mis alumnas — Señaló a su salón. — Pues no lo estaríamos perdiendo si alguien simplemente dejara pasar a Jade — Sean habló seco hacía él, captando por primera vez su atención. — ¿Y usted es? — Preguntó burlón. — Soy la persona que puede sacarte a la calle en un abrir y cerrar de ojos — Le contestó de una forma tan fría, la cual hizo temblar a la castaña.
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