TRES

2816 Words
Tanto el maestro, cómo la alumna y el director, no podían creer lo que salió de los labios del empresario después de la pregunta que se le hizo. — Sergio… — El maestro ignoró la amenaza del empresario y observó a su jefe — No voy a permitir que nadie venga a hablarme así en mi aula. — ¿Podemos hablar sobre ello después de que termine tu clase? — El director suspiró cansado por la situación — Simplemente venimos a justificar la tardanza de su alumna, nada más. Jade alzó su mirada y la cruzó con Lilian para intentar mostrarle su incomodidad y preocupación por lo que estaba pasando, logrando que su mejor amiga se acercara a ella para intentar calmar el ambiente en el lugar. — Ven Jade, necesito que me ayudes a estirar — La rubia estiró su mano hacía su amiga y le sonrió al profesor — Ya casi estamos todas listas para empezar. — Y así se la llevó sin más. Los tres hombres que se encontraban parados y con un evidente semblante serio, se decidieron por seguir la plática que estaban teniendo sobre Jade. — No puedo permitir que una alumna pase sobre mí así sin más — Habló entre dientes. — Y eso tampoco lo vamos a permitir nosotros, pero esta vez fue la excepción — El director le contestó — Entra a ensayar con las alumnas, le prometo que no volverá a pasar. — Claro que no volverá a pasar después de que le diga a Jade que perdió su puesto en la obra — Sean frunció el ceño y se decidió por soltar una carcajada hacía él. — ¿Y usted de qué se ríe? — De lo que acaba de decir — Lo señaló — Jade no ha perdido nada, así que espero que eso le quede claro. — ¿Acaso me está volviendo a amenazar? — Lo miró de forma retadora. — Claro que no — Le sonrió y se encogió de hombros — Simplemente le digo lo que tiene que hacer, más no es una amenaza. — ¡Cómo se atreve a contestarme de esa forma! Si yo decido que Jade se queda sin el papel, así se hará. — Señor Black, yo creo que es mejor irnos… — El director intentó calmar la situación. — Ni te atrevas a hacer algo de lo que te puedes arrepentir. Jade audicionará por ese papel, así que te recomiendo cerrar la boca. — Yo soy el maestro de esas niñas y yo decido hacer lo que a mí se me pegue la gana — Alzó su mano para señalar su pecho. — No pienso permitir que siga hablando sobre una de sus alumnas de esa forma, así que le pido de la manera más atenta nuevamente, que todo este problema se pase a un segundo plano. — Lo haré director — Cedió al saber que no iba a ganar nada contestando de esa forma — Pero también le pido respeto para mí de parte de su acompañante — Observó de reojo a Sean. — Para que yo le ofrezca mi respeto tiene que ganárselo, y créame que usted nunca lo logrará — Observó a Sergio y alzó su mirada hacía el pasillo — ¿Nos podemos ir o necesitamos hablar sobre otro asunto con este hombre? — Podemos irnos señor Black — El maestro frunció el ceño al no entender cuál era la importancia de ese hombre. — Lo veré a usted y a Jade en las audiciones — Alzó su mano derecha y lo señaló descaradamente — Le recomiendo no hacer nada tonto hasta entonces. El maestro se quedó anonadado mientras veía cómo los dos hombres salían de su campo de visión, sin poder creer la riña que habían tenido. Jade observó a Lilian con evidente preocupación al no saber lo que le esperaba. — Si escucho a alguna de ustedes hablar antes de que se acabe la clase, las reprobaré sin pensarlo — Musitó entre dientes mientras cerraba la puerta del salón a sus espaldas — Jade, quiero que te acoples al grupo en este momento y comiences con tus estiramientos — Demandó con su sangre hirviendo de enojo. La castaña se limitó por asentir con su cabeza al ya no querer tener más problemas. Mientras Jade comenzaba a realizar lo que se le había pedido, su amiga caminó detrás de ella para poder ayudarla y así salvarla de algún otro regaño que le podrían dar. Al otro lado de la academia se encontraba un empresario notablemente cabreado por lo sucedido, por lo que el director simplemente se limitaba por pedir disculpas ante los inconvenientes que había presenciado. — Señor Black, no quisiera que regrese a su empresa con un mal sabor de boca por lo pasado — Agregó — Personalmente hablaré con el maestro para poder dar un alto a ese tipo de tratos. — Te seré sincero Sergio. — Intensificó el tono de su voz con evidente desagrado — A mí me interesa muy poco lo que haya pasado aquí. Simplemente quiero saber que mi dinero se va a ir a buenas manos — Entrecerró sus ojos — Aún puedo elegir a otro academia para realizar la donación — Amenazó. — No queremos que done ese dinero a otra academia señor Black — Negó con su cabeza — Le prometo que todo el dinero donado irá a buenas manos. — No lo prometas Sergio, simplemente demuéstramelo — Observó de reojo cómo su SUV llegaba por él — Nos vemos la siguiente semana — Lo observó de arriba a abajo con una mirada gélida — No vuelvas a hacerme perder el tiempo. — Créame que sé lo demostraremos señor Black, la próxima semana tenga por seguro que podrá elegir a la bailarina principal. — Ya la elegí. El director tragó profundo al sentir la presión sobre sus hombros mientras lo miraba marcharse. En el momento que la camioneta salió del estacionamiento, Sergio pudo respirar hondo después de unos minutos llenos de incertidumbre para él. Los días siguientes pasaron con una lentitud abrumadora para Jade después del pequeño encuentro que tuvo con el empresario y su maestro, por lo que al llegar su día de descanso intentó relajarse y así dejarlo pasar. Sus ojos se encontraban abriéndose mientras se enfocaban en el sol entrando por su ventana, logrando que a raíz de eso una sonrisa iluminara su rostro. — Lilian acaba de llegar — Su madre se asomó por su puerta para hacerle saber la noticia — ¿Quieres que le diga que suba? — ¿Qué hace Lilian en la casa? — Bostezó al mismo tiempo que se fregaba el ojo con su mano derecha ante el cansancio — Por favor dile que estoy muy cansada para salir con ella. — No creo que Lilian me acepte eso como respuesta — Hizo una mueca al saber como reaccionaría ante esa noticia — Le diré que suba para que tú puedas hablar con ella. — Mamá… — Bufó frustrada tapándose con sus cobijas — Simplemente no quiero… — Necesitamos irnos para comenzar a arreglarnos Jade — Lily hizo una aparición en su cuarto después de desesperarse — Gabriel va a pasar por nosotros en unas cuantas horas. — ¿De qué diablos hablas? — Se quitó la cobija que le estaba tapando su rostro y la observó con un ceño fruncido — No pienso salir de esta cama hasta el lunes Lilian. — Tú me prometiste que iríamos a la fiesta, así que no puedes hacer esto — La señaló de forma acusatoria — Ya párate que necesitamos irnos. — Mi mamá no me ha dado permiso Lilian, así que no puedo ir — Observó a su madre para poder rogarle con sus ojos que la apoyara en eso — Lo siento mucho Lily, pero no creo que pueda ir. — ¿Realmente no le ha dado permiso a Jade? — Se volteó a a verla con sus brazos cruzados — ¿O ella me está mintiendo? Su madre observó a su hija quién seguía rogándole con su mirada que mintiera por ella, para después fijar su mirada en Lilian. — Quiero que mañana me la traigas máximo a las diez de la mañana Lilian — La amenazó — Jade necesita ir a distraerse después de todo el problema que tuvo con su maestro y la obra. — ¡Mamá! — Alzó su voz enojada por lo que había dicho. — Claro — Su mejor amiga sonrió de oreja a oreja al haberlo conseguido y asintió — Yo mañana antes de las diez se la vengo a traer, no se preocupe por eso. — Estaré abajo por si me necesitan — Observó a su hija — Te amo. — Gracias por nada — La castaña murmuró entre dientes después de que su madre saliera de la habitación — No tengo ganas de ir Lilian — Le mencionó. — No importa que no tengas ganas Jade, tu madre tiene razón, no has hecho nada más que estresarte y preocuparte por la obra, necesitas salir y relajarte con nosotros — Se acercó a ella — Así que párate de la cama. Ambas se miraron por un par de segundos para poder ejercer algún tipo de mando, el cuál claramente logró la rubia. Jade se paró de su cama con pesar después de un par de minutos viendo cómo su amiga comenzaba a meter un par de ropa a su maleta. — ¿Qué es lo que estás haciendo? — Le preguntó con su ceño fruncido. — Necesito empacarte ropa para hoy y para mañana — Se encogió de hombros — Tú vestido está en mi casa así que no te preocupes por eso. — Créeme que eso es lo que menos me preocupa — Caminó hacía ella — No me voy a quedar tanto tiempo contigo, así que no necesito todo eso — Estiró su mano para poder detenerla. — Nunca es suficiente Jade. — Pues para mí sí — Le rebotó la maleta de las manos para hacerla parar — Sal de mi cuarto mientras me cambio — Observó la puerta de su cuarto y la señaló — No pienso cambiarme contigo en frente. — Cómo si nunca te hubiera visto ridícula — Su mejor amiga rodó sus ojos y comenzó por acatar lo que la castaña le había dicho — Te doy veinte minutos, si en esos veintes no sales, haré tú maleta cómo a mí me de la gana — La amenazó. — Salte Lilian — Demandó comenzando a frustrarse después de que le habían cortado su sueño. — Por cierto… — Antes de salirse por completo del cuarto, la observó — Nos quedaremos a dormir en la casa de Gabriel después de la fiesta. — Ni de broma — Negó con su cabeza — Yo no pienso quedarme en su casa Lilian — La observó como si se hubiera vuelto loca — Ni lo pienses. — Ya está el plan hecho así que no puedes negarte Jadesita, te espero abajo — Le guiñó un ojo y le Lanzó un beso antes de salir. — Mierda — La castaña musitó entre dientes. En la cabeza de la castaña pasaron todo tipo de excusas qué le podría decir a su amiga para no ir, pero ninguna de esas lograba convencerla de que su amiga aceptara, así que se rindió por completo al saber que no iba a ganar. — Ya estoy lista para irnos — Lilian alzó su mirada y le sonrió de oreja a oreja al ver a su amiga con su maleta en manos. — ¡Excelente! — Alzó su voz al estar emocionada — Deje mi coche estacionado afuera de tu cochera — Señaló a la puerta de salida — Tu madre me dijo que iba a ir a comprar algunas cosas, así que vamos. — Lilian, te juro que me vas a deber una y grande por lo que estás haciendo — Jade se adentró al auto de la rubia después de dejar su maleta en los asientos traseros — Tú sabes lo cansada que estoy después de esta semana. — Necesitas salir y despejar la mente Jade — Bufó cansada por la situación — Te prometo que nos vamos a divertir — Encendió el motor del auto — Así que no lo pienses mucho y comienza a cambiar tu humor. Los ojos de la castaña le comenzaron a pesar después de unos cinco minutos de recorrido, por lo que Lilian comenzó a hacerle plática para mantenerla despierta (logrando desesperarla más de lo que ya estaba). — Te prometo que me bajare de este auto si no te callas en este momento. — No entiendo tú maldito enojo Jade — Apretó ambas manos en el volante — ¿Qué rayos es lo que te pasa? — A comparación de ti, yo sí necesito descansar y ensayar para poder tener un papel en la obra — Le contestó entre dientes. — A mí no me vas a venir a decir eso — Negó con su cabeza — Yo sé que eso a ti no te molesta en lo absoluto Jade. A ti te tiene molesta lo que pasó con el empresario en la academia. — Él no tiene nada que ver conmigo o con la plática que estamos teniendo. — ¿Sabes qué? — Se encogió de hombros — Necesito hacer una parada en el centro comercial para poder comprar algunas cosas que necesito — Hizo un movimiento con el volante para poder adentrarse al estacionamiento del lugar — Si quieres te puedes bajar, o te puedes quedar, al final del día eso a mí no me va a importar. Jade rodó sus ojos y se quitó el cinturón de seguridad para poder acompañarla a conseguir lo que necesitaba. Lilian suspiró y cerró sus ojos durante unos segundos para intentar dejar a un lado el agobio que estaba sintiendo. — No me tardo, si quieres espérame aquí — Señaló la zona de comida rápida — ¿Nos vemos aquí mismo? — Jade observó el lugar de reojo y se limitó por asentir — Perfecto, ahorita nos vemos. Después de un par de minutos observando su reloj y notando la tardanza de su amiga, se decidió por caminar alrededor del lugar para poder entretenerse. En su cabeza comenzaban a bombardearle demasiados pensamientos, por lo que intentó tranquilizarse para no seguir arruinando el día. — ¿Piensas volver a cruzarte en mi camino o ya aprendiste a no hacerlo muñeca? — La castaña alzó su mirada y observó a la persona que estaba enfrente de ella. La bailarina apretó sus manos en puño y se decidió por ignorarlo y seguir caminando, acción que al empresario no le agradó en lo absoluto. Sean actúo mucho más rápido que ella y la detuvo agarrando su brazo con fuerza. — Nunca te dije que podías ignorarme Jadesita — Habló entre dientes al estar cerca de ella — Así que contesta a la pregunta que acabo de hacer. — No tengo por qué hacerlo señor — Lo miró de arriba a abajo al mismo tiempo que se separaba de su agarre. — Sin mí tú no hubieras entrado a esa clase — Comenzó a molestarla — Así que quiero escucharte decirme “gracias”. — En tus sueños idiota — Lo observó con enojo — No pienso quedarme seguir escuchándote, necesito regresar con mi amiga. Volvió a darle la espalda al empresario quien la observaba con una mirada llena de interés. Sean sonrió de lado al notar lo enojada que se encontraba con él, por lo que su pecho se infló de orgullo por ello. — Si en estos momentos no te detienes Jade Stone, olvídate de tu papel en la obra. La bailarina frunció el ceño al escucharlo decir eso, por lo que sus piernas involuntariamente realizaron lo que se le había pedido. — Así me gusta muñeca — Se acercó a ella de forma abrumadora y la sujetó por la cintura para poder pegar su pecho con la espalda de Jade — Me fascina verte hacer lo que te digo. — Suéltame o gritaré enfrente de todos — Le contestó furiosa e incómoda por su cercanía. — Te juro que si te atreves, yo mismo te daré una muy buena razón para hacerlo Jade, no me desafíes — Acercó sus labios a la oreja de la chica — Aunque créeme que me prende verte así. — Estás loco — Intentó moverse para poder salir de agarre que él mismo intensificó para que no lograra hacerlo. — Bajo mi agarre parecer una niña. Totalmente indefensa y lista para ser atrapada — Jade tragó hondo en el momento que todo su cuerpo se tensó por completo. — Eres un maldito loco. — Créeme que aún no te enseño lo que este maldito loco te puede hacer.
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