Timoteo sintió dudas tan pronto como colocó un pie en el centro comercial. Y cuando cruzó las puertas de "Dolce Ceniza", una tienda de dulces con un aire mucho más elegante y sofisticado que otras tiendas del mismo estilo, estas no hicieron más que crecer. Realmente, ese tipo de lugares no era uno que elegiría por su propia cuenta, pero cuando su tía acordó encontrarse en aquel lugar, no pudo negarse. Sentado en una esquina del local, bajo una lámpara ámbar que intentaba teñir su rostro oculto de tonos dorados, no le estaba ayudando con su inquietud. A pesar de que se encontraban pocos clientes en el lugar, Teo podía sentir las miradas de ellos sobre él, lo que sólo alimentaba sus ansias y le recordaba que tal vez, sólo tal vez, no había sido una buena idea acordar encontrarse. Solo hací

