- No tienes idea de lo enojada que está Elle.- Cameron conducía.
- No quiero escuchar sermones.- Marcus se cruzó de brazos y recostó su cabeza de la ventana.
- Sabes que tu hermana se preocupa mucho. No pienso darte un sermón solo quiero saber si te sucede algo.
- No sucede nada.- Dirigió su mirada hacia la calle.
- Últimamente luces melancólico, te la pasas solo y en silencio.
- Estoy bien.
- Marc…- Estacionó el auto a un lado de la carretera.- Si estás pasando por un mal momento puedes platicar conmigo. Yo te escucharé.
- ¿Qué es esto?.- Sonrió mostrando molestia.- ¿Acaso es una jodida intervención?
- No es una intervención.- Suspiró.- Solo es una plática. Sabes que te veo como a un hermano mayor…
- Se me olvidaba que soy el hermano mayor de todos ustedes.- Sonrió con ironía.
- ¿Eso es algo malo?.- Se quedó viéndolo.- Antes parecía no importarte.
- Aún sigue sin importarme.- Se acomodó en su asiento.- Escucha Cam, no me sucede nada, lo digo en serio. Se que te preocupas por mí e incluso se que mi hermana te pidió platicar conmigo.- Sonrió con suavidad.- Pero estoy bien, lo prometo.
- ¿Todavía piensas en Pam?.
- ¿Qué?.- Frunció el ceño.
- ¿Todavía estás pensando en mi hermana?
- ¿Por qué debería de hacerlo?.- Se encogió de hombros.
- Vamos Marc…
- Creo que quedó bien claro tiempo atrás que entre tu hermana y yo no sucedería nada.- Suspiró.- Cam…fui un tonto ¿De acuerdo? En ese tiempo no tuve auto control y por eso terminé cayendo en ese juego…
- ¿Para ti fue un juego? ¿Crees que para mi hermana también fue así?
- Para Pam fue un simple capricho. Una vez que se cansó se largó y lo olvidó todo.
- ¿Eso crees?.- Sonrió con enojo.- Tú…- Hizo una pausa.- No debo inmiscuirme en sus asuntos pero es que a veces…
- ¿Me vas a llevar a casa o tendré que irme caminando?.- Cansado de escuchar las palabras de su cuñado abrió la puerta del coche.
- De acuerdo.- Asintió.- Te llevaré a casa y ya no diré nada.- Miró hacia el frente y encendió el coche. Se sentía frustrado por la actitud de su cuñado pero decidió no decir más nada.
El trayecto restante fue un tanto silencioso, Marcus se mantuvo cobijado entre sus propios brazos mientras observaba las luces nocturnas y las pocas personas que transitaban por las solitarias calles.
No le gustaba hablar de su vida personal con los demás, sobre todo de su situación con Pamela. Detestaba que los demás opinaran a la ligera sobre sus asuntos y sobre todo que señalaran sus errores.
Sabía que tiempo atrás había hecho mal cuando le gritó aquellas duras palabras a la joven, aún las tiene en su memoria, incluso puede escucharlas claramente.
“ Dices que ya eres una adulta pero te sigues comportando como una niña.”
“ Si te digo que no, sigues insistiendo hasta que te diga que si y si no digo nada tu solo presionas y presionas hasta que la cosas salen como tu quieres.”
“Cuando te digo que te detengas no lo haces ¿Como quieres que reaccione? No todo debe ser como tu desees, no todo debe ser a tu gusto.”
Aprende a escuchar a los demás y a respetar sus decisiones y deseos. ¡Madura Pamela!.”
Si, quizás había sido duro con sus palabras y un tanto injusto, quizás merecía que aquella vez Pam se alejara de él sin tan siquiera despedirse pero también consideraba que no había sido el único en fallar, para él, Pamela Spencer también había actuado de forma irracional.
Marcus Parker se sentía enojado con aquella chica la cual decidió un día marcharse sin mirar atrás, quien lo dejó con una disculpa pendiente y una gran culpa que lo carcomía cada día.
Cuando el coche se detuvo, Marcus salió de sus pensamientos, frotó suavemente sus ojos para despejar su pesadez y para disimular la leve humedad en ellos provocada por los recuerdos.
- Gracias por haberme traído a casa.- Abrió la puerta del coche y descendió.
- Quizás no te importe pero…- Cameron habló una vez más.- Pam regresa mañana.
- ¿Como?.- Agrandó sus ojos ante la sorpresa.
- Descansa Marc.- Encendió el coche y lo puso en marcha.
Marcus se quedó viendo las luces traseras del coche mientras estas se alejaban y se perdían en la noche. Se quedó allí tratando de digerir la noticia que había recibido.
Pam regresaba finalmente.
…….
Cuando el avión aterrizó en el aeropuerto internacional de Toronto, algunos de sus pasajeros sonrieron con emoción. Muchos de ellos regresaban a su hogar luego de estar lejos por un largo tiempo, solo una persona la cual al igual que ellos regresaba a su hogar no mostraba emoción alguna.
Pamela caminaba por el largo pasillo con pasos sumamente lentos, esto en un intento de atrasar lo más que pudiese aquel regreso a casa no deseado. Había postergado en varias ocasiones la vuelta a su país natal, siempre poniendo una excusa o encontrando un motivo que le sirviera de traba para subir a aquel avión que la trajera de regreso a su realidad.
De haber sido por ella, jamás hubiera regresado allí. En muchas ocasiones le rogó a sus padres para que estos accedieran a dejarla instalarse de forma definitiva en Filipinas pero estos siempre se negaban.
No quería regresar, no quería volver a enfrentar su realidad, mucho menos quería ver de nuevo a esa persona. Dicen que el tiempo sana las heridas pero parecía que aquel tiempo lejos no había servido ni siquiera para cerrarlas de forma superficial.
Antes le había mentido a su prima al decirle que no pensaba en él. El recuerdo de Marcus Parker la acompañaba cada día pero este era un tanto amargo, el recuerdo de las duras palabras y la fría mirada que le dedicó aquel día.
Pero no podía culparlo, aquello le había servido para entender que el primer error lo había cometido ella cuando se acercó a él de forma tan descuidada y furtiva. ¿Qué podía esperar? Era un hombre y si la tentación llegaba a él, no había forma de evitar caer, eso pensaba.
No culpó a Marcus Parker por dejarse llevar las veces en las que lo provocó y lo empujó a traspasar su límite solo por su capricho. No tiene resentimiento alguno hacía él, al contrario…siente vergüenza.
Vergüenza por actuar con tal descaro y por haberlo provocado tantas veces.
- Pam…- Cameron agitó su mano para que su hermana pudiera notarlo entre la multitud.
- ¡Cam!.- Su sonrisa afloró al ver a su hermano mayor.
- Pensé que de nuevo postergarias el viaje.- Envolvió entre sus brazos a la joven.
- Lamentablemente no pude hacerlo.- Enterró su rostro en el amplio pecho del mayor.
- Te extrañé.- Sonrió.
- Yo te extrañé mucho más.- Se alejó.- ¿Y Elly? ¿Dónde están mis ahijados?
- Elle se está preparando para una nueva exhibición, desde que Matth se fue de vacaciones a Francia con Katth, ha tenido que hacerse cargo de la galería.- Tomó el equipaje de su hermana.- Y los gemelos están con nuestros papás en casa.
- Muero por verlos.- Frotó sus manos entre sí con emoción.
- Pensé que se te habían olvidado ya que no quisiste regresar.
- No es eso.- Bajó la mirada, no quería hablar del motivo de su alejamiento.
- Está bien.- Rodeó sus hombros con su brazo.- Ya estás aqui.
…….
Los empleados de la tienda de electrónica M.P se encontraban un tanto preocupados por su propietario. Aquel día parecía un tanto distraído y debido a ello había cometido uno que otros errores los cuales afortunadamente habían podido ser resueltos.
Ahora se encontraba encerrado en su oficina con la vista puesta en el documento en sus manos. Sus ojos repasaban las negras letras pero no podía descifrar lo que allí decía. Su mente estaba en completo caos.
Aquel día no había sido iniciado con buen pie, a diferencia de los días pasados, Marcus se encontraba totalmente desenfocado de sus obligaciones y todo debido a la noticia que había recibido por parte de su cuñado.
Pam regresaba.
¿Qué debía hacer? ¿Qué se suponía que debía decir? ¿Una disculpa por aquella vez? ¿Preguntarle cómo le había ido?
Todavía recuerda cómo en la boda de su hermana, cuando intentó hablarle, esta lo rechazó de forma tajante. No quiso escuchar excusas, solo le dejó en claro que a partir de ese momento ambos tomarian distancia e irían por sus propios caminos.
¿Querría escucharlo esta vez? ¿Seguía teniendo la misma actitud de aquella última vez?. Marcus no dejaba de pensar, dejando que sus pensamientos innundaran su cerebro.
Solo cuando su móvil sonó, el mayor de los Parker salió de sus pensamientos.
- ¿Hola?.- Contestó con una sonrisa.
- Marc, llevo llamándote toda la mañana.- La voz de Ella Parker se escuchaba molesta.
- Lo siento, he estado ocupado. ¿Sucede algo?
- ¿Estás ocupado o aún tienes resaca?
- Elly.- Resopló al darse cuenta que estaba a punto de recibir un sermón.
- De acuerdo, no diré nada.
- ¿Sucedió algo? ¿Por qué me llamabas?
- …Pam llegó…
- Lo sé…- Hizo una breve pausa.- Cam me lo dijo anoche.
- Nuestros papás prepararon una cena de bienvenida. Mamá me pidió que te avisara.
- ¿Es necesario que yo esté ahí?.- Se reclinó en su asiento.
- Ellos quieren que estemos todos y si te soy sincera, también me gustaría que estuvieras allí.
- Elly…- Suspiró.
- ¡Hazte un hombre!.- Le gritó.- Deja de estar ocultándote. Dí lo que tengas que decir, si tienes que terminarlo por completo entonces hazlo, si quieres continuarlo entonces hazlo pero ya estoy harta de verte lloriquear por los rincones como un niño reprendido.
- No entiendo porque estás enojada.- Frotó su entrecejo y cerró los ojos.
- ¡Solo ven a la maldita cena!.- Cortó la llamada.
- ¡Carajo!.- Lanzó el móvil sobre la mesa.- ¿Debería ir o solo ignorarlo?.- Recostó su cabeza de su asiento y resopló.- ¿Por qué cuando se trata de tí todo es complicado?