ERIN
—Debes de ser Erin. Un hombre delgado, de cabello entrecano, se acercó con la mano extendida.
—Sí. —Le estreché la mano—. Es un placer conocerlo, señor Eastland.
El CEO de Apollo no pareció sorprendido de que yo supiera su nombre. Y no debía estarlo. A diferencia de Isaac, había bastante información sobre Tony Eastland en línea.
Sonrió con facilidad. —Lamento que me haya tomado tanto tiempo presentarme. No estuve mucho en la oficina esta semana.
—Oh, no se preocupe. Sé que debe estar muy ocupado. Me siento honrada de conocerlo ahora.
—¿Disfrutando la fiesta? —preguntó.
Di un sorbo a mi vino y miré alrededor del bar, que había sido cerrado para la fiesta de jubilación. Unas veinte personas del personal de Apollo llenaban el lugar, y aunque conocía a todos gracias a mi investigac
