En cuanto veo y Nian, siento como la sangre me baja a los pies ¿en qué momento llego a nosotros?. Volteo a ver a Fabián quien no se ve muy contento con su llegada.
— Y...— Dice Nian al no recibir respuesta — ¿De que platican?— nos pregunta, pero creo que en realidad no le interesa, solo trata de integrarse a nuestra plática.
Cuando al fin me sacudí el miedo e intenté hablar Fabián me interrumpe —Nada en realidad nada— regresa su mirada a mi algo tajante. Y caigo en cuenta en qué comienza una rivalidad de miradas entre ellos, algo que me inquieta un poco.
—Marlenne— Escucho mi nombre salir de los labios de Nian—¿Cierto?
—Si— Acepto algo nerviosa —Solo Mar, está bien— le corrijo con una risa nerviosa que no puedo evitar y el me responde con una sonrisa antes de voltear a ver otra vez a Fabián quien parece cada vez más molesto y pareciera que lo ataca con la mirada.
— Tengo que irme — les digo mientras me pongo de pie y comienzo a escribir un texto para mis amigas en el celular —Ire a buscar a mis amigas no las eh visto en un rato— concluyó mientras me doy vuelta y de reojo veo que ambos se me quedan viendo.
comienzo a caminar y alejarme de ellos y escucho que están hablando, pero no alcanzo a entender de qué. Entro al interior de la casa y comienzo a buscar a mis amigas y no las encuentro después de un largo recorrido por la inmensa casa. Pero veo un dispensador con ponche, voy a él y vierto un poco para después tomarlo.
Veo mi celular y no hay respuesta ni de Lilly ni Nara y no me sorprende, seguro encontraron algún chico con quién pasar el tiempo. Les aviso que me iré temprano mientras termino el resto del ponche y antes de salir del lugar me tomo una selfie con la fiesta de fondo y la posteo en mis redes sin ningún verso o comentario, así soy yo, una mujer de pocas palabras o niuna. Salgo de la fiesta con el celular en la mano para elegir una lista de reproducción para el camino, pero poco antes de dar play escucha a alguien gritar mi nombre, y al voltear en dirección hacia la persona que me llama, me pongo helada. Es Nian otra vez, y viene corriendo hacia a mi, no comprendo porque.
— Ya te vas— me pregunta y yo solo asiento con la cabeza pues no tengo el valor para gesticular palabra alguna — Y no pensabas despedirte— concluye mientras pone si mano en mi hombro y lo acaricia y eso me pone aún más nerviosa.
—Oh, si perdón es que ya no te vi— miento pues prácticamente huia de el.
—Ok... entonces te acompaño— lo dice como afirmación, no pregunta.
— Está bien — Acepto a lo que me dice.
Y durante el camino platicamos un poco y decidimos pasar a una cafetería que quedaba de paso, pedimos nuestro bebidas y tomamos asiento en unas de las mesas que están más al fondo para seguir platicando. El se sienta a un lado de mi y siento como se aproxima poco a poco y yo estoy cada vez más nerviosa y en momentos me alejó.
—¿Por qué te quitas?—Me pregunta mientas toma mi mentón suavemente y lo gira un poco hacia el —¿No te gusto?— concluye con una mirada deseosa recorriendo mi rostro, sus ojos oscuros me hacen tragar grueso y quedarme muda ante el deseo que me provoca.
Sus labios dan con los míos en un beso tierno, sus dos manos están en mi rostro y una de ellas baja y se posa en mi cintura, me dejó llevar hasta que recuerdo que no estamos solos, y detengo el beso sin antes verlo a los ojos con incredulidad, no creía que en este día pasaría algo así.
—Sabes... tengo que irme — le digo con el poco aliento que me acompaña.
—Si, es cierto te acompaño— me responde dejando el dinero de la cuenta y rechazando mi dinero —Yo lo invito, si?.
—E-esta bien — le respondo en un tartamudeo.
Salimos de la cafetería se me hacerca y me abraza con su brazo sobre mi hombro y yo no lo rechazó al contrario, me acomodo para caminar juntos el resto del camino. Llegamos a dónde mi casa y busco su mirada safandome de su brazo.
—Aqui vivo— lo miro sin querer despedirme.
Deposita un beso en mis labios y me toma de la cintura
—Mar— Dice mi nombre y se pausa— Me gustas mucho — Continúa mientras me acaricia la mejilla —Pero yo no sé, si yo a ti también.
—Amm... Si, también a mí— Me animo a decirle —Tu también me gustas— Apenas se lo digo me besa nuevamente.
Me hacerca hacía el tomándome de la cintura y profundizando el beso. Yo lo tomo por la nuca y acaricio su cabello, el beso comienza a apasionarse más y más trato de detenerme, ya que estamos en la calle pero algo en mi no me lo permite y sus manos estrujandome, menos.
—Espera— logro decir aún deseando mas.
—Perdón, perdón ¿te lastime? —Me pregunta algo sorprendido
—No, no nada de eso —Respondo regalandole una sonrisa —Me encantó — alcanzó su mejilla con mi mano y la ahueco en un gesto tranquilizador.
—A mi también— Me dice abrazándome nuevamente.
—Debo entrar a mí casa— Lo digo algo triste, pues después de lo que pasó está noche, no me quiero alejar de el.
—Si, si... ¿pero te veo mañana?— Su pregunta me desequilibra, y como puedo contesto
—Si, por favor — lo digo y me siento ridícula inmediatamente por la forma en que lo hice, como desesperada. Pero cuando el sonríe de alivió me quedo más tranquila. Intercambiamos número de celular y me despide con otro beso, que hará que lo sueñe toda la noche. Lo veo cruzar la calle y regalarme un adiós con su mano y yo decido al fin entrar a mi casa.