Mackenzie: la historia de sus amores

*Idioma oficial de la novela: español *Idioma oficiales secundario: inglés, coreano, mandarín *Escenas +18 *lenguaje un poco vulgar, tradiciones mexicanas, tradiciones asiáticas-orientales La Paz, BCS, 2020 Era un dia caluroso de junio, el verano comenzaba; Mackenzie estaba feliz, su historia de amor era algo cliché, verano se convirtió en su estación favorita solo por él, Aiden Echeverría. Mackenzie sintió atracción por un chico misterioso y guapo, pero con una sonrisa encantadora. Ella veía el mar pensando en lo difícil que fue acercarse a él siendo un poco tímida, no era normal que las chicas conquisten al chico y ella tenía el problema de ser siempre complaciente en todo lo que le dijeran que era “bueno o malo”. Mackenzie Wong, nació un 3 de octubre de 1995 en la actualidad tiene veinticinco años y estudio la carrera de diseño gráfico. La vida de los Wong-Torres no fue nada fácil, ellos tuvieron que pasar situaciones difíciles para prosperar económicamente. La familia Wong-Torres se compone por: Jian Wong, Angélica Torres y Katherine que es la hermana menor. Angélica tuvo problemas en su embarazo al no tener dolor eso provoco que los doctores no monitorearan su estado y Mackenzie estuviera dentro del vientre por otro día, al ver que no tendría dolor le hicieron cesaría convirtiendo a la pequeña como “el milagro para la familia”. Mackenzie mostro un tono de piel azul, los doctores le dijeron “es por el retraso de su nacimiento”, días después tomo su color real; su tamaño y peso se convirtieron en la curiosidad de la familia de Jian algunos comentarios la describían como “una muñeca”, “un bebe curioso”, “pequeñita y con mejillas gorditas”, el color de la piel de los Wong-Torres es blanca; Mackenzie en particular tiene ojos verdes misteriosos, cuerpo atlético con altura de 1,70 centímetros; Jian tiene descendencia china al ser hijo de residentes del país a******o (República Popular China), es delgado con altura de 1,80 centímetros y cuerpo atlético; Angélica tiene los ojos verdes, cuerpo delgado con altura de 1,75 centímetros. Ambos padres consentían mucho a la bebé Mackenzie al ser hija única de ojitos iguales a los de su madre, pero cuando cumplió sus dos años llego a sus vidas, Katherine. Ella nació un 18 de abril, sus ojos se veían rasgados de color marrones verdosos su complexión es delgada con altura de 1,68 centímetros. Los años pasaron, Katherine tenía seis años y Mackenzie ocho, pero Mackenzie era un poco rara al vestirse no le gustaba usar vestidos o falta (solo las uso cuando comenzó la primaria), pensaba en jugar futbol o cualquier deporte que veía interesante, Katherine se volvió insoportable con ella provocando que sus padres le regañaran o castigaran por su culpa, pero se vengaba rompiendo sus muñecos lo cual también le traía problemas. La primaria fue un proceso difícil para la pequeña Mackenzie, ella lloro cuando su papá la dejo ahí, la profesora le alentaba diciéndole “entra cuando te sientas mejor, yo no te voy a obligar”, cuando se decidió a entrar sus compañeros le veían mucho intimidándola, desde sus primeros días se mantuvo callada. Aprender a leer fue difícil y las matemáticas fueron las más difíciles porque aprendía y después de un día de no practicar se le olvidaba todo el proceso; en segundo año le cambiaron de escuela donde conoció a Diana, para Mackenzie era la niña más linda del salón era como una belleza inalcanzable para ella; Mackenzie no tenía amigas porque siempre se comparaba con las niñas que se le acercaban y terminaba diciendo “soy fea”. Diana tenía muchas amigas era la más popular del salón por su belleza y carisma, Mackenzie era esa niña que apreciaba la belleza de las personas en silencio. En cuarto grado a pesar de su timidez tenía amigos hombres, le gustaba hablar con Miguel y Diego, solía competir con Miguel al copiar la historia de los dinosaurios del libro de lecturas, ambos eran fanáticos de esas criaturas. Diana se sentaba dos mesas delante de ellos tres que eran los más revoltosos del salón al escuchar sus pláticas o risas, la mayoría del salón creían que Mackenzie era callada y tímida, pero algunos pensaban que era chistosa y agradable, una de ellas era Diana que se la pasaba escuchando sus conversaciones y reía cuando era muy chistoso, Mackenzie la había atrapado varias veces viéndolos hasta que Diana se animó hablarle e unirse a sus conversaciones. Mackenzie se hizo muy amiga de Diana por su forma de ser tan divertida y detallista; la niña bonita era tan romántica con sus amigas que en una navidad le regalo un peluche a la de ojos verdes y le pidió que no les dijera a sus otras amigas porque solo les había dado una rosa, Mackenzie era increíble, pero ella no lo podía ver. En quinto grado le llego por primera vez su menstruación, tuvo LA charla con Angélica y ella le dijo algo que la dejo pensativa “algún dia te vas a enamorar de un chico, hija. Eso será normal”, pero ¿Cómo podría enamorar a un chico si era gorda y fea? En sexto grado su aspecto cambio, pero ella seguía con las inseguridades por su físico y aspecto. Un chico de su mismo salón con el que solía platicar en el salón, le molestaba por todo o quería tener contacto con ella sin importar que le vieran raro Diego y Miguel que eran sus amigos celosos, pero Diana le quito la venda de los ojos “Le gustas”, todo el camino a su casa se preguntó “¿Por qué razón le gusto? si soy fea”. Mackenzie no puso interés a los sentimientos de Francisco algún día se cansaría de molestar a “la niña graciosa”. La secundaria la etapa de los noviazgos donde los sentimientos “románticos” de las chicas salen a flote, a Mackenzie no le importaba porque sus pensamientos eran críticos por su cuerpo, ella prefería divertirse con Diego que era su mejor amigo, los dos escuchaban las historias de los adolescentes que se enamoraban y les terminaban rompiendo el corazón y se burlaban cuando estaban solos. A medio curso llego un nuevo alumno que volvió loca a las chicas “populares”; Francisco y Arturo (el chico más callado y tímido que se juntaba con los que hacían un desastre el salón en la primaria) entraron a la misma secundaria que Mackenzie. Con el tiempo Miguel se había vuelto más masculino (futbol, novias, esas cosas) y se alejó un poco de Diego y Mackenzie, pero aún se mantenían cercanos. En segundo año les dio clases un profesor que era realmente malo, pero enseñaba muy bien, era alguien que exigía mucho tal vez por esa razón Mackenzie hizo cosas inimaginables, ese curso en especial era uno de los que la chica de ojos verdes recordaba al ser cercana con Arturo y Eduardo, ellos se unieron por un trabajo de exposición de temas de geografía, ciencias, física, química y biología. Conoció de cerca a Arturo que era un chico callado y por primera vez sintió un gusto por alguien; ellos dos disfrutaban sus pequeñas competencias por aprender inglés, los días aburridos de clases le comenzaron a gustar al ver a Arturo, pero un día esa ilusión de conquistarlo se hizo lejana cuando noto a otras chicas bonitas y delgadas interesadas en él, descarto su ilusión antes de que fuera tarde y solo se burlaran de la gordita enamorada. El último año llego, todos buscaban un instituto para continuar con sus estudios; ese año salió una enfermedad de una especie de gripe que era contigiosa y se debían cancelar todos los eventos. (FLASHBACK, 2010) Los últimos días cancelaron todo el evento de recoger los documentos de los alumnos con su traje y acompañados de sus padrinos. Un padre en especial estuvo en contra de la idea, porque no le parecía adecuado hacer reuniones y su opinión era “solo será dinero perdido sino habrá vals”. —Yo no tengo la culpa que mi papá estuviera en contra —Repitió el hijo del hombre que no acepto la ceremonia, en el salón dejaron de hablarle. —¡Ya linchémoslo! —menciono José, un chico de cuerpo corpulento que era conocido como “el gordito chistoso”. —¡Siii! —gritaron todos apoyando su idea. —No podemos hacer eso muchachos —El maestro positivo y cero violencias que defiende la paz hablaba con voz pacifica—. Se tomó un acuerdo con los padres, pasando algunos días vendrán por sus documentos en tiempo y forma. —Este hijo de su mamá tiene la culpa que no tendremos vals clandestinamente, me había hecho ilusiones de bailar —Miguel trataba de continuar con la idea principal en contra de Armando, el nombre del hijo del padre aburrido. —Miguel quería bailar con Diego —En el salón no se podía detener los comentarios de ese tipo, los mexicanos en situaciones difíciles, tristes, alegres siempre hay uno que tiene un comentario para hacerte reír, Diego golpeo el hombro de Mackenzie. —Como tú querías bailar con Eduardo —Mackenzie tenía más confianza con los chicos si se trata de amistad, ellos son reservados en los chismes, pero buenos para contarlos y si tienen novias les puedes golpear para que las traten bien. —Ni que fuera el fin del mundo. —Ya se mi vida, quieres bailar con este galán, tu mamá me dijo que quieres que sea tu chambelán en tus quince añitos —Eduardo le toco el cabello y Mackenzie le golpeo la mano. —¡Wacalas! Mi mamá no estaba bien cuando dijo eso, primero muerta antes que me hagan quince años y doble muerta que baile contigo barbilla de culito —Todos rieron por su apodo peculiar que le fue otorgado por tener ese tipo de barbilla partida. —Lo dijo tu mamá, también a Miguel y José el pocho. —¡Cuidado! No me menciones a mí que no tengo vela en ese entierro —menciono José. —No necesito a ninguno de ustedes porque no me gustan, no usare un vestido y mucho menos bailaré un vals. —No si, la chica ruda —dijo burlón Diego. —Deja de molestar Chachi. —Deja que te encuentre un apodo y verás. —Cuando quieras. En sus días de deporte le gustaba participar porque siempre había apuestas por el refresco, eso hacía que todos se motivaran a sacar sus mejores trucos, Mackenzie era buena jugadora, pero un día todo cambio al lesionarse el tobillo que le hizo estar una semana en cama sin moverse en ningún momento, la de ojos verdes se sentía prisionera en su propia cama, cuando al fin regreso a clases dejo un poco el futbol porque su tobillo a un mostraba molestia al intentar correr lo dejo por completo al no ver mejoría y como no hacia deportes la dejaban haciendo el aseo. Cuando terminaron la secundaria la familia Wong-Torres se mudó al Estado de México, era una casa mediana, Jian se convirtió en el mejor contador, pero no en el típico padre que no está en casa, todo lo contrario, pareciera que nunca trabajaba, a su mamá le surgió la idea de vender comida, es la razón por la que tienen una considerable economía porque entre los cuatro trabajaron y se prohibieron compras innecesarias. En el Estado de México, el instituto no era tan malo, pero tampoco era bueno según los pensamientos de las hermanas Wong. Mackenzie era tímida al conocer personas nuevas y en el presente lo sigue siendo, pero con menos intensidad. El primero año de instituto no se llevaba con nadie de su salón hasta que Laura se acercó a invitarla a desayunar con ella, pero Mackenzie se negó, había días que se preguntaba “¿si hubiera aceptado que hubiera pasado?”. Ella estaba pasando un proceso de autoestima muy baja, por su rostro y físico; Mackenzie siempre clasificaba la belleza poniéndose siempre en último lugar. En la entrega de tareas del fin de curso fueron al salón D, donde sus ojos verdes se fueron a una chica pelinegra con un rostro atractivo que encontró nuevamente en su curso de segundo año; sus defectos personales se hicieron presentes (llegar tarde o no llegar a clases). Había días que le daba flojera levantarse e ir al instituto solo le decía a Angélica “mami, no quiero ir hoy, no van hacer mucho” y su mamá respondía “a bueno, vete a dormir”, pero sus faltas le trajeron repercusiones al tener como profesor al típico viejito que las tareas y sellos valen cuatro puntos que es importante cuando no te va muy bien en el examen; el profesor Ángel le conocía bien al ser una alumna ejemplar en primer año. (FLASKBACK, 2011) Ese dia en especial Mackenzie se arrepintió de ser floja; miro a su derecha encontrándose con un chico delgado, cabello bien peinado y rostro amigable. Ella decidió hablarle para no reprobar la primera unidad del curso, sabía que debía sacar a flote su lado amigable. —Hola, no he venido a clases, me podrías pasar las preguntas —dijo con un poco de timidez. —Claro que sí, me llamo Vladimir ¿y tú? —Mackenzie no sabía la razón del porque el chico sonreía mucho. —Mackenzie —Vladimir le preguntó cosas de su vida, ella no estaba tan familiarizada con personas se molestaba que anduviera de preguntón, pero respondía sus dudas, Vladimir le presento a sus amigos incluyendo a una chica delgada con ojos marrones oscuros que se veían grandes. —Ella es Eleonor y ellos, Ignacio y Enrique —Mackenzie se sentía nerviosa al ser el centro de atención, si por ella fuera le gustaba que no la notasen. —Un placer, chicos. —¿De qué salón vienes? —Estaba en el "E". —Los problemáticos —menciono Vladimir creyendo que había sonado gracioso, pero no le provoco ni un gesto a la de ojos verdes. —Algo de cierto —dijo con leve tono de fastidió. —Ya dejen a Macky, ahora seremos cinco en nuestro grupito de amigos —La chica de ojos verdes asintió a todo lo que ellos conversaban, el conocer a chicos inteligentes y populares era nuevo. Con el tiempo se acostumbró a la compañía de los cuatro jóvenes, se hizo cercana a Eleonor y a Vladimir; en ese mismo salón conocieron a Roxana, al principio Mackenzie se notaba que no le agradaba la idea de tener una nueva amiga, pero le acepto cuando se dio cuenta que Eleonor era muy extrovertida lo cual le hacían merecedora de una amiga que habla de más. Vladimir le enseño a tener más confianza en sí misma para que fuera más sociable. La chica de cabellos negros que conoció en el salón D se llamaba Roberta, cuando la de ojos verdes exponía tenia nervios de fallar al ver tantos ojos sobre su rostro. En diciembre del 2011 hicieron intercambio de regalos y gracias al destino Roberta le toco darle su obsequio, Mackenzie no es buena para la afectividad hacia las personas en cuanto le entrego su regalo le abrazo levemente tomando su obsequio de las manos de la chica. Roberta se tomó el tiempo de escribirle una increíble carta, en esta describía a una chica increíble, pero sus pensamientos todavía estaban en “me siento fea y por esa razón no me pueden querer o que alguien me quiera de una forma romántica”. El día de la graduación del instituto llego, las dos amigas lloraban porque no se volverían a ver en varios años, el evento no se celebró por ser temporada de temblores por los espacios cerrados y el miedo a derrumbe. Los Wong-Torres decidieron cambiar nuevamente de clima esta vez se decidieron por La Paz, Baja California Sur, durante el tiempo de vacaciones se dedicaron a despedirse de sus amigos y vecinos; Jian dijo “es lo mejor para empezar de cero, tendrán mejores oportunidades de vida laboral”. Mackenzie se ilusiono al imaginar que podría encontrar un buen trabajo de la carrera que le gustara en una empresa y Katherine podía ser la mejor actriz que México estaba esperando. Los quince años de las hermanas Wong fueron anulados por ellas al decidirse por un celular de la mejor gama que pasar hacer el ridículo enfrente de sus invitados (en México hay una tradición que cuando llegas a los quince años hacen una fiesta en grande para presentarte a la sociedad o dado el caso que los padres se pudran en dinero te regalarán un viaje). El año 2013, Katherine entro al segundo año de instituto, Mackenzie pidió un año sabático para pensar que carrera le gusta, ambos padres aceptaron con la condición que tenía que hacer algo productivo durante ese año. Katherine es una de las mejores estudiantes de su generación y Mackenzie era una alumna regular. La chica de ojos verdes se decidió por rediseñar su cuarto que le asignaron en esa enorme casa; está era amplia con dos edificios divididos de diferente diseño, pero unidos por el pasillo que colinda con las puertas y el garaje. La primera planta incluye el cuarto de Mackenzie con baño privado que Jian y ella reconstruyeron a base de tutoriales, la cocina, baño y sala con puerta corrediza de vidrios y un pasillo que lleva a la segunda planta, también está el garaje que tiene techo de tejas que lo hacen ver bonito a la vista de los vecinos, el portón es n***o con doble puerta para el acceso de auto y personas; en el segundo edificio que es el más amplio y alto incluye la zona para ver televisión con sillones cómodos y en la parte de arriba los cuartos de los padres, Katherine e invitados con dos baños uno arriba y el otro abajo, también hay una azotea enorme que utilizan para secar la ropa de forma natural con el sol y por las noches ver las estrellas o luna. Para terminar, hay un jardín un poco amplio cubierto por un portón de barandales sin puerta con la intensión de distraerles viendo las personas o autos pasar por la calle (que eran pocos al ser una zona algo privada). Por fuera de la casa está la banqueta de acceso a las personas que pasan por ahí, hay una pequeña zona verde debido a la presencia de dos árboles de guarán amarillo que en verano y otoño aparecen sus flores de color amarillo puede alcanzar los cuatro a siete metros de altura es de rápido crecimiento, requiere sol y no es exigente con el suelo, Jian es muy amable con la naturaleza lo contrario a Mackenzie que le dan miedo los insectos. Durante su tiempo libre Mackenzie buscaba universidades que tuvieran la carrera que realmente le gustara, no tenía amigos, su vida era solitaria y triste sin contar sus ocurrencias guardadas en sus pensamientos; se acostumbró a caminar por la playa y sentarse a escribir ideas para una novela en una libreta que algún día saldría a la luz. (FLASHBACK, 2013) El día que cambio para siempre su vida rutinaria, sus recuerdos llegaron a ese paseo por el parque donde se sentó en una banca a continuar escribiendo esa novela que la tenía tan entretenida, pero después reviso los folletos de las tres universidades a las que podía asistir, un chico alto y de cabello castaño se sentó a su lado en silencio dibujaba en unas hojas blancas, el chico al ver el interés de la de cabellos negros sonrió. —No eres de aquí ¿cierto? —El pregunto amigable su voz era melódica que lo hacían ver agradable. —¿Se nota mucho? —le dijo sonriente la de ojos verdes. —No, porque tienes los ojos claros, solo quería sacar un tema de conversación —Sonrió haciendo que sus ojos se achinaran y se pudiera apreciar su dentadura blanca—. Me llamo Dylan Villalobos ¿Cuál es el tuyo? —Esa sonrisa encantadora le hizo tener confianza a la tímida Mackenzie. —Mackenzie Wong. —¿De dónde eres? Digo no es un nombre común pensaría que eres de New York con un apellido c***o —Mackenzie sonrió tímida. —Soy de Chiapas de una zona donde no tienen acento. —¡Genial! ¡Yo también soy de Chiapas! —dijo emocionado—. Pero, crecí aquí en La Paz —dijo con mucha confianza. —¿Estás seguro que no eres un acosador? —dijo con un poco de miedo al ver la enorme confianza, el chico rio a carcajadas. —Eso me dice siempre mi mejor amigo Ethan, pero estoy bastante seguro que no soy un acosador. Solo me agradaste al ver mis bocetos de mis dibujos. —Dibujas muy bonito. Creo que nos vamos a llevar bien al ser del mismo estado ¿cierto? —Así es, ¿Qué te trajo a Baja California Sur? —Mis papás decidieron vivir aquí porque papá vivió un tiempo aquí con algunos familiares, al principio no me gustaba, pero ahora creo que ya me estoy acostumbrando. Digo ya sabes los anuncios en inglés —El asintió entendiendo. —Tal vez podamos ser amigos —Dylan le cambio la forma de pensar del atractivo de las personas, él le demostró que algunas personas con rostros bellos pueden ser amigables y comprensivas. —Si. Los días de Mackenzie solitaria había terminado a lado de Dylan Villalobos; las dos hermanas Wong comenzaron a soportarse a tal grado de ser mejores amigas en casa y fuera de esta. En el cumpleaños número veinte de Mackenzie le hicieron una pequeña comida donde les presento a su nuevo mejor amigo Dylan. Se inscribió en una universidad especializada en arte y diseño porque le había llamado la atención diseño gráfico al ver dibujando a Dylan y con referente a las computadoras podía tomar un curso para aprender.