Capítulo 21. Doble sospecha... y una revelación. Alexander no descanso hasta que sus hijos volvieron a casa. La rabia en su rostro se podía apreciar en la sala de reuniones, aun con la luz tenue, pero suficiente para iluminar los rostros tensos de sus dos hijos: Luka y Matteo. Necesitaba saber cómo resultó herido Enzo, era la mejor forma de saber lo que realmente ocurrió en ese lugar, pero ninguno de sus hijos supo responderle, -- ¿Quieren decirme qué demonios fue eso? – gruñó Alexander, con voz baja, pero cargada de furia. Ambos negaron, -- ¿Cómo es posible que no sepan cómo ocurrió? – Matteo, siempre más impulsivo, se adelantó. -- Nos dividimos – -- No les dije que no se separaran… que fue lo que pasó allá – -- Papá, tu dijiste que dejemos que Sol y Parodi ingresen solos, nosotro

