Capítulo 32. Pruebas de una traición… la trampa esta hecha.
Sol se tapó la boca con la mano. El aire no entraba. El apellido que había llevado toda su vida era el mismo que había masacrado a su familia. Que la había criado como a una hija… sabiendo que no lo era.
-- ¿Cómo… cómo sobreviví? –
-- No lo sé. Cuando volví solo tenía una razón en mente, vengarme de los Valetta, para eso me preparé todos estos años, pero cuando te vi – Sol se llevó la cruz al pecho. Las lágrimas ya no eran discretas. Eran un río imparable de pensamientos cundidos, no podía recordar nada, no tenía recuerdos sobre lo que Enzo le contaba, pero por alguna razón le dolía el corazón, como si su cuerpo y parte de su mente supieran que todo era verdad.
-- ¿Por qué no me lo dijiste antes? – él sonrío ante tal comentar
