5 años más tarde...
Amelia examinaba sus manos curiosamente luego de haber despertado recientemente, las tenía abiertas con los brazos estirados hacia arriba sobre su cuerpo, aún estaba recostada en su cama; le daba la impresión de que lucían ligeramente inflamadas y cuando buscaba apretarlas sentía algo de tensión en su piel, era algo extraño que en las últimas semanas le parecía que estaba sucediendo más frecuente. Unos golpes en la puerta de su habitación la hicieron bajarlas e incorporarse sobre el colchón.
—¿Quién? —Preguntó con una sonrisa ladeada.
—Soy yo... —Era la voz de su padre. —¿Estás lista? Llegaremos tarde al aeropuerto.
Amelia batió las sábanas de encima de ella y salió de la cama de un salto, emocionada.
—¡Ya casi! Dame 5 minutos y estaré abajo. —Aseguró dándose p
