Cassie
La confianza y seguridad en su lenguaje corporal y voz me hicieron estremecer. Eso era algo que yo nunca podría hacer. Ni siquiera se molestaba en ocultar el tono sugerente en su voz. Sabía exactamente a qué se refería con “cenar”, y él también. Ella se encargaba de eso. No le importaba que hace segundos él ni siquiera recordara su nombre.
—Me encantaría —respondió él, haciendo que mi corazón se hundiera otra vez—. Pero tengo planes esta noche. Tal vez en otra ocasión.
—Más te vale —ronroneó ella antes de alejarse, sin siquiera notar que yo estaba ahí y casi chocando conmigo. Qué perra.
Volví a concentrarme en la tarea. Mi irritación con la niña arrogante y maleducada se calmó con la respuesta de Kian. Lo demás, lo iba a descargar en la bola de golf. Lancé el palo hacia atrás, j
