Palabras con doble intensión

1042 Words
—Los dos tortolos hablando, eso es bueno, de algo sirvió que me quedara sin gasolina —nos dice Carolina. —Amiga, hazme el favor de no decirnos tortolos, aparte que me acaba de decir Alejandro que gusta de ti, y que él sabe que tu tambien gustas de el —le miento a Carolina, solo para que le caiga el veinte, de que ella puede hacer cosas con Alejandro, no quiero que me pase lo mismo como con mi pasada amiga. Carolina se queda viéndome como quien dice ¿Qué dices?. —Disculpa, ¿Qué haz dicho? —Pregunta Carolina con voz de asombro. —Nada, vámonos ya o llegaremos tardes, aparte me duele la cabeza —respondo con seriedad. —¿A que hora paso eso? —Pregunta Carolina. —Hay amiga que tremenda eres, como sea lo descubras después, ahora arranca el automóvil, y ya tienen que comer ustedes —respondo evadiendo el tema. —Ok —responde Carolina. Mientras Alejandro guarda silencio, analizando lo que yo dije. y nos fuimos a un restaurante a comer, yo lo más que pedí fue un licuado de banano, mientras Alejandro estaba a la par mía, tocando mi pierna, y yo se la tuve que retirar, veo que son de los que les gusta la rapidez extrema, y ya quieren cama, no lo permitirá, el que quiere celeste que le cueste, me hare mujer difícil, amenos que haya algo en el que me vuelva loca, desesperada con ganas de besar la boca, pero todo con calma. Yo se que mi amiga me quiere ayudar, y hacerme un favor, peor yo siento que a ella le quedaría bien Alejandro, ya que los dos no paran de reír, y jugar de que te jalo el pelo, o incluso de que me gustaría estar en una tina contigo, quien le dice eso a una chica, a menos que se gusten. Aun seguimos en el restaurante esperando la cuenta para pagar y retirarnos. Alejandro empieza hablar en doble sentido —Que ricura, me gustan las dos y no me decido a cuál elegir —dice Alejandro mientras me pongo a pensar que cosa esta diciendo. —¿Qué cosa no puedes elegir? —Pregunto intrigada. —El pan dulce de chocolate o la barra de chocolate, no se cual es más ricota —responde Alejandro. —Elije las dos Alejandro, las dos son comibles —dice Carolina mientras le observa. —No es fácil, elegir la deliciosa rica que estoy viendo —responde Alejandro. —No te entiendo —responde Carolina. —Yo si entiendo —respondo seria. —¿Cómo así amiga? —Pregunta Carolina. —Olvídalo ya viene el camarero, saca la billetera amiga —respondo dirigiendo mi vista a Carolina. —Ya voy —me dice molesta. —Hola según su pedido, Les salen $40.00 por todo lo que pidieron —responde el camarero. Mi amiga esta asombrada cuando ve su billetera. —¡Solo tengo $ 20!00 dólares, Alejandro tienes que ayudarme, ¿Tienes mas dinero? —Pregunta Carolina afligida. —Si tengo —responde Alejandro buscando en su billetera. —Alejandro pon $10.00 y yo pondré los otros $10 —respondo. —Está bien —responde Alejandro. —Estoy acabada —responde Carolina. —Tranquila amiga, te daré dinero extra para que al menos compres almuerzo —respondo. —Yo lo hare, yo le ayudare, me quedare con ella, cuidándola mañana, por eso no te preocupes —responde Alejandro. —Como gustes —respondo. —No sabía que realmente tú quieres ayudarme —le responde Carolina. —Si me dejas te ayudo —responde Alejandro. —Interesante gracias —le dice Carolina. Finalmente pagamos todo, pero Alejandro pidió postre especial, para Carolina, lo cual demoramos en salir. 1 hora después salimos del restaurante, nos quedamos allí, sentadas en unas bancas, porque mi hermosa amiga le urgía comer sorbete, y yo con el alma en el hilo viendo la hora en mi celular, casi muero, cuando me entero de que ya era algo tarde. —Me voy tengo una clases, y cuídense, por cierto, Llámame Ada, este es mi número, estaré disponible soy todo oídos, y puede hacerte reír —me dice Alejandro mirándome a los ojos, agarra mi mano, pero ya se la retiro un poco molesta. —Lo siento, no es buen momento —le digo evadiendo la confusión mental, de que hace tiempo no siento algo así, ni mi novio se porta así conmigo, que por cierto otro patán que voy a tener que cortar de mi vida. —¡Oye no me trates así a Alejandro, el solo quiere ayudarte! —Exclama mi amiga, con su mirada fulminante. —Necesitas tiempo lo entiendo —me dice, mirándome con ojos que, para mí, es ven, te como, nos comemos, dime cuando nos vemos, sus ojos eso transmiten, por lo cual no me está convenciendo mucho el. Nos fuimos a comprar el sorbete, cerca del restaurante nos sentamos de nuevo en la banca, aunque mi amiga estaba haciéndole mala cara al sorbete, frunciendo el ceño, tendré que comprarle crema a ella, porque de tanto hacer eso arrugas le saldrá. —Amiga —frunzo el ceño. —¿Qué? —Pregunta lamiendo el sorbete, frunciendo el ceño. —Necesito empleo —respondo dándole a entender y recordándole que tengo que dejar los papeles lo antes posible. —umm —me ignora moviendo la cabeza. —Coño, deja de mover la cabeza, y escúchame —le digo un poco contrariada. —Tu piensas que este es tu sueño, verdaderamente, que te den un trabajo donde te paguen poco, y te truenes los dedos por llegar con el dinero a fin de mes, para pagar todo lo que tienes que pagar amiga, para mi que no entregues esos papeles —me dice algo estresada. —¿Qué pasa contigo?, ¿Por qué me dices esto? —Le pregunto confundida. —vámonos, necesito otro sorbete, pero esta vez que tenga miel, porque este no le pusieron miel, como me gusta —me dice, ignorando y evadiendo mi pregunta. 30 minutos después llegamos a la plaza que tanto le encanta y logro encontrar su sorbete de aquellos que le ponen miel, podía notar su sonrisa.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD