—No pasa nada, al contrario, me encanta que estés cerca mío —me dice en un susurro en mi oído que casi caigo allí derretida en sus brazos. Me levanto de sillón, subo las gradas, y pues me meto a la ducha a bañarme, al salir de la ducha me cambio rápido, me pongo mis tacones, que sin ellos no puedo vivir, me maquillo, colores suaves, aplico perfume en mi piel. Estoy lista solo me falta mi collar, cuando siento dos manos en mi cintura, suaves y lentas, al instantes supe que era Eduardo peldaños, con voz sexy. —Linda necesito que hagas la maleta —me susurra en mi oído, con esa voz cariñosa y tentadora, que me dan ganas de pegarle a la pared. Hago un movimiento pequeño, y empiezo a jugar con la corbata de él, mis manos por si solas, lo hacían, mi cintura es mi debilidad, y él f