Me dijiste que querías romance y aquí estoy

1272 Words
Suelto un suspiro del estrés de mi ser, pensando en que, si debería terminar con mi novio, quien lo entiende, nunca esta para mi cosa que me molesta, me enoja de él, me desespera, y no puedo mantener la calma en mí, solo de pensar de que no se como conseguiré mi vida propia, todos al final tienen razón, solo necesito un chico que venga a salvar mi vida, rayos solo quiero alguien que me mire y me diga que soy especial. —Mujer que pasa contigo, adivino pensando en como terminaras con tu novio dime que si estas pensando en eso —me dice mi amiga sacándome de mis pensamientos raros. Carolina llegaré tarde a dejar ese currículum vitae, por qué a ti se te ocurre comerte un sorbete en plena plaza, no se ¿Por qué te compraste otro sorbete? Carolina me mira de pies a cabeza, mientras comía su segundo sorbete. —Relájate Ada, por 15 minutos, no se acaba el mundo, querida irás a dejar ese Currículum Vitae y verás que te dirán, lo que no te gusta escuchar que es la típica respuesta, Le llamaremos, este atenta a su celular —me dice con voz ansiosa. —Me puedes decir en claro, ¿Cuál es tu ansiedad? —Pregunto mientras saco mi celular del bolso. —El me vuelve loca, quizá tengas razón, y Alejandro es para mí, o no tengo idea, Alejandro Mientras estaba parada, moviendo mi pie de un lado a otra, ya casi sentía que mi tacón se partiría en dos, y solo soñaba con que alguien me sostuviera, lo que más desesperada me tiene es estar pensando en que es difícil buscar empleo en estos tiempos, me di cuenta de que me estaba estresando de más así que me senté, esperando que Carolina mi amiga del alma, terminará su sorbete. —No piensas decirme nada querida, carolina, estoy viéndote, y no dices nada, amiga es que tú no eres como yo, tú eres libre, es tu espíritu, yo no yo creo que terminare vieja arrugada y virgen, no soy como tú, es que no soy de estar compartiendo chicos, y menos enamorarme de otro, aunque no se si algún dia pasara eso —le digo con estrés. —Rayos tendré que decirte la verdad, aunque me duela, sé que te dije que iría a trabajar, pero tambien me echaron amiga, no tengo empleo, y estoy mal, me miento para no sufrir —me dice cabizbaja. —Amiga ¿Ya dejaste curriculum, papeleos y eso? —Pregunto discreta. —¡Noooooo!, Esto me está absorbiendo mi energía de esperanzas, en cuanto a buscar empleo, tu estas igual amiga ya son como 20 los que antes y nada, yo que ya metí 30 currículum envié y ninguno me llamo, eso paso hace 1 semana, no te dije nada, porque no quería que te estresaras —Exclama —Te preocupas por amiga, eres la mujer más fuerte que conozco no te derrumbes —le respondo. —Tu tambien eres fuerte —responde mi amiga, dándome un abrazo. —Me harás llorar —me dice mientras cierra sus ojos. En eso momento, antes que pudiera decir algo, o abrir mi boca, para consolar a mi amiga, llega mi novio Héctor. —Hola sé que es de día aún, es algo tarde, lo siento, pero, quería invitarte a mi restaurante favorito, también irá mi madre, y pueden hablar de todo un poco —me dice Héctor. Lo mire a los ojos y casi lo mató con la mirada y dije—¡Tu madre!, No me hagas reír me quieres invitar a una cena romántica y tiene que ir tu madre con nosotros eso es pura mamitis la que tienes, siempre tienes que meter a tu madre, hasta cuándo me besaste estaba tu madre viéndonos, ni que me fuera a casar con tu madre, siempre lo mismo, yo quiero estar contigo, no con tu madre, no sé por qué no entiendes. —Le dejo notar mi molestia, a pesar de todo quería confiar en él, aunque no se si eso sirva para llegar viva al anochecer. —Pero puedes calmarte, será una noche increíble, por cierto, mamá está en el automóvil esperándonos sé que irás a dejar el currículum para ver si encuentras trabajo, pero tengo la solución lo iré a dejar por ti, y todo estará bien, no tienes que agitarte. Le cae una llamada en ese momento él contesta, se aleja y yo no sé con quién habla tanto que me desespera. Termina de hablar veo que acerca a mí, ganas de tirarle un zapato me da. En ese momento siento dos manos en mi cintura, casi me da un infarto, de los buenos, esas manos por el amor de mi piel, esta para derretir y en un susurro conocida me dice —Quieres que fuera más romántico, aquí esta esto —me dice Alejandro con voz dulce. Lo miro, Héctor me jala. —¿Qué crees que haces con mi novia? —Pregunta molesto. —Mira quien habla, quien dice que es tu novia, no eres bueno para ella, no la mimas, no la tocas, no la haces sentir mujer, la perderás, y lo sabes —le dice Alejandro. Héctor se queda callado. —Alejandro, gracias por el licuado de papaya, no tenías que hacer esto, perderás tu próxima clase —le digo viéndolo a los ojos. —Mi clase no me importa, yo seré un buen novio para ti —me dice mientras mi corazón late. —Alejandro gracias por tus palabras, pero solo se tú, no intentes cambiar porque te lo pido —respondo de forma objetiva —Me voy a mi clase número dos, y tú que feo que eres su novio, pero a la vez no eres, no sabes ser un hombre, cualquier hombre la desea, y sabes que, te terminara dejando —le dice Alejandro mientras se va. —Cálmate, ya basta, si no pongas esa cara, enserio ¿quieres ayudarme con mi trabajo? —Pregunto. Se queda en silencio, y yo espero que le pase el coraje. —Amor y ¿Tanto te urge el trabajo? —Pregunta. ¿Quieres dejar mi currículum tu ?, Enserio, me estas preguntando algo tan obvio como lo que te estoy diciendo ahora, te estás escuchando lo que estás diciendo, como sea ve a dejarlo tu pues, me haces un favor gigante, mientras me relajo, ya que me canso de la típica respuesta, toma cuídalo como si fuera un bebé el que estés cargando. —ok —responde apenado. —Si supieras mis necesidades, entendieras todo lo que vivo, nunca me escuchas, es por eso, que estas preguntándome esto —le digo suspirando. Le di mi Currículum y Héctor se fue , y Carolina y yo nos fuimos a comprar ropa , a prisma , al entrar a ver toda esa ropa , me puse a buscar zapatos , y vestidos que son los que más me gustan , y para mí sorpresa , estaba dentro de los vestidores , cambiándome para ver cómo lucía con la ropa nueva , para mostrarle a Carolina ;me arreglo un poco el cabello , salgo del vestidor , y no me fijé que el piso estaba liso, listo para mi y me pegue un buen deslizon , que casi me da un mini infarto , fui a dar contra una pequeña pared , toda la gente me estaba viendo , y moría de vergüenza , Carolina se fijó que estaba tirada y pues me ayudó, con vergüenza, con todas mi mejillas rojas, que casi me muero.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD