¿Destino o coincidencia? (Filomena) Sentí como el corazón latía con fuerza en medio de mi pecho que subía y bajaba por temor a ser descubierta. Cerré los ojos para guardar esa aparición en mi mente. Luego quise volver a ver si aún seguía ahí, pero ya de nuevo la calle estaba sola, volví a empezar a subir el puesto para no tener que darle explicaciones a Sandra. Se veía muy elegante el edificio del que yo suponía que había salido. «¡Papito!» Tres toques en el vidrio de la puerta me hicieron sobresaltar. —¿Operaciones especiales? —Giré la cabeza para cerciorarme de que lo que había escuchado no podía ser real. Pero ahí estaba, encandilando mis pupilas y poniéndome tan nerviosa que no podría explicarlo. —¡Francisco! Hola… No te había visto. —No se puede ser más pendeja. Era obvio que él

