Grave equivocación. (Señor Roberts) Me gustó su sublevación, le vi la ira en sus ojos. Pero aun así esa la mujer más divina de mi existencia. Pude haberla tomado de un brazo y llevarla a la habitación para obligarla a dejar la payasada. Pero me quise divertir un rato, quería ver hasta dónde era capaz de llegar. Iba a volver a mí, pidiendo clemencia. Fue un momento un poco incómodo sentirme descubierto. Además, podía ubicarla en un abrir y cerrar de ojos, su teléfono tenía ubicación en tiempo real. Mientras revisaba la ruta pensé que se iría del país porque empezó a acercarse a la Frontera. Pero luego se detuvo y me quedé tranquilo. Envié la ubicación a mis contactos y pedí información del dueño. Apenas vi el nombre del arrendatario saqué muchas conclusiones. Era el nombre que había m

