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1414 Words
 Solo se inmutó y se giró dándome la espalda, aún no podía creer que la tenía ahí justo a mi  lado a pocos centímetros de mí, había sido una total estupidez el  inventar tales excusa y  me sorprendía viniendo de mí, ese era más el estilo de Alex y aunque no me sentía cómodo era la única vía que  tenía para crear un vínculo. -          ¿Mía?-rompí el silencio. -          ¿mm? –murmuró bajo. -          Es en serio, me gusta  y creo que si me dieras la oportunidad de demostrarte verías que seriamos una pareja perfecta, pasado mañana me iré a Siberia y me encantaría que vinieras conmigo aunque sea unos días. -          Apenas te  conozco. -          No  me vas  a conocer más si, no me dejas intentarlo. -          Me caes súper bien, y provocas muchas cosas en mí, pero mi amiga se casó hoy y no pude estar con ella, quiero estar de regreso  lo más rápido posible para compensar esta terrible falta. -          ¿entonces te irás? -          Por más  que quiera intentar esto, ahora no puedo. -          Te parece si nos mantenemos en contacto,  en dos semanas mandaré a buscar por ti, te vendrás unos días y veremos qué pasa ¿sí? -          No prometo nada, Axel todo esto es muy repentino. -          Yo si te prometo que soy el amor de tu vida y que no me rendiré hasta que, me digas que también soy el tuyo, si no vienes a Siberia iré contigo como amigos, si  así lo quieres. -informe con firmeza.   AL DÍA SIGUIENTE Mía Despierto y de lo primero que  soy consciente es del calor abrasador que envuelve mi cuerpo, la habitación esta fría seguía lloviendo, pero sus brazos, todo en él eran tan cálido y confortable, no sé cómo llegue ahí, pero una  sensación extraña me abordaba, no  me sentía extraña y mucho menos  incomodad, se sentía tan normal y agradable, que me limite  a olvidar todos los conceptos que  me abrumaba entre lo que está bien y  mal, y simplemente disfrute estar ahí y sentirme en  casa y querida, por un extraño que juraba ser el amor de mi vida, era típico de una historieta de w*****d, solo que aquí la realidad me golpeaba constantemente recordándome que este es el mundo real, contradictorio ¿NO?, que soñemos ser felices, pero que tengamos miedo hacerlo, miedo amar, por temor a fallar, a fracasar, somos incapaces de analizar que justo consistía en un 50% de  posibilidad de perder, también había otro 50% de  ganar, me deshice de tales  pensamientos y volví a dormir. Axel -          ¿Dónde carajo  estas? –grito a través del vínculo Alan, sacándome del sueño. -           ¿mm? ¿Qué ocurre?-digo medio dormido. -          Te olvida que tenemos una responsabilidad?-digo cabreado, joder iba a hacer un día intenso. -          Claro que no, estaré ahí en la hora pautada. -agregue sin más. - si era ella, y quiero presentarla esta noche. -           me alegro mucho hermano, aunque eso no justifica tu irresponsabilidad, eres primero Alpha y después mate. –para cortarme, siempre eran así las cosas con él a su manera y tan seca.  Me muevo con cuidado de no despertarlo mientras intento aliviar mi brazo, la recuesto con cuidado sobre mí, mientras aparto  el cabello de su rostro y me dedico a observarla por unos minutos, era tan tierna y  frágil, que sentía miedo de dañarla, con  un brusco movimiento de inmediato no pude evitar pensar en todos los peligros que estaría expuesta y no quería que algo malo le pasase. Me inquietaba y dolía a la vez dejarla ir, pero no podía obligarla a venir conmigo y mucho menos decirle la naturaleza de mi especie, sin duda eso la alejaría de mí en un pestañear, el mayor problema con los humanos es que suelen atacar todo lo que no conocen y consideran superior a ellos, disipe todas estas ideas y simplemente la apegue a mí mientras disfrutaba su cercanía y ese momento tan pleno que había soñado. Horas más tardes Desperté, pero él no estaba, me sorprendió una nota justo a mi lado y  el desayuno al pie de la cama. “Buenos días, amor mío, lamentaré todo el día no haber podido estar cuando esos hermosos ojos café le den la bienvenida al día, espero que hayas dormido tan bien como yo y que tengas un hermoso día, mi pequeña. Att: Axel Maison  Baje de la cama, me tope con otra nota en el espejo “te ves hermosa esta mañana, espero que me horren con tu presencia esta noche” – al lado había una tarjeta con una dirección, aquella nota llevaba su  perfumen impregnado. Definitivamente  él era como un chico de ensueño,  seguro de si  y dominante, pero suave a la vez, dulce y cálido como la brisa del verano, no podía evitar pensar en él y sonreír como adolescente enamorada, no conseguía entender como paso todo tan rápido, era como si lo conociera de antes. Alan  Maison   La noche había llegado abríamos firmado y cerrado exitosamente la compra, habíamos adquirido los derechos de  una  gran parte, de un bosque a sur que estaba en planes de deforestar,  afortunadamente  había  llegado a nosotros la información cuando la maquinaria estaba a punto  de empezar su  trabajo, me había adelantado a la cita con mi hermano y su mate, para ir por unos tragos antes de verlo.  Todo sucedió muy rápido un aroma que jamás había percibido llego a mí, excitándome y enloqueciéndome busque desesperadamente la fuente y una vez la tuve no pude evitar estamparla contra la pared mientras olía su cuello, mi lobo se salió de control y me pedía desesperadamente marcarla.- ¿Qué te sucede? quítate. - no vas a ninguna parte, eres mía. - te has vuelto loco, alguien que me ayude. -grito mientras me empujaba, tope rápidamente su boca y aleje de la multitud.  - no, no, no déjame yaaa . -grito. - hagámoslo por las buenas, te calla o me harás callarte ahora eres mi chica. - ni en tus sueño. -corriendo alejándose de mi, le seguí en seguido y tape su boca y nariz hasta dejarla inconsciente, no tenia tiempo para todo este drama y mucho menos para explicarle todo esto, mañana tomaría y vuelo y  volvería a mi labores y no podía  simplemente dejarla así, sin todo lo que quedaba era aceptar su desprecio por unos días, se le pasaría en algún momento. - señor, ¿Qué se le ofrece? -dijo uno de mis hombres, llegando a mi. - administrarle un sedante y llévala al avión, que no escape. -amenace. -si es necesario átala y otra cosa, que Axel no se entere de esto. -aunque quisiera contarle la buena nuevas a Axel, no podía el nunca entiende mis métodos y lo considera como  estricto, invasivo y poco sensible e irracionales, pero no había otra manera de hacer las cosas, definitivamente no poseía su paciencia. Al llegar a la cena, Axel golpeaba repetidamente la mesa con sus manos,  mientras agitaba su cabello estaba ansioso y nervioso, lo conocía. - ¿has llegado tarde?-murmuro mientras tomaba un trago. - no lo suficiente, porque tu chica no ha llegado. -agregue  surtir intentando saber que le ocurría. -  ha ha aparecer estas de muy buen. -dijo mientras me observaba.  - aparecer no serás el único, que ha sacado algo de esta Reunión.  - maldita sea debió estar aquí y no contesta mis llamadas, ¿crees que la he apresurado un poco? - con lo paciente que eres, lo dudo.  - vámonos. -dijo sin mas tras pasar media hora. - ¿he? -  vámonos a Siberia, si me quedo iré a buscarla y eso puede que empeore la situación, y no quiero arruinar las cosas con ella. - no estas pensando bien las cosas, es tu mate. -dije en tono serio. -no puedes irte y simplemente  dejar las cosas así.  - no puedo obligarla y forzarla a sentir un vinculo que no tiene aun, no la dañare de esa manera, me duele tener  que déjala,  después de  haberla esperando y buscando durante tanto tiempo, pero valdrá la pena cuando al fin la tenga conmigo.  - me parece una total estupidez lo que estas diciendo, te ha vuelto loco ¿ sabes que puedes morir? - prefiero eso sin pensarlo, antes que acabar con la vida de la única persona que me hecho sentir vivo, si no es mucha molestia volvamos a casa.  -digo para salir del lugar.
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