Una semana se encerró en el dolor de su corazón, una semana donde lloro en silencio, donde busco la fuerza para no llamarlo ni buscarlo, un mes para saber que él se había marchado. Qué cambio de número y ni siquiera dijo adiós. Ya las fiestas en casa de sus abuelos no eran la misma, aquel libro que leía lo dejo debajo de su almohada dejándolo sin terminar, así como su historia con Ben, no quería saber del amor y mucho menos del sexo. Si de por sí no tenía, amigos, ya sus conocidos los dejo a un lado al punto de olvidarlos. No quería saber de ningún hombre, ella se enamoró de uno que no fue detallista, ni cariñoso, se sintió estúpida por querer a alguien que no tenía nada de lo que ella buscaba en un hombre. Su amistad con su primo dio final, más cuando él dio formalidad al noviazgo co

