Narrador. José despertó recordando las palabras de Emma y pensó que quizás se dejó manejar por la desesperación al creer perderla, pero tras recordar las palabras que Emma le dijo anoche que sí le propone matrimonio estando lúcido lo aceptará, se dijo a sí mismo que no debe tener prisa. No niega que verla besar a otro hombre no le molestó, pero conociendo a la anticuada de su novia sabe que ese beso no se volverá a repetir. —Es tan correcta la estúpida— dijo chistoso y la mujer a su lado que había despertado junto con él sonrió burlona. A ella; Emma siempre le ha parecido patética, la niña buena criada con modales de mierda que la hacía ser la burla de su novio y los amigos de este. Aún recuerda el día que le pidió a su amado José qué le exigiera entregarle la virginidad. Lo ner

