Narra Dimitri.
Los tres habíamos llegado a la empresa: Noa y mi delta Joel, quien cargaba un olor a sexo insoportable; el chofer nos dejó en la entrada y pude oler los nervios de los empleados incluso el de los guardias que están en la entrada.
—buenos días, señor Lefevre —saludaron las tres recepcionistas al unísono mientras acomodan sus uniformes tratando de verse más sexy de lo que ya están.
—estás humanas mostrando carne en donde hay lobos hambrientos— comentó Joel quien no se cansa de estar entre las piernas de cada mujer que pasa por su lado.
—no me incluya que aquí los lujuriosos son tú y Dimitri— bromeó Noa. Y nos señala a ambos mientras se ríe chistoso.
—no se para quien te guarda, eres tan tonto que no sabes que el día que aparezca tu pareja no podrás pincharle a otra vieja— esa es la forma de Joel aconsejarle a Noa que tenga sexo con otras mujeres antes de que aparezca su mate.
Como de costumbre usamos el ascensor privado que da a la última planta, entramos los tres a mi despacho y allí estuvimos dialogando sobre cosas de la manada hasta que Joel fue el primero en irse a su oficina y luego Noa se puso de pie. — no te olvide de investigar a Emma Collins. Cuanto antes mejor— en respuesta a mi petición él sonrió asintiendo antes de salir dejándome solo.
«Dios, qué jodido estoy.»
Llevaba mirando al techo desde que había llegado ya tenía dos horas que no hacía más que pensar en ese beso.
El cerebro: hecho un lío.
La polla: como una piedra.
Me centraría en el trabajo y dejaría de pensar en ella, abrí mi ordenador portátil para comprobar mi agenda para ese día. En ese mismo momento el teléfono fijo sonó y Noa me indicó que tenía la información que tanto he esperado.
—habla hombre ¿dime? — no sabía cuándo fue la última vez que me vi tan ansioso como hoy.
—calma, viejo pareces un adolescente desesperado— me calma él y respiré profundo dándome cuenta de que es cierto, yo no soy así.
(...)
—¿Quiero saber que tiene a nuestro querido Alpha rompiendo su propia regla? — pregunta Joel.
Los hice salir antes de tiempo de la empresa, algo nuevo que debe agregar a la lista de cosas nuevas que he hecho por Emma. Fuimos a la clínica en donde Emma trabaja y quería verla, no, esa no es la palabra, moría por acercarme a ella.
La pregunta era ¿cómo lo haría? Porque una cosa es que yo me aparezca a su lado cuando no hay más personas a su alrededor y otra es que lo haga ahora en pleno día y rodeados de humanos.
—vaya a una veterinaria, ¿Noa está enfermo? — bromeó Joel molestando a mi beta quien le dio un puñetazo en el hombro, por decirle a su manera animal.
-Necesito un animal para entrar allí - señalé el lugar. Y los dos miraron en dirección a mi dedo y luego se miraron el uno al otro.
*Eres tan tonto, no ves que tienes dos lobos, úsalo* por fin Draco.
*Al fin haces algo más que gruñir* le respondí y él cerró el link antes de gruñir.
—vamos Joel transfórmate— le ordené y él me miró incrédulo.
—¿Qué dices Dimitri?, amigo dime que estás bromeando —preguntó aún sin creer lo que le estaba pidiendo.
—no estoy de broma, lo has escuchado necesito a un animal y resulta que me debes servir para algo— Noa estalló en risas mirando a Joel con burla y este lo fulmino con la mirada.
—pero, si buscamos a un perro o tal vez un gato. También tenemos a Noa, su lobo es más asombroso, con él podrás impresionar a cualquier chica. —Noa dejó de reírse tras escuchar la petición de mi delta y lo miró amenazante mientras le hacía unas señales.
—estás desobedeciendo una orden de tu Alpha— él bajó la cabeza en señal de sumisión, ya que suelo ser muy abierto con ellos, pero cuando le exijo obediencia deben cumplir, aunque lo que le pida no sea de su agrado; sé que es un abuso de poder de mi parte obligarlo hacer esto, pero cuando quiero algo no me importa el método que deba usar para obtenerlo y a esa humana la tendré así deje de llamarme Dimitri Lefevre.
—es para hoy— le volví hablar a Joel quien no muy gustoso empezó a desvestirse transformándose al terminar en su lobo, quien dejaba escapar pequeños gruñidos porque fue Noa quien lo cargó.
—Necesito un animal enfermo así que finge estar a medio morir—volví a ordenarle en cuanto atravesamos la puerta de la clínica. Cerró los ojos y se desgonzó sobre los brazos de Noa ejerciendo muy bien su papel de lobo desmayado y la secretaria en cuanto vio al lobo de Joel se asustó tanto que no paraba de tartamudear sin dejar de mirarlo.
Y es que nuestro tamaño supera por mucho el verdadero tamaño de un lobo normal, delante de nosotros un lobo normal sería como una miniatura y es entendible que cualquier humano sienta pavor al vernos en nuestra forma animal. Tengo prohibido que se presenten antes los humanos, pero el dueño de la ley la puede romper.
—vengo en busca de la doctora Emma Collins. —ella me miraba sin pestañear, sin embargo, en cuanto miraba a mi delta le volvían a temblar las manos.
—ha solicitado usted una cita para su mascota. — me preguntó y le sonreí de manera seductora y puse los codos en su escritorio, me incliné un poco hacia adelante y me acerqué lo suficiente como para hacerla respirar con dificultad. Llevé una mano a un mechón de su pelo rizo y lo puse detrás de su oreja, me relamí los labios y ella siguió con sus ojos el movimiento lento de mi lengua.
— mi lobo está mal y no creo que pueda aguantar hasta la fecha de la cita que me puedas poner o quiere que se muera. — ella negó moviendo la cabeza para los lados. —entonces porque no vas y buscas a Emma y le dices que su amigo está en problemas con su mascota. — se sonrojó en cuanto le pase dos dedos por la mejilla y asintió con rapidez sin dejar de mover la cabeza.
—ah y trae una camilla para perros muertos que esta pesa demasiado— pidió Noa y Joel soltó un gruñido muy bajo.
La secretaria salió corriendo y agudicé mis sentidos escuchando como le contaba a su jefa y las risas mezcladas nos hicieron reír a Noa y a mí quién me miró con complicidad.
Verla rabiar cuando llegó a mi lado reclamando que la estoy siguiendo me hizo sentir más fascinación por ella. Su amiga la amonestó por su manera de hablarme y aunque intentaban tener una conversación entre ellas podía escuchar todo. Y tras escuchar a su amiga referirse a mí sonreí de lado pensando en jugar un poco con la humana.
—pero nena, porque te pones así, sé que no debí irme después de haberte besado—ella abrió los ojos más de la cuenta y percibir su furia es muy agradable. Su amiga la miró asombrada y para molestar más volví a hablar. — Sé que no tengo excusa, pero no quería ir tan rápido, quiero que nuestra relación vaya paso a paso. No es bueno que en un primer beso ya vayamos a la cama— apretó los puños a cada lado resoplando con furia.
—Emma amiga, al fin te has salido del cascarón —vociferó su amiga y Emma la miró negando.
—óyete degenerado, porque sacas lo peor de mí. ¿Qué te echo para que me jodas la vida de esta manera? Nunca en mi vida he cometido un error, sin embargo, aceptar tu ayuda anoche fue la peor decisión de mi vida —expresó con ganas de hacerme sentir mal, pero a mí nada me afecta.
Fingí estar ofendido y agregué —entonces te arrepientes de lo que ha pasado entre nosotros.
—hijo de pu**— exclamó. Su amiga y la secretaria abrieron la boca con asombro como si un demonio fuera el que se presentó delante de ellas.
—señorita Emma usted se encuentra bien— preguntó la secretaria y a mi entender es que la humana es tan correcta que tal parece que su nuevo comportamiento no es propio de ella y saber que soy el causante, me alegra.
—me gusta más esta versión menos mojigata de ti— confiesa su amiga.
—oye sabes que no soy así, es que este idiota saca ese lado oscuro que odio— quería justificarse mientras su labio inferior no dejaba de temblar. Veía su impotencia, fingió toser tomando su postura profesional y le pidió a su amiga.
—puedes revisar a su mascota así se larga cuanto antes—se giró para marcharse.
—¿Qué dices? Emma me aterra ese lobo tan grande, ¡por Dios! Por estar pendiente a la excitante discusión no me había percatado que este lobo me podría comer de un solo bocado— hablaba sin parar la amiga, mientras Emma se alejaba.
—En caso de que te coma, cosa que lo dudo, te lo agradeceré llevándote un ramillete de flores a tu tumba cada día de mi vida — le respondió Emma sin girarse y ese comentario me deja ver que es ruda mi humana.
—mi fantasma no te dejará en paz Emma Collins, mala amiga—se quejó asustada mientras le pedía a Noa que la siguiera no sin antes palmear su hombro.
*Encárgate de esto que voy de casería* le pedí por el link mental.
*¿Y qué hago? Sabes que este lobo está sano* me pregunto a medida que voy tras mi objetivo.
*Tú ingéniatelas o qué tal si aprovecha y liga algo con la humana, así después de un buen polvo ella me ayuda a que convencer a Emma*
—señor no puede pasar esa área es restringida — me detuvo la secretaria.
—vamos bonita, no seas así —agarré su mano y se ruborizó; agachó la cabeza y sin dejar de sonreír me dijo.
—yo no vi nada—
—descuida que ni te he visto—se quedó mirándome, con las manos entrelazadas, mientras suspira.