Aurora Montalvo
— Camila más te vale que esa mano alzada no fuera para tocar a mis hijos— aquella voz tan gruesa y varonil me hizo tensarme por completo, rápidamente solté la mano de aquella mujer y me giré, ahí detrás de nosotros estaba un hombre con un traje n***o viéndose sumamente imponente.
— Señor yo, yo, yo—la chica comenzó a tartamudear y luego dejó de hablar, bajó rápidamente la cabeza en forma de sumisión.
Me moví a un lado y pude ver como ambos niños corrían a los brazos de qué hora entendía era su padre.
El hombre tomó a la niña entre sus brazos
— creo que no hace falta informarte que estás despedida
— Señor por favor no me despida, sé que lo puedo hacer mejor, solo he estado un solo día, por favor señor se lo ruego— dijo con la voz casi temblando, me sorprendió escuchar que era su primer día y estaba por pegarle a los niños.
¿Por qué intentaría pegarles y parecían ser unos niños sumamente tranquilos y amorosos?
El señor le hizo seña a alguien más y un hombre un poco más alto y muchísimo más musculoso se acercó se veía tan aterrador la chica volvió a bajar la cabeza y rápidamente se retiró del lugar.
— Gracias por defender a mis hijos— dijo con aquella voz varonil en ese momento coloqué mis ojos en el nuevamente.
Era un hombre moreno con una leve barba, tenía poco bigote pero sinceramente se veía tan atractivo y joven para tener a dos niños, se veía musculoso algo alto al menos mucho más alto que yo.
Normalmente no se veía un hombre como él en estos lugares.
— no es nada, me pareció que no era su madre y demasiado exagerado como para golpearlo de esa forma— le dije con voz suave un poco intimidada no solamente por su presencia sino también por la presencia del hombre junto a él.
vi cómo bajaba a los niños sacó su cartera y estiró unos billetes de 100 hacia mí, tengo que admitir que estuve tentada en tomarlos.
— por favor tómalos como agradecimiento por defender a mis hijos— pude haberlos tomado pero no me parecía correcto, no lo había hecho para que un hombre como él me pagara y mucho menos, lo había hecho porque los niños no merecían ser golpeados.
— Muchas gracias pero no, sus hijos son unos niños encantadores y no los defendí para que usted me pagara solamente me pareció que era lo más adecuado.— Le respondí con sinceridad.
— con más razón entonces por favor tómalos, no cualquiera hace lo que tú hiciste y te agradezco porque llegaste antes de que los golpeara— su tono de voz sonó un poco más dura al pronunciar la palabra golpear supongo que aquello lo había llenado de furia.
Lo entendía por completo si tuviera hijos y alguien se atreviera a levantarles la mano para golpearlos definitivamente no sé cómo hubiese reaccionado.
— Yo no necesito ese dinero, dárselo a alguien que realmente lo necesite— sinceramente sí lo necesitaba en este momento porque tendría una enorme demanda encima pero eso no es algo que le fuese decir— y ustedes dos pórtense mucho mejor—mr incliné para poder hablar bien con ellos— Muchas gracias por el pañuelo hermosa — le agradecí a aura
— ¿Cómo te llamas?— preguntó el varón, el que ahora sabía se llamaba Axel
— Mi nombre es Aurora
— Yo me llamo aura— exclamó la niña con una enorme sonrisa en su rostro emocionada porque nuestros nombres fueron similares.
Sonreír yo también.
— Nos llamamos casi igual— le dije con la misma emoción, ella miró a su hermano y él pareció entender lo que su mirada quería expresar me encantaba que tuviesen esa complicidad, me levanté— Permiso y que tengan un buen día— me despedí con la mano de los niños y ellos se despidieron de mí de la misma forma
Me alejé de ahí escuchando como su padre hablaba con ellos.
No puedo evitar sonreír un poco, ambos niños tan lindos, tan educados la verdad esperaba que la próxima niñera fuera diferente y mucho más amable con ellos.
Y de repente al alejarme por completo de aquel lugar fue como si toda mi realidad me cayera encima, me sentía mal me sentía otra vez con todos los problemas en mi espalda.
Solté un suspiro al menos me había olvidado de ellos por un segundo.
Camine hasta mi apartamento otra vez mirando con detenimiento cada cosa que cruzaba en mi camino, los niños tomados de la mano con sus padres, chicos en bicicleta ejercitándose, otros corriendo.
Estos años había trabajado tanto que no había disfrutado ni un poco de mi vida, había dedicado años a esa empresa intentando subir poco a poco de nivel y ahora entendía por qué de la noche a la mañana había pasado de un cargo gerencial hacer la secretaria del presidente de la empresa.
El hombre no había visto mi inteligencia ni mi esfuerzo él quería que yo me acostara con él y tenía sentido el por qué cambiaba de secretaria una y otra vez.
Aquellas que no querían acostarse con él eran destruidas y eso sería mi destino de ahora en adelante
¿Qué se supone que tenía que hacer?
Sabía que nadie iba a responder aquellos correos que había enviado.
Sabía que nadie en ninguna empresa iba a contratarme
Después de tantos años de estudios me tocaba ¿ser camarera?
Cuando llegué al apartamento comencé a empacar mientras lloraba de la furia sabiendo que tendría que pedirme pronto del apartamento qué tanto me había costado adquirir.
Quizás mañana tendría que salir y comenzar a preguntar en las cafeterías o en los restaurantes.
Mis ahorros no me iban a durar mucho tiempo
Tenía que pagar mi auto, tenía que terminar de pagar el apartamento, tenía que mandar dinero para el asilo de la abuela, tenía pagos que hacer.
Lo teléfono sonó, me di cuenta que lo había dejado en el suelo junto al del trabajo.
⟨Desconocidos⟩ mostraba la pantalla en grande
Con nervios creyendo que podría ser mi ex jefe decidí contestar aquella llamada.
— Buenas noches Srita aurora soy Alexander Villarroel — ¿Quien?!
Quizás era el abogado de mi ex jefe, un nudo enorme se instaló en mi garganta.
— sí es el abogado de el señor Luciano déjame decirle que no me va a asustar, yo no he hecho absolutamente nada y cada una de las personas presenciaron como él intentó dañarme— me apresuré a decir
— Soy el hombre del parque el padre de Axel y de Aura— Mierda!!
Pero ¿Cómo es que el hombre había obtenido mi número?
— por favor discúlpame la confusión pero ¿Cómo fue que usted obtuvo mi número?— le pregunté
— por ahora aparentemente ese es el menor de esos problemas, sin embargo yo quiero ofrecerle un empleo, buscando un poco sobre usted descubrí queestá en la lista negra para no ser contratada pero yo no la quiero contratar como mi secretaria ni mucho menos, quiero que sea la niñera de mis hijos — ¿Que?!— estuve investigando un poco de usted, es una mujer inteligente que habla tres idiomas a pesar de su corta edad, me parece que los niños y usted tuvieron una especie de conexión y por lo que entiendo en este momento sí necesita ese dinero que rechazó
— nunca he trabajado con niños de hecho nunca he trabajado como niñera
— bueno tendrá una semana para adaptarse a mis mellizos, si usted siente que no es el trabajo para usted puede salir— me dijo — aquí es como trabajar en una empresa tendrá su prestaciones, tendrá su seguro y le aseguro que tendrá un muy buen pago incluso uno mejor que el que tenía siendo secretaria pero también le advierto que va a tener que estar disponible para nosotros 24/7
— ¿Podría pensarlo?— le pregunté
No estaba segura de esto, aunque no podía negar que era muy buena aquella propuesta, me preocupaba no poderme llevar bien con aquellos niños, que no me fuese tan bien, también me preocupaba tener que ver aquel hombre tan intimidante todo el tiempo.
— la espero mañana a primera hora podremos hablar un rato y luego si está lista para aceptar el puesto se podría quedar con los niños— no me dejó responder simplemente colgó la llamada dejándome algo confundida
Solté mi teléfono.
Me encantaría realmente ponerme a pensar sobre esta propuesta y ver que estan buena podría ser para mí sin embargo él había dicho algo muy importante ya Luciano me había puesto en la lista negra, ya iba a ser muy difícil tener un trabajo de lo que estaba acostumbrado a hacer.
Sí el señor Alexander iba a pagarme mucho más de lo que me pagaban en la empresa quizás pueda contratar a un muy buen abogado, quizás ni siquiera deba renunciar a mi apartamento o a mi auto.
Algo me decía que no debía aceptar, que esto era una muy mala idea sin embargo me sentía acorralada, me sentí entre la espada y la pared sabiendo que no tenía opciones suficientes como para reconsiderar esta situación.
No tenía otra opción en este momento sabía que tenía que aceptar ser niñera de esos hermosos angeles
De verdad espero no arrepentirme